Un renovado Vélez le ganó 1-0 a Independiente
Buenos Aires, DyN
Pese a que Ricardo Gareca apostó por la rotación y dio descanso a varios de sus habituales titulares, a Vélez le bastó para vencer por 1-0 a un deslucido Independiente en Avellaneda, a una semana del clásico frente a Racing.
El uruguayo Jonathan Ramírez, a los 34 minutos de la primera etapa, marcó el único gol del encuentro, que le permitió al Fortín cosechar su tercer triunfo en el torneo, y le propinó al rojo su segundo traspié consecutivo como local.
Si bien no fue la versión más vistosa del conjunto de Liniers, a los dirigidos por Gareca les alcanzó con ser un equipo ordenado y punzante de contra para doblegar a un tibio y deslucido Independiente, que no pudo mostrar de local los buenos síntomas que evidenció en el triunfo ante Atlético de Rafaela.
Fue un primer tiempo discreto, en el que ambos equipos alternaron la posesión de la pelota y les costó sobremanera llevar peligro al arco rival.
Vélez apostó por un juego más prolijo, con la proyección de Fabián Cubero y Emiliano Papa para darle volumen a sus avances intentando desdoblar al Rojo por los costados.
Por su parte, el anfitrión eligió un plan más directo aunque no por eso efectivo, ya que al recuperar la pelota jugaba largo en busca del tridente ofensivo que conformaron Leonel Núñez, Facundo Parra y Brian Nieva, pero sus ataques se diluyeron en maniobras individuales e improductivas.
Tal es así que la mejor llegada del Rojo se produjo a los 33 minutos, mediante un remate venenoso desde fuera del área de Cristian Pellerano que Marcelo Barovero controló en dos tiempos.
Como contrapartida, y en la jugada siguiente, Vélez desnudó las falencias defensivas del local y consiguió abrir el marcador.
Es que a los 34, y a partir de un pelotazo largo y frontal de Alejandro Cabral, el uruguayo Ramírez le ganó en el mano a mano a Gabriel Milito y definió con un toque sutil con la cara externa del pie derecho, ante una apresurada salida de Hilario Navarro.
Con la ventaja a su favor, Vélez se retrasó en el campo y apostó por cederle la pelota a Independiente para intentar lastimarlo de contra.
Pero a pesar de contar con el dominio territorial y jugar muy cerca del arco de Barovero, los dirigidos por Ramón Díaz no tuvieron claridad y en ningún momento pudieron poner en verdadero peligro al arquero de Vélez.
Los de Liniers siempre fueron más punzantes, y tuvieron una posibilidad de aumentar la ventaja a los 39 del segundo tiempo, en un mano a mano que Navarro tapó a Ramírez.
Sin respuesta futbolística ni anímica, los jugadores del Rojo no pudieron torcer el resultado, cosecharon la segunda derrota consecutiva como local, y se fueron reprobados por los hinchas, que mostraron su disconformismo con silbidos e insultos, y recordando que el próximo domingo visitan a su clásico rival.
Pese a que Ricardo Gareca apostó por la rotación y dio descanso a varios de sus habituales titulares, a Vélez le bastó para vencer por 1-0 a un deslucido Independiente en Avellaneda, a una semana del clásico frente a Racing.
El uruguayo Jonathan Ramírez, a los 34 minutos de la primera etapa, marcó el único gol del encuentro, que le permitió al Fortín cosechar su tercer triunfo en el torneo, y le propinó al rojo su segundo traspié consecutivo como local.
Si bien no fue la versión más vistosa del conjunto de Liniers, a los dirigidos por Gareca les alcanzó con ser un equipo ordenado y punzante de contra para doblegar a un tibio y deslucido Independiente, que no pudo mostrar de local los buenos síntomas que evidenció en el triunfo ante Atlético de Rafaela.
Fue un primer tiempo discreto, en el que ambos equipos alternaron la posesión de la pelota y les costó sobremanera llevar peligro al arco rival.
Vélez apostó por un juego más prolijo, con la proyección de Fabián Cubero y Emiliano Papa para darle volumen a sus avances intentando desdoblar al Rojo por los costados.
Por su parte, el anfitrión eligió un plan más directo aunque no por eso efectivo, ya que al recuperar la pelota jugaba largo en busca del tridente ofensivo que conformaron Leonel Núñez, Facundo Parra y Brian Nieva, pero sus ataques se diluyeron en maniobras individuales e improductivas.
Tal es así que la mejor llegada del Rojo se produjo a los 33 minutos, mediante un remate venenoso desde fuera del área de Cristian Pellerano que Marcelo Barovero controló en dos tiempos.
Como contrapartida, y en la jugada siguiente, Vélez desnudó las falencias defensivas del local y consiguió abrir el marcador.
Es que a los 34, y a partir de un pelotazo largo y frontal de Alejandro Cabral, el uruguayo Ramírez le ganó en el mano a mano a Gabriel Milito y definió con un toque sutil con la cara externa del pie derecho, ante una apresurada salida de Hilario Navarro.
Con la ventaja a su favor, Vélez se retrasó en el campo y apostó por cederle la pelota a Independiente para intentar lastimarlo de contra.
Pero a pesar de contar con el dominio territorial y jugar muy cerca del arco de Barovero, los dirigidos por Ramón Díaz no tuvieron claridad y en ningún momento pudieron poner en verdadero peligro al arquero de Vélez.
Los de Liniers siempre fueron más punzantes, y tuvieron una posibilidad de aumentar la ventaja a los 39 del segundo tiempo, en un mano a mano que Navarro tapó a Ramírez.
Sin respuesta futbolística ni anímica, los jugadores del Rojo no pudieron torcer el resultado, cosecharon la segunda derrota consecutiva como local, y se fueron reprobados por los hinchas, que mostraron su disconformismo con silbidos e insultos, y recordando que el próximo domingo visitan a su clásico rival.