Bolivia: hasta que el azúcar dejó de ser amargo
La Paz, Abi
A casi un año de que Bolivia quedara desprovista gravemente de azúcar, hoy día el Gobierno, los empresarios y cañeros dicen que la población no volverá a pasar por esa amarga y cara experiencia ya que la producción va en alza, abriéndose paso con animosas inversiones entre los usuales temores de la industria: el contrabando y la especulación, pero también entre plagas y un clima cada vez más incierto y hostil, secuelas del calentamiento global.
Recorriendo los cañaverales del norte integrado del departamento de Santa Cruz, queda a simple vista la constatación de que la zafra fue abundante este año y se prevé que la producción superará en 2 millones de quintales el consumo interno, de 7,5 millones.
Una prolongada sequía, el agio y la especulación obligaron a comienzos de 2011 al presidente Evo Morales a elevar el precio del azúcar barata, alrededor de 50%, para frenar el contrabando de ese producto a Perú, Chile, Argentina y Brasil, donde valía el doble.
Según la Cámara Agropecuaria del Oriente, la baja producción de caña en 2010 ocasionó una disminución de alrededor de 1,5 millones de quintales de azúcar.
Bolivia tuvo que importar con pérdidas ese alimento de Brasil y Colombia para mitigar la escasez, los altos precios y el descontento social.
A finales de mayo, el precio del kg de azúcar se estabilizó en 6 bolivianos, luego de subir alrededor de 10 bolivianos en el área urbana y más de 15 bolivianos en poblaciones rurales.
"La producción de este año va a sobrepasar los 9,5 millones de quintales, se cree que va a llegar a 10 millones. Nuestro mercado nacional de 7,5 está totalmente abastecido y el pueblo boliviano no va a pagar más de 6 de bolivianos (el kilo), como pagaron 10 ó 15 bolivianos cuando no había azúcar", dijo el presidente del Ingenio Azucarero Guabirá, Mariano Aguilera.
Ese ingenio, con 55 años de funcionamiento, tiene desde 1993 como dueños a cañeros y trabajadores. Su capacidad de molienda supera las 17.500 toneladas de caña por día y este año su producción alcanzará a 3 millones de quintales de azúcar.
Además de Guabirá en Santa Cruz operan los ingenios azucareros Unagro, que estimó producir 3 millones de quintales; San Aurelio (2 millones) y La Bélgica (1 millón), además de Bermejo (1,3 millones), emplazado en el departamento de Tarija.
El sector cañero señaló que las animosas inversiones y las lluvias abonaron unas 140 mil hectáreas de cultivos de caña de azúcar en todo el país.
"Estamos contentos porque este año hemos logrado una buena producción. Ahora que el mercado interno está garantizado, esperamos que el Gobierno autorice la exportación de los excedentes. Los cañeros hemos cumplido, esperamos que los gobernantes hagan ahora lo propio con el sector", dijo el presidente de la Unión de Cañeros UNAGRO, Santiago Espinoza.
La Federación de Cañeros de Santa Cruz subrayó que la materia prima para los ingenios se garantizó a plan de deudas y, por ello, hoy pide que el Gobierno levante el veto a la exportación del azúcar excedente.
Los agricultores necesitan liquidez para limpiar y renovar sus campos, fertilizarlos y arreglar la maquinaria agrícola para encarar la próxima zafra, argumentaron los dirigentes.
La perspectiva es lograr que la producción suba a 12 millones de quintales el próximo año; sin embargo, no todo es dulce. La aparición de un gusano blanco denominado "gallinita ciega", que destruye la raíz de la caña de azúcar, alarmó a los productores de la zona de Montero, Naranjal y Okinawa en Santa Cruz.
Por el momento no existen datos oficiales sobre la propagación de esa plaga y los expertos aseguran que ese gusano es "controlable".
Aunque la industria azucarera boliviana todavía debe vencer algunos obstáculos técnicos, financiaros y legales para consolidar su potencialidad, quizás el mayor reto del sector es que lograr que esa bonanza alcance cada año a más personas.
Sólo el ingenio Guabirá está conformado por 1.675 accionistas, 1.098 trabajadores, 1.420 cañeros, 4.500 zafreros, 1.000 transportistas, 5 mil trabajadores agrícolas, 300 trabajadores y cerca de 15.000 familias están involucrados en el rubro cañero, directa e indirectamente.
Otro objetivo es erradicar por completo el trabajo infantil en la zafra.
Los últimos días, cerca de 500 productores cañeros recibieron el "Triple Sello", una certificación creada para condecorar la producción "Libre de Trabajo Infantil, Libre de Trabajo Forzoso y Libre de Discriminación".
Los envases de azúcar llevan un sello indicando que el producto salió de cañaverales con cero de trabajo infantil. Hace unos años atrás, se estimaba que por lo menos 10.000 niños y adolescentes trabajaban en la zafra de Santa Cruz (70%) y Tarija (30%), según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El sector azucarero está empeñado en "endulzar la vida de los bolivianos", remarcó el Presidente del Ingenio Guabirá.
Por su parte, el titular de la Corporación UNAGRO, Luis Fernando Barbery, sostuvo que "unidos se pueden superar todos los desafíos" y que "el reto es avanzar en una mayor investigación y mejoramiento genético en la producción de la caña y (...) optar por el riego" para ser inmunes a otra amarga sequía.
