Comité Político de marcha planta 2 veces a Morales y éste siente "que no quieren diálogo"
La Paz, Abi
El Comité Político de la marcha de originarios del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), desde el martes en La Paz, plantó el jueves dos veces al presidente Evo Morales que esperó en vano a sus interlocutores para abrir el diálogo sobre la conveniencia de construir la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, cuyo trazado cruzaba la reserva natural en la Amazonia en el nordeste boliviano.
Luego de una serie de condiciones a las que se avino el Gobierno, de marchas y contramarchas por parte de la dirigencia indígena, Morales deploró, hacia las 21h00 locales, tras más de 11 horas de espera, que "siento que no quieren diálogo".
El gobernante, que describió los pedidos fluctuantes de la dirigencia de la marcha para abrir la reunión, entre otros la instalación de una pantalla gigante o una comisión negociadora integrada por 20, 30, 50 y 100 marchistas, en el Palacio, o con un millar de los indígenas de tierras bajas en plena Plaza Murillo, sede del poder político boliviano, pidió al Comité Político de la marcha, resolver sus problemas internos antes de instalar la reunión.
"Resuelvan sus problemas internos y que nos comuniquen" las condiciones definitivas para abrir el diálogo, instó el mandatario.
Morales había cursado el mismo martes una carta al Comité Político de la marcha para inaugurar el diálogo ese mismo día.
A primera hora del jueves, Morales convocó a abrir la negociación en las instalaciones de la Vicepresidencia, en el centro de La Paz, que posee de un auditorio con aforo para un centenar de personas, apto para un evento de este orden.
"Acá los estamos esperando y vamos a seguir esperando toda la mañana", afirmó.
El Comité Político de la marcha hizo caso omiso a este llamado y también al que formulara más tarde el ministro de Comunicación, Iván Canelas, a nombre de Morales, para sentarse a la mesa hacia las 18h00, en la casona presidencial de la Plaza Murillo, en un una concesión.
Canelas dijo que se trataba a las 16ava carta de diálogo enviada al Comité Político de la marcha que organiza la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB), en cabeza Adolfo Chávez y el líder de las comunidades inconformes del TIPNIS, Fernando Vargas, además de Rafael Quispe, del Consejo de Ayllus y Marchas del Qullasuyu.
A vuelta de correo, la dirigencia de la marcha declinó el intercambio de más misivas.
Poco antes de que Morales refiriera el proceder del Comité Político de la marcha, el ministro de Gobierno, Wilfredo Chávez, destacó la paciencia del mandatario.
"El Presidente les ha esperado humildemente dos veces hoy", la primera en la mañana en el edificio de la Vicepresidencia y, la segunda, al caer la tarde, en el Palacio de Gobierno, "y no han venido", afirmó.
Morales refirió haber dejado muchas de sus responsabilidades de Estado para atender la demanda del diálogo y explicó la imposibilidad, luego revisada, que implicaba celebrar una reunión en el Palacio Quemado, con un comisión numerosa de marchistas.
"Así no se construye el diálogo", lamentó Morales antes de alentar la posibilidad latente de instaurar las conversaciones en las próximas horas.
Pese a los reiterados llamados Morales los dirigentes de los marchistas indígenas de tierras bajas optaron, también por la noche, por más exigencias, entre ellas que el Gobierno levante el control policial de la Plaza Murillo para permitir el ingreso del grueso de la marcha.
En uno de los accesos a la Plaza de Armas de La Paz se encuentra en vigilia un centenar de marchistas que ingresaron la noche del miércoles con el pretexto de que iban a conocerla y sacar fotografías.
El presidente de las comunidades del TIPNIS, Vargas, anotó que "se acabaron las cartas, la última fue la recibida del Gobierno en la que anuncia que autorizará el ingreso a la Plaza Murillo de los dirigentes del Comité Político e la marcha, pero no de todos los marchistas".
Por ello convocó a la "solidaridad del pueblo de La Paz para proteger a los marchistas que hacen vigilia en la Plaza Murillo".
Los marchistas de tierras bajas de Bolivia se encuentran hospedados en diversos emplazamientos públicos de La Paz, que el martes les tributó acogida sin precedentes y que este jueves recibieron asistencia médica por organismos de salud del Estado.
