Zapatero: "Rubalcaba solo ha recortado las víctimas en la carretera y a ETA"
El presidente del Gobierno defiende las medidas más polémicas de esta legislatura. Zapatero: "El futuro dirá que evitamos una situación muy grave para España", ha dicho. El jefe del ejecutivo elegia sin rodeos a Rubalcaba: "Yo quiero un presidente así"
Madrid, El País
El PSOE ha dado la oportunidad a su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, para que explique el porqué de su acción de gobierno. Zapatero se ha confesado ante 2.500 socialistas en la conferencia política organizada para elaborar el embrión del programa electoral y para lanzar al candidato Alfredo Pérez Rubalcaba. “Lo que he hecho ha sido porque era mi deber y nuestro deber con España y su futuro. Más allá de los errores, hemos actuado por España para que no colapsara”. Con cierto dramatismo, el presidente del Gobierno defendió su gestión e incluso se permitió pedir a su partido que en esta campaña “explique y defienda las reformas que ha hecho el Gobierno”.
Zapatero personalizó: “He tomado las decisiones necesarias que permitan crecer y recuperar el empleo”. No tendrá el presidente del Gobierno muchas más ocasiones de hablar en primera persona, y en un foro tan numeroso, de justificar lo que ha hecho. Por eso algunos asistentes interpretaron que su secretario general estaba leyéndoles su testamento político. “Todo lo que he hecho ha sido para evitar que España tuviera que pedir ayuda porque si eso ocurriera nos hundiría por mucho tiempo”, aseguró. Y siguió en su propia defensa con el relato sobre el alto grado de protección social que ha podido mantener a pesar de que las arcas cada vez estaban más vacías. “He hecho todos los esfuerzos que estaban en mi mano para proteger al 80% de los desempleados”, se defendió.
Sus explicaciones y justificaciones, acogidas con una notable calidez por el auditorio, incluyó un alegato en favor de la necesidad de que la Europa del euro no deje caer a Grecia, Portugal e Irlanda. Parecía que con las medidas que ya ha tomado, España ya no estaría en situación de riesgo.
Los elogios a Rubalcaba, al PSOE y a su capacidad de representar “como nadie” a este país los intercaló el presidente del Gobierno con la defensa de su propia gestión. Bien es cierto que antes el expresidente Felipe González, con extraordinaria vehemencia, había defendido las políticas de ajuste que había llevado a cabo Zapatero. Al auditorio le sentó muy bien ver aparecer por sorpresa a González y Zapatero flanqueando a Rubalcaba.
Pero además de hablar de sí mismo y de su gestión, el presidente del Gobierno dio muestras con bastante naturalidad de que asume plenamente el papel de retirada que ya le toca en la historia de su partido. Después de la inauguración no habrá lugar para la especulación respecto a posibles desavenencias entre Zapatero y su sucesor en la candidatura a la presidencia del Gobierno.
Sí es cierto que hubo una crisis cuando Zapatero, sin conocimiento de Rubalcaba, acordó con el PP hacer una reforma rápida de la Constitución para incluir el límite en el déficit del Estado. Pero ese tropiezo, que no fue pequeño en la relación entre ambos, ha sido superado, según insisten en los entornos de estos políticos. Desde luego, Zapatero dio muestras de absoluta admiración y reconocimiento hacia Rubalcaba.
Quizá muchos de los que escuchaban al presidente del Gobierno desconocen que en el año 2000, cuando Zapatero ganó la secretaría general, llamó de inmediato a Rubalcaba para contar con él, a pesar de que este había apoyado la candidatura de José Bono para el liderazgo del partido. Desde entonces, siempre ha contado con él, en la oposición y en el Gobierno, y en las tareas de más responsabilidad. Le acusan de hacer recortes: sí, ha recortado las víctimas en carretera, la delincuencia y ha recortado a ETA hasta dejarla agónica. Es un trabajador como nadie, infatigable y eficaz”, y resumió sus cualidades en una: “Es un gobernante”. Pero el presidente sabe que el ánimo de su partido no está en su mejor momento a pesar de que sí confían en Rubalcaba.
La mayoría de los asistentes a esta conferencia fueron derrotados en las elecciones del pasado 22 de mayo. “Este partido tiene capacidad para afrontar situaciones difíciles, es el partido que más elecciones ha ganado y que más ha contribuido a 30 años de modernidad”, exhortó Zapatero en el intento de subir la moral de los socialistas, tarea en la que se empleó a fondo minutos antes Felipe González.
La síntesis de su discurso se compuso de la defensa de su tarea, la necesidad de que el PSOE creyera que las reformas “permitirán el crecimiento y crear empleo” y que nadie como Rubalcaba está en condiciones de gobernar este país. “Gracias, gracias, miles de gracias por el apoyo que me habéis dado y que ahora es el que tenéis que dar a Rubalcaba; el mío lo tiene incondicional”.
