Banfield abusó de un pobre Independiente


Buenos Aires, Olé
En un ST de lujo, Banfield abusó de Independiente: 3-0 con dos de Ferreyra y un golazo de Acevedo. Del Rojo de Díaz, que sufrió la expulsión de Velázquez -debería haber sido echado Achucarro-, poco y nada...

"La gente de Independiente ya me ama". Histriónico como siempre, Ramón Díaz le contó a Olé sus sensaciones en el Rojo antes del partido contra Banfield. El amor, dicen, es ciego. Mejor así: muy feo lo que se vio del equipo del riojano en el 0-3 contra el Taladro...

En el primer tiempo hubo poco de los dos lados: apenas un cabezazo de Parra de entrada y algunas escaladas por los costados sin finales de Banfield. Pero a los 30', el partido cambió: Velázquez reaccionó ante un golpe de Achucarro, le tiró un tonto patadón y el árbitro Vigliano decidió, erróneamente, expulsar sólo al defensor de Independiente. Al hombre de menos se le sumó el mensaje que vino desde el banco: Ramón sacó a Núñez a los 38' para mandar a la cancha a Matheu. Defensor por delantero...

Así, Independiente salió a jugar el segundo tiempo con excesiva prudencia. Y Banfield se animó. Con la dinámica de Jonathan Gómez y la recuperación de Carboni en el medio. Y con Ferreyra: en una ráfaga de cinco minutos, el Chucky metió dos gritos, primero a los '8 y luego a los '13. El segundo, un fierrazo bien arriba.

A partir de ahí, con la tranquilidad de la ventaja de dos goles y el hombre de más, el Taladro se hizo dueño del partido y, salvo por un tiro libre de Marco Pérez que dio en el travesaño, no sufrió complicaciones. Acevedo cerró la goleada con un gol para un cuadrito, colocándola por encima de Assman. Y la fiesta podría haber sido mayor: a Banfield le anularon tres goles en offside, todos correctamente.

Banfield ya disfruta de la mano de La Volpe, salió del fondo de la tabla y, convencido de una idea, es dinámico y compacto. Aunque le falta peso en ofensiva, tuvo contra el Rojo a un inspirado Ferreyra, movedizo y punzante. También tiene las excentricidades del Bigotón: el DT hizo los tres cambios permitidos en tres minutos... En el Rojo, todo al revés: muy poco de sus delanteros, cambios defensivos apresurados de Ramón Díaz y groseras fallas defensivas, ya una constante en el semestre. A volver a enamorar, entonces.

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