Representantes de Derechos Humanos y organizaciones sociales abogaron por la instalación definitiva de las conversaciones.
El Comité Político de la marcha de originarios del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), desde el martes en La Paz, plantó el jueves dos veces al presidente Evo Morales que esperó en vano a sus interlocutores para abrir el diálogo sobre la conveniencia de construir la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, cuyo trazado cruzaba la reserva natural en la Amazonia en el nordeste boliviano.
Luego de una serie de condiciones a las que se avino el Gobierno, de marchas y contramarchas por parte de la dirigencia indígena, Morales deploró, hacia las 21h00 locales, tras más de 11 horas de espera, que "siento que no quieren diálogo".
El gobernante, que describió los pedidos fluctuantes de la dirigencia de la marcha para abrir la reunión, entre otros la instalación de una pantalla gigante o una comisión negociadora integrada por 20, 30, 50 y 100 marchistas, en el Palacio, o con un millar de los indígenas de tierras bajas en plena Plaza Murillo, sede del poder político boliviano, pidió al Comité Político de la marcha, resolver sus problemas internos antes de instalar la reunión.
"Resuelvan sus problemas internos y que nos comuniquen" las condiciones definitivas para abrir el diálogo, instó el mandatario.
Morales había cursado el mismo martes una carta al Comité Político de la marcha para inaugurar el diálogo ese mismo día.
A primera hora del jueves, Morales convocó a abrir la negociación en las instalaciones de la Vicepresidencia, en el centro de La Paz, que posee de un auditorio con aforo para un centenar de personas, apto para un evento de este orden.
"Acá los estamos esperando y vamos a seguir esperando toda la mañana", afirmó.
El Comité Político de la marcha hizo caso omiso a este llamado y también al que formulara más tarde el ministro de Comunicación, Iván Canelas, a nombre de Morales, para sentarse a la mesa hacia las 18h00, en la casona presidencial de la Plaza Murillo, en un una concesión.
Canelas dijo que se trataba a las 16ava carta de diálogo enviada al Comité Político de la marcha que organiza la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB), en cabeza Adolfo Chávez y el líder de las comunidades inconformes del TIPNIS, Fernando Vargas, además de Rafael Quispe, del Consejo de Ayllus y Marchas del Qullasuyu.
A vuelta de correo, la dirigencia de la marcha declinó el intercambio de más misivas.
Poco antes de que Morales refiriera el proceder del Comité Político de la marcha, el ministro de Gobierno, Wilfredo Chávez, destacó la paciencia del mandatario.
"El Presidente les ha esperado humildemente dos veces hoy", la primera en la mañana en el edificio de la Vicepresidencia y, la segunda, al caer la tarde, en el Palacio de Gobierno, "y no han venido", afirmó.
Morales refirió haber dejado muchas de sus responsabilidades de Estado para atender la demanda del diálogo y explicó la imposibilidad, luego revisada, que implicaba celebrar una reunión en el Palacio Quemado, con un comisión numerosa de marchistas.
"Así no se construye el diálogo", lamentó Morales antes de alentar la posibilidad latente de instaurar las conversaciones en las próximas horas.
Pese a los reiterados llamados Morales los dirigentes de los marchistas indígenas de tierras bajas optaron, también por la noche, por más exigencias, entre ellas que el Gobierno levante el control policial de la Plaza Murillo para permitir el ingreso del grueso de la marcha.
En uno de los accesos a la Plaza de Armas de La Paz se encuentra en vigilia un centenar de marchistas que ingresaron la noche del miércoles con el pretexto de que iban a conocerla y sacar fotografías.
El presidente de las comunidades del TIPNIS, Vargas, anotó que "se acabaron las cartas, la última fue la recibida del Gobierno en la que anuncia que autorizará el ingreso a la Plaza Murillo de los dirigentes del Comité Político e la marcha, pero no de todos los marchistas".
Por ello convocó a la "solidaridad del pueblo de La Paz para proteger a los marchistas que hacen vigilia en la Plaza Murillo".
Los marchistas de tierras bajas de Bolivia se encuentran hospedados en diversos emplazamientos públicos de La Paz, que el martes les tributó acogida sin precedentes y que este jueves recibieron asistencia médica por organismos de salud del Estado.
Representantes de Derechos Humanos y organizaciones sociales abogaron por la instalación definitiva de las conversaciones.