Madrid, El País
El PSOE ha dado la oportunidad a su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, para que explique el porqué de su acción de gobierno. Zapatero se ha confesado ante 2.500 socialistas en la conferencia política organizada para elaborar el embrión del programa electoral y para lanzar al candidato Alfredo Pérez Rubalcaba. “Lo que he hecho ha sido porque era mi deber y nuestro deber con España y su futuro. Más allá de los errores, hemos actuado por España para que no colapsara”. Con cierto dramatismo, el presidente del Gobierno defendió su gestión e incluso se permitió pedir a su partido que en esta campaña “explique y defienda las reformas que ha hecho el Gobierno”.
Zapatero personalizó: “He tomado las decisiones necesarias que permitan crecer y recuperar el empleo”. No tendrá el presidente del Gobierno muchas más ocasiones de hablar en primera persona, y en un foro tan numeroso, de justificar lo que ha hecho. Por eso algunos asistentes interpretaron que su secretario general estaba leyéndoles su testamento político. “Todo lo que he hecho ha sido para evitar que España tuviera que pedir ayuda porque si eso ocurriera nos hundiría por mucho tiempo”, aseguró. Y siguió en su propia defensa con el relato sobre el alto grado de protección social que ha podido mantener a pesar de que las arcas cada vez estaban más vacías. “He hecho todos los esfuerzos que estaban en mi mano para proteger al 80% de los desempleados”, se defendió.
Sus explicaciones y justificaciones, acogidas con una notable calidez por el auditorio, incluyó un alegato en favor de la necesidad de que la Europa del euro no deje caer a Grecia, Portugal e Irlanda. Parecía que con las medidas que ya ha tomado, España ya no estaría en situación de riesgo.
Los elogios a Rubalcaba, al PSOE y a su capacidad de representar “como nadie” a este país los intercaló el presidente del Gobierno con la defensa de su propia gestión. Bien es cierto que antes el expresidente Felipe González, con extraordinaria vehemencia, había defendido las políticas de ajuste que había llevado a cabo Zapatero. Al auditorio le sentó muy bien ver aparecer por sorpresa a González y Zapatero flanqueando a Rubalcaba.
Pero además de hablar de sí mismo y de su gestión, el presidente del Gobierno dio muestras con bastante naturalidad de que asume plenamente el papel de retirada que ya le toca en la historia de su partido. Después de la inauguración no habrá lugar para la especulación respecto a posibles desavenencias entre Zapatero y su sucesor en la candidatura a la presidencia del Gobierno.
Sí es cierto que hubo una crisis cuando Zapatero, sin conocimiento de Rubalcaba, acordó con el PP hacer una reforma rápida de la Constitución para incluir el límite en el déficit del Estado. Pero ese tropiezo, que no fue pequeño en la relación entre ambos, ha sido superado, según insisten en los entornos de estos políticos. Desde luego, Zapatero dio muestras de absoluta admiración y reconocimiento hacia Rubalcaba.
Quizá muchos de los que escuchaban al presidente del Gobierno desconocen que en el año 2000, cuando Zapatero ganó la secretaría general, llamó de inmediato a Rubalcaba para contar con él, a pesar de que este había apoyado la candidatura de José Bono para el liderazgo del partido. Desde entonces, siempre ha contado con él, en la oposición y en el Gobierno, y en las tareas de más responsabilidad. Le acusan de hacer recortes: sí, ha recortado las víctimas en carretera, la delincuencia y ha recortado a ETA hasta dejarla agónica. Es un trabajador como nadie, infatigable y eficaz”, y resumió sus cualidades en una: “Es un gobernante”. Pero el presidente sabe que el ánimo de su partido no está en su mejor momento a pesar de que sí confían en Rubalcaba.
La mayoría de los asistentes a esta conferencia fueron derrotados en las elecciones del pasado 22 de mayo. “Este partido tiene capacidad para afrontar situaciones difíciles, es el partido que más elecciones ha ganado y que más ha contribuido a 30 años de modernidad”, exhortó Zapatero en el intento de subir la moral de los socialistas, tarea en la que se empleó a fondo minutos antes Felipe González.
La síntesis de su discurso se compuso de la defensa de su tarea, la necesidad de que el PSOE creyera que las reformas “permitirán el crecimiento y crear empleo” y que nadie como Rubalcaba está en condiciones de gobernar este país. “Gracias, gracias, miles de gracias por el apoyo que me habéis dado y que ahora es el que tenéis que dar a Rubalcaba; el mío lo tiene incondicional”.