5,2 millones de bolivianos a las urnas por reforma judicial de raíz
La Paz, Abi
Al menos 5,2 millones de bolivianos elegirán el domingo en las urnas a 26 magistrados, tribunos y consejeros, y sus suplentes en igual número, en unos comicios para la reforma a fondo del sistema judicial del país andino amazónico, sumido en una lucha política de baja intensidad entre oficialismo que pide elegir y oposición pifiar.
Ciento quince abogados pugnarán por los cargos de vigencia decenal y se harán de los votos de electores -inscritos en el padrón biométrico boliviano, de alta confiabilidad y certificado como tal por la comunidad internacional-por mayoría relativa.
El Tribunal Supremo Electoral administra esta elección atípica en la historia de Latinoamérica, cuya etapa de escrutinio se presenta al menos compleja.
Poco más de la mitad de la población total de Bolivia votará en más de 22.000 colegios electorales que serán controlados por igual número de policías.
Al menos 143.000 jurados electorales administrarán la inédita elección judicial.
Un ejército de dos centenas de veedores de Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Unión de Naciones Sudamericanas y el Parlamento Latinoamericano, entre otras entidades internacionales que han destacado al país a sus observadores, controlará la transparencia del proceso polarizado entre quienes lo legitiman y deslegitiman.
Los bolivianos elegirán por primera vez a 9 magistrados del Tribunal Suprema Electoral y sus suplentes.
También a 7 jueces y otros tantos suplentes de Tribunal Agroambiental y a 5 miembros titulares y sus respectivos suplentes del Consejo de la Magistratura.
Lo mismo, a 7 tribunos e igual número de suplentes del Tribunal Constitucional.
El mayor peso del padrón electoral lo sustancia el departamento de La Paz (1,5 millones de electores), bastión electoral de Morales, seguido por el de Santa Cruz (1,3 millones de electores) donde radican grupos económicos opuestos al gobernante indígena de izquierdas.
Será la primera vez en la historia de Bolivia que los jueces serán electos en las urnas y por mandato de la Constitución vigente desde 2009.
El principio de esta elección es la reforma de un sistema judicial podrido, por décadas, por la corrupción, antítesis del que está a punto de instaurarse.
Pese a que no se trata de una elección tradicional, pues los candidatos fueron elegidos por la Asamblea Legislativa Plurinacional, de mayoría oficialista, la política partidaria ha infiltrado el comicio.
Disconforme con el formato de elección, que por prescripción constitucional prohibió la propaganda en medios masivos y minimedios, la oposición ha promovido una campaña por el voto nulo, mientras que el gobierno del presidente Evo Morales se enfocó al incentivo del voto y la participación ciudadana.
La campaña por el voto nulo o por el 'no' a la elección, con que se pretende demostrar un nuevo esquema en el correlato de fuerzas políticas en el país, que vio ganador a Morales en las últimas 5 elecciones y referendos, se registraba en calles, avenidas y con fuerza insospechada en redes sociales por la Internet.
Sobre este tópico aterrizarán empresas de estudios demoscópicos y medios privados en las primeras horas después del acto recuento de votos.
El TSE ha reconocido que los resultados oficiales tardarán días antes de fraguar.
La oposición encarnada por el ex alcalde de La Paz, Juan del Granado, el acaudalado empresario Samuel Doria Medina, jefes de sendas minoritarias fuerzas legislativas y el ex militar y líder de la principal formación de oposición, Manfred Reyes Villa, procesado por corrupción y autoexiliado en Estados Unidos, además del conservador gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, acusa a Morales de intentar controlar la justicia, en un país en que este poder del Estado siempre ha sido apéndice del Ejecutivo.
Morales ha proclamado que no conoce personalmente sino a 3 de los 115 candidatos y que su intención primaria es la reforma de la justicia boliviana, rigurosa y leonina con los pobres y benévola y condescendiente con los ricos.
El vicepresidente Alvaro García Linera definió la elección judicial como prueba de oro para la democracia boliviana de bisoños 26 años.
"Mañana (domingo) el pueblo de Bolivia participará en un acto democrático e inédito, que es una nueva etapa, un nuevo piso de la construcción democrática del Estado, que no se ha practicado ni siquiera en otros países", afirmó.
El ex presidente de Panamá, Martín Torrijos, jefe de la misión de observadores de la OEA, calificó a las elecciones judiciales bolivianas de "proceso único".
Tras su llegada a La Paz y después de una reunión con miembros del Tribunal Supremo Electoral, Torrijos consideró que los comicios del domingo marcarán un "proceso único en el continente".
