Netanyahu proclama que el fin del conflicto no llegará a través de resoluciones de la ONU

Nueva York, EP
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha declarado su intención de dialogar con los palestinos para conseguir una "paz justa y duradera" en Oriente Próximo, durante un discurso en la ONU en el que ha propuesto al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, una reunión inmediata en Nueva York pero en el que también ha defendido el control de Israel en los territorios tomados en 1967.

"Extiendo mi mano al pueblo palestino para una paz justa y duradera. Nuestro deseo de paz nunca mengua", declaró el primer ministro ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el mismo foro en el que poco antes Abbas había confirmado que había solicitado la plena integración de Palestina como Estado miembro de la ONU.

"Israel ha extendido su mano durante 63 años. En nombre del Estado y del pueblo de Israel, extiendo mi mano hoy", proclamó el primer ministro, a lo largo de un texto en que el que planteó incluso una reunión inmediata entre él y Abbas. "Reunámonos hoy mismo", expuso, en una ferviente defensa de la vuelta a las conversaciones.

"No he venido a recibir aplausos, sino para decir la verdad: que Israel quiere la paz, que yo quiero la paz, pero solo a través de negociaciones directas. La verdad es que los palestinos se han negado a negociar la paz, y la verdad es que eso no debería pasar", añadió, para señalar durante otra parte de su declaración que "los palestinos quieren un Estado sin paz". "No dejéis que esto ocurra", sentenció.

Con continuas alusiones a la "paz", Netanyahu insistió, dirigiéndose a los palestinos, en que "primero debe ser con Israel" y que, solo entonces, conseguirán "su Estado". Proclamó que el fin del conflicto no llegará a través de "resoluciones" de la ONU, como dijese también en la Asamblea General el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Otra de las constantes dentro del discurso ha sido la defensa de la seguridad, uno de los argumentos más repetidos por Netanyahu durante los últimos meses para negar parte de la peticiones de Abbas, como por ejemplo que el nuevo Estado recupere territorios perdidos en 1967. Así, no está dispuesto a entregar, entre otras zonas, parte de Jerusalén, a la que ha descrito como "ciudad judía" y "tierra prometida".

El primer ministro israelí justificó la ocupación de estas zonas y dijo que Israel está "preparado" para convivir con un nuevo país en Cisjordania, pero no para tener "otra Gaza", territorio que controla actualmente la milicia islamista Hamás.

Por otra parte, Netanyahu también reprobó la actitud de Naciones Unidas por criticar a Israel más que a ningún otro Estado, y mencionó que el Consejo de Seguridad está presidido temporalmente por Líbano, donde tiene gran peso el grupo chií Hezbolá.

El jefe del Ejecutivo israelí realizó un repaso por los tradicionales enemigos de su país para criticar, entre otros actores de la región, a Irán o a la milicia Hamás, a la que exhortó a liberar al soldado Gilad Shalit. Dentro de este contexto Israel, la "única democracia real" de Oriente Próximo, sería un elemento de contención del radicalismo islámico que, como citó, están detrás de los atentados del 11-S en Estados Unidos o del 11-M en Madrid.

UN DISCURSO DE "INCITACIÓN"

El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, ha reaccionado con críticas al discurso de Abbas e incluso lo ha calificado de "discurso del odio" en una entrevista al Canal 2 israelí. A su juicio, a Israel no le queda otra opción que seguir adelante "sin prestar atención" y "sin hacer amenazas".

Lieberman ha defendido que su administración ha ofrecido a los palestinos iniciativas desde el "día uno" y que ha puesto sobre la mesa la construcción de un segundo estado en la zona, frenado durante diez meses la construcción de asentamientos en Cisjordania, retirado puestos de control y ayudado a la economía palestina, según recoge 'The Jerusalem Post'. Sin embargo, ha lamentado, la Autoridad Palestina ha ignorado estos gestos.

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