El ejército sirio y los desertores libran violentos combates en el norte del país
El Cairo, EFE
El norte de Siria se ha sumido en una escalada de la violencia con la sucesión de combates entre el ejército y supuestos militares desertores en la provincia de Idleb, en los que hoy han muerto al menos doce personas.
En esta provincia fronteriza con Turquía se cuentan por miles los soldados que han abandonado las filas del ejército fiel al presidente sirio, Bachar al Asad, según los grupos opositores.
Estas deserciones han desencadenado una fuerte ofensiva militar, que hoy se centró en varios pueblos de la parte occidental de la región montañosa de Yabal al Zauya, en Idleb.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) indicó que entre los fallecidos hay siete soldados del Ejército de Al Asad y otras cinco personas, entre civiles y desertores.
Los enfrentamientos comenzaron hace dos meses pero en los últimos días se han recrudecido, después de que las tropas regulares lograran el control de la ciudad central de Al Rastan, donde los desertores presentaron batalla durante cinco días.
Desde el inicio de la revuelta contra Al Asad, la provincia de Idleb ha sido escenario de masivas protestas y de una fuerte represión contra los civiles por parte del régimen, que obligó a decenas de miles de personas a buscar refugio en Turquía.
El activista de los llamados Comités de Coordinación Local en Siria y miembro del recién formado Consejo Nacional Sirio Hozam Ibrahim dijo a Efe que "la operación del ejército sirio en la zona sigue abierta y ahora los uniformados se dirigen a otros pueblos".
Asimismo, el activista apuntó que hay un fuerte despliegue militar en Yabal al Zauya, donde se han instalado puestos de control en las carreteras, lo que impide el movimiento de refugiados, y ello ha causado el deterioro de la situación humanitaria.
Por su parte, el presidente del OSDH, Rami Abderrahman, indicó a Efe que las fuerzas armadas desarrollan operaciones en Yabal al Zauya en busca de militares disidentes desde hace días, aunque, recordó, debido a su relieve montañoso resulta fácil esconderse allí.
La mayoría de las deserciones del Ejército se han registrado en las provinciales centrales de Homs y Hama, además de en Idleb, tres de los principales bastiones de las protestas contra Al Asad, según Abderrahman.
De hecho, en Homs continuaron hoy las operaciones militares, que incluyeron amplias campañas de arrestos.
Ninguna de estas informaciones ha podido ser verificada de forma independiente debido a las restricciones impuestas por las autoridades sirias a los periodistas para trabajar.
Este recrudecimiento de los choques se produjo tan solo un día después de que Al Asad emitiera un decreto en el que convocó elecciones municipales para el próximo 12 de diciembre.
Esta medida, al igual que otras reformas que ya adoptó en el pasado, no parecen haber hecho mella en la población después de meses de represión que, según la última cifra facilitada hoy por la ONU, se ha cobrado la muerte de al menos 2.900 personas.
Mientras, la oposición siria se ha organizado para plantar cara al régimen de Al Asad y el pasado domingo anunció en Estambul la formación del Consejo Nacional Sirio, cuyo presidente será posiblemente elegido este sábado.
De esta forma, los opositores intentan unificar voces y presentarse ante la comunidad internacional como un interlocutor válido.
El norte de Siria se ha sumido en una escalada de la violencia con la sucesión de combates entre el ejército y supuestos militares desertores en la provincia de Idleb, en los que hoy han muerto al menos doce personas.
En esta provincia fronteriza con Turquía se cuentan por miles los soldados que han abandonado las filas del ejército fiel al presidente sirio, Bachar al Asad, según los grupos opositores.
Estas deserciones han desencadenado una fuerte ofensiva militar, que hoy se centró en varios pueblos de la parte occidental de la región montañosa de Yabal al Zauya, en Idleb.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) indicó que entre los fallecidos hay siete soldados del Ejército de Al Asad y otras cinco personas, entre civiles y desertores.
Los enfrentamientos comenzaron hace dos meses pero en los últimos días se han recrudecido, después de que las tropas regulares lograran el control de la ciudad central de Al Rastan, donde los desertores presentaron batalla durante cinco días.
Desde el inicio de la revuelta contra Al Asad, la provincia de Idleb ha sido escenario de masivas protestas y de una fuerte represión contra los civiles por parte del régimen, que obligó a decenas de miles de personas a buscar refugio en Turquía.
El activista de los llamados Comités de Coordinación Local en Siria y miembro del recién formado Consejo Nacional Sirio Hozam Ibrahim dijo a Efe que "la operación del ejército sirio en la zona sigue abierta y ahora los uniformados se dirigen a otros pueblos".
Asimismo, el activista apuntó que hay un fuerte despliegue militar en Yabal al Zauya, donde se han instalado puestos de control en las carreteras, lo que impide el movimiento de refugiados, y ello ha causado el deterioro de la situación humanitaria.
Por su parte, el presidente del OSDH, Rami Abderrahman, indicó a Efe que las fuerzas armadas desarrollan operaciones en Yabal al Zauya en busca de militares disidentes desde hace días, aunque, recordó, debido a su relieve montañoso resulta fácil esconderse allí.
La mayoría de las deserciones del Ejército se han registrado en las provinciales centrales de Homs y Hama, además de en Idleb, tres de los principales bastiones de las protestas contra Al Asad, según Abderrahman.
De hecho, en Homs continuaron hoy las operaciones militares, que incluyeron amplias campañas de arrestos.
Ninguna de estas informaciones ha podido ser verificada de forma independiente debido a las restricciones impuestas por las autoridades sirias a los periodistas para trabajar.
Este recrudecimiento de los choques se produjo tan solo un día después de que Al Asad emitiera un decreto en el que convocó elecciones municipales para el próximo 12 de diciembre.
Esta medida, al igual que otras reformas que ya adoptó en el pasado, no parecen haber hecho mella en la población después de meses de represión que, según la última cifra facilitada hoy por la ONU, se ha cobrado la muerte de al menos 2.900 personas.
Mientras, la oposición siria se ha organizado para plantar cara al régimen de Al Asad y el pasado domingo anunció en Estambul la formación del Consejo Nacional Sirio, cuyo presidente será posiblemente elegido este sábado.
De esta forma, los opositores intentan unificar voces y presentarse ante la comunidad internacional como un interlocutor válido.