Al menos 5,2 millones de bolivianos elegirán el domingo en las urnas a 26 magistrados, tribunos y consejeros, y sus suplentes en igual número, en unos comicios para la reforma a fondo del sistema judicial del país andino amazónico, sumido en una lucha política de baja intensidad entre oficialismo que pide elegir y oposición pifiar.
Ciento quince abogados pugnarán por los cargos de vigencia decenal y se harán de los votos de electores -inscritos en el padrón biométrico boliviano, de alta confiabilidad y certificado como tal por la comunidad internacional-por mayoría relativa.
El Tribunal Supremo Electoral administra esta elección atípica en la historia de Latinoamérica, cuya etapa de escrutinio se presenta al menos compleja.
Poco más de la mitad de la población total de Bolivia votará en más de 22.000 colegios electorales que serán controlados por igual número de policías.
Al menos 143.000 jurados electorales administrarán la inédita elección judicial.
Un ejército de dos centenas de veedores de Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos (OEA), de la Unión de Naciones Sudamericanas y el Parlamento Latinoamericano, entre otras entidades internacionales que han destacado al país a sus observadores, controlará la transparencia del proceso polarizado entre quienes lo legitiman y deslegitiman.
Los bolivianos elegirán por primera vez a 9 magistrados del Tribunal Suprema Electoral y sus suplentes.
También a 7 jueces y otros tantos suplentes de Tribunal Agroambiental y a 5 miembros titulares y sus respectivos suplentes del Consejo de la Magistratura.
Lo mismo, a 7 tribunos e igual número de suplentes del Tribunal Constitucional.
El mayor peso del padrón electoral lo sustancia el departamento de La Paz (1,5 millones de electores), bastión electoral de Morales, seguido por el de Santa Cruz (1,3 millones de electores) donde radican grupos económicos opuestos al gobernante indígena de izquierdas.
Será la primera vez en la historia de Bolivia que los jueces serán electos en las urnas y por mandato de la Constitución vigente desde 2009.
El principio de esta elección es la reforma de un sistema judicial podrido, por décadas, por la corrupción, antítesis del que está a punto de instaurarse.
Pese a que no se trata de una elección tradicional, pues los candidatos fueron elegidos por la Asamblea Legislativa Plurinacional, de mayoría oficialista, la política partidaria ha infiltrado el comicio.
Disconforme con el formato de elección, que por prescripción constitucional prohibió la propaganda en medios masivos y minimedios, la oposición ha promovido una campaña por el voto nulo, mientras que el gobierno del presidente Evo Morales se enfocó al incentivo del voto y la participación ciudadana.
La campaña por el voto nulo o por el 'no' a la elección, con que se pretende demostrar un nuevo esquema en el correlato de fuerzas políticas en el país, que vio ganador a Morales en las últimas 5 elecciones y referendos, se registraba en calles, avenidas y con fuerza insospechada en redes sociales por la Internet.
Sobre este tópico aterrizarán empresas de estudios demoscópicos y medios privados en las primeras horas después del acto recuento de votos.
El TSE ha reconocido que los resultados oficiales tardarán días antes de fraguar.
La oposición encarnada por el ex alcalde de La Paz, Juan del Granado, el acaudalado empresario Samuel Doria Medina, jefes de sendas minoritarias fuerzas legislativas y el ex militar y líder de la principal formación de oposición, Manfred Reyes Villa, procesado por corrupción y autoexiliado en Estados Unidos, además del conservador gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, acusa a Morales de intentar controlar la justicia, en un país en que este poder del Estado siempre ha sido apéndice del Ejecutivo.
Morales ha proclamado que no conoce personalmente sino a 3 de los 115 candidatos y que su intención primaria es la reforma de la justicia boliviana, rigurosa y leonina con los pobres y benévola y condescendiente con los ricos.
El vicepresidente Alvaro García Linera definió la elección judicial como prueba de oro para la democracia boliviana de bisoños 26 años.
"Mañana (domingo) el pueblo de Bolivia participará en un acto democrático e inédito, que es una nueva etapa, un nuevo piso de la construcción democrática del Estado, que no se ha practicado ni siquiera en otros países", afirmó.
El ex presidente de Panamá, Martín Torrijos, jefe de la misión de observadores de la OEA, calificó a las elecciones judiciales bolivianas de "proceso único".
Tras su llegada a La Paz y después de una reunión con miembros del Tribunal Supremo Electoral, Torrijos consideró que los comicios del domingo marcarán un "proceso único en el continente".