A casi un año de que Bolivia quedara desprovista gravemente de azúcar, hoy día el Gobierno, los empresarios y cañeros dicen que la población no volverá a pasar por esa amarga y cara experiencia ya que la producción va en alza, abriéndose paso con animosas inversiones entre los usuales temores de la industria: el contrabando y la especulación, pero también entre plagas y un clima cada vez más incierto y hostil, secuelas del calentamiento global.
Recorriendo los cañaverales del norte integrado del departamento de Santa Cruz, queda a simple vista la constatación de que la zafra fue abundante este año y se prevé que la producción superará en 2 millones de quintales el consumo interno, de 7,5 millones.
Una prolongada sequía, el agio y la especulación obligaron a comienzos de 2011 al presidente Evo Morales a elevar el precio del azúcar barata, alrededor de 50%, para frenar el contrabando de ese producto a Perú, Chile, Argentina y Brasil, donde valía el doble.
Según la Cámara Agropecuaria del Oriente, la baja producción de caña en 2010 ocasionó una disminución de alrededor de 1,5 millones de quintales de azúcar.
Bolivia tuvo que importar con pérdidas ese alimento de Brasil y Colombia para mitigar la escasez, los altos precios y el descontento social.
A finales de mayo, el precio del kg de azúcar se estabilizó en 6 bolivianos, luego de subir alrededor de 10 bolivianos en el área urbana y más de 15 bolivianos en poblaciones rurales.
"La producción de este año va a sobrepasar los 9,5 millones de quintales, se cree que va a llegar a 10 millones. Nuestro mercado nacional de 7,5 está totalmente abastecido y el pueblo boliviano no va a pagar más de 6 de bolivianos (el kilo), como pagaron 10 ó 15 bolivianos cuando no había azúcar", dijo el presidente del Ingenio Azucarero Guabirá, Mariano Aguilera.
Ese ingenio, con 55 años de funcionamiento, tiene desde 1993 como dueños a cañeros y trabajadores. Su capacidad de molienda supera las 17.500 toneladas de caña por día y este año su producción alcanzará a 3 millones de quintales de azúcar.
Además de Guabirá en Santa Cruz operan los ingenios azucareros Unagro, que estimó producir 3 millones de quintales; San Aurelio (2 millones) y La Bélgica (1 millón), además de Bermejo (1,3 millones), emplazado en el departamento de Tarija.
El sector cañero señaló que las animosas inversiones y las lluvias abonaron unas 140 mil hectáreas de cultivos de caña de azúcar en todo el país.
"Estamos contentos porque este año hemos logrado una buena producción. Ahora que el mercado interno está garantizado, esperamos que el Gobierno autorice la exportación de los excedentes. Los cañeros hemos cumplido, esperamos que los gobernantes hagan ahora lo propio con el sector", dijo el presidente de la Unión de Cañeros UNAGRO, Santiago Espinoza.
La Federación de Cañeros de Santa Cruz subrayó que la materia prima para los ingenios se garantizó a plan de deudas y, por ello, hoy pide que el Gobierno levante el veto a la exportación del azúcar excedente.
Los agricultores necesitan liquidez para limpiar y renovar sus campos, fertilizarlos y arreglar la maquinaria agrícola para encarar la próxima zafra, argumentaron los dirigentes.
La perspectiva es lograr que la producción suba a 12 millones de quintales el próximo año; sin embargo, no todo es dulce. La aparición de un gusano blanco denominado "gallinita ciega", que destruye la raíz de la caña de azúcar, alarmó a los productores de la zona de Montero, Naranjal y Okinawa en Santa Cruz.
Por el momento no existen datos oficiales sobre la propagación de esa plaga y los expertos aseguran que ese gusano es "controlable".
Aunque la industria azucarera boliviana todavía debe vencer algunos obstáculos técnicos, financiaros y legales para consolidar su potencialidad, quizás el mayor reto del sector es que lograr que esa bonanza alcance cada año a más personas.
Sólo el ingenio Guabirá está conformado por 1.675 accionistas, 1.098 trabajadores, 1.420 cañeros, 4.500 zafreros, 1.000 transportistas, 5 mil trabajadores agrícolas, 300 trabajadores y cerca de 15.000 familias están involucrados en el rubro cañero, directa e indirectamente.
Otro objetivo es erradicar por completo el trabajo infantil en la zafra.
Los últimos días, cerca de 500 productores cañeros recibieron el "Triple Sello", una certificación creada para condecorar la producción "Libre de Trabajo Infantil, Libre de Trabajo Forzoso y Libre de Discriminación".
Los envases de azúcar llevan un sello indicando que el producto salió de cañaverales con cero de trabajo infantil. Hace unos años atrás, se estimaba que por lo menos 10.000 niños y adolescentes trabajaban en la zafra de Santa Cruz (70%) y Tarija (30%), según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El sector azucarero está empeñado en "endulzar la vida de los bolivianos", remarcó el Presidente del Ingenio Guabirá.
Por su parte, el titular de la Corporación UNAGRO, Luis Fernando Barbery, sostuvo que "unidos se pueden superar todos los desafíos" y que "el reto es avanzar en una mayor investigación y mejoramiento genético en la producción de la caña y (...) optar por el riego" para ser inmunes a otra amarga sequía.