Merkel coge aire con el apoyo de su partido al fondo de rescate europeo
La canciller obtiene una amplia mayoría en el Bundestag para aprobar el aumento de la contribución alemana. -Solo 15 de los 330 diputados de los socios de Gobierno votaron en contra de la ley
Berlín, El País
La Cámara baja parlamentaria (Bundestag) ha aprobado esta mañana la ampliación del fondo de estabilidad del euro tal y como lo acordaron los Diecisiete en la cumbre de julio en Bruselas. La aplastante mayoría parlamentaria de 523 votos a favor y 85 en contra encierra una segunda alegría para la canciller Angela Merkel: logra el apoyo de 315 de los 330 diputados del bloque de centro-derecha que conforma su Gobierno. Alemania participa con 211.000 millones de euros en el fondo europeo. Su montante total es de 440.000 millones.
Con la mayoría absoluta en el Bundestag, Merkel ha obtenido un respaldo crucial para la gestión de los próximos meses. Su Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido hermano bávaro CSU y los socios liberales del FDP suman 330 escaños en la cámara legislativa. Merkel tenía que obtener al menos 311 votos para gozar de la llamada "mayoría del canciller". Es una cuestión de prestigio: para probar la ley, bastaba con una mayoría simple de los diputados presentes. La oposición socialdemócrata (SPD) y Verde anunció su apoyo hace semanas. Pero tener que contar con los votos de la oposición habría revelado una seria crisis de liderazgo en el Gobierno.
Es difícil diagnosticar hasta dónde alcanza el descontento entre los alemanes por esta nueva tanda de avales. Los cientos de miles de millones son cantidades fantásticas para cualquier asalariado. El ejecutivo de Merkel, objeto de numerosas críticas internacionales por sus sucesivas resistencias a aplicar nuevas medidas contra la crisis europea, tampoco atraviesa buenos momentos en el interior. ¿Ha cundido ya el euroescepticismo en Alemania?
Los sondeos de intención de voto y los resultados electorales no parecen indicarlo. Pese a la tristemente célebre campaña antigriega del populista diario Bild en 2010 y a la constante presión de la prensa y de los ideólogos conservadores (con el Frankfurter Allgemeine Zeitung a la cabeza), la actual coalición de Gobierno perdería hoy las elecciones... contra una coalición de SPD y Verdes. El partido que más ha tonteado con el populismo euroescéptico, el FDP, renquea en un indigente 4% de intención de voto según el canal público ZDF. Si se celebraran elecciones hoy, el centro-izquierda europeísta de SPD y Vedes sacaría a Merkel de la Cancillería. En los recientes comicios berlineses, el FDP se quedó con el 1,8% de los votos: está al borde de la desaparición.
Estos datos sugieren que una cosa es el miedo a arriesgar todavía más dinero, expresado por los alemanes en todas las encuestas, y otra el euroescepticismo. A la hora de votar, el rechazo a nuevos desembolsos no se ha traducido en un empuje de los euroescépticos.
Por su parte, la canciller ha orquestado una campaña implacable para vender a los alemanes las medidas de rescate del euro. El domingo concedió una hora en prime-time al presentador más popular del país. Lleva desde las elecciones berlinesas hace dos semanas presionando al bloque de su coalición para que apoyen hoy el aumento de la contribución alemana al rescate. Sacado hoy adelante el paquete de estabilidad, tendrá que empezar a decidirse el futuro económico de Grecia. ¿Se renegociará el segundo rescate, aprobado a duras penas en julio con el beneplácito de los acreedores privado? ¿Habrá suspensión de pagos? ¿Quita? ¿Mayores pérdidas para los tenedores de bonos?
Más allá y mucho más importante: ¿bastará el fondo de estabilidad, en su forma actual, para contener la amenaza de contagio a Italia y España de la crisis de deuda?
Hoy, Angela Merkel ha superado uno de los mayores retos de su carrera. Pero la falta de respuesta a estas preguntas revela que no será el último. Ella misma vinculó el futuro del euro con el futuro de Europa.
Berlín, El País
La Cámara baja parlamentaria (Bundestag) ha aprobado esta mañana la ampliación del fondo de estabilidad del euro tal y como lo acordaron los Diecisiete en la cumbre de julio en Bruselas. La aplastante mayoría parlamentaria de 523 votos a favor y 85 en contra encierra una segunda alegría para la canciller Angela Merkel: logra el apoyo de 315 de los 330 diputados del bloque de centro-derecha que conforma su Gobierno. Alemania participa con 211.000 millones de euros en el fondo europeo. Su montante total es de 440.000 millones.
Con la mayoría absoluta en el Bundestag, Merkel ha obtenido un respaldo crucial para la gestión de los próximos meses. Su Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido hermano bávaro CSU y los socios liberales del FDP suman 330 escaños en la cámara legislativa. Merkel tenía que obtener al menos 311 votos para gozar de la llamada "mayoría del canciller". Es una cuestión de prestigio: para probar la ley, bastaba con una mayoría simple de los diputados presentes. La oposición socialdemócrata (SPD) y Verde anunció su apoyo hace semanas. Pero tener que contar con los votos de la oposición habría revelado una seria crisis de liderazgo en el Gobierno.
Es difícil diagnosticar hasta dónde alcanza el descontento entre los alemanes por esta nueva tanda de avales. Los cientos de miles de millones son cantidades fantásticas para cualquier asalariado. El ejecutivo de Merkel, objeto de numerosas críticas internacionales por sus sucesivas resistencias a aplicar nuevas medidas contra la crisis europea, tampoco atraviesa buenos momentos en el interior. ¿Ha cundido ya el euroescepticismo en Alemania?
Los sondeos de intención de voto y los resultados electorales no parecen indicarlo. Pese a la tristemente célebre campaña antigriega del populista diario Bild en 2010 y a la constante presión de la prensa y de los ideólogos conservadores (con el Frankfurter Allgemeine Zeitung a la cabeza), la actual coalición de Gobierno perdería hoy las elecciones... contra una coalición de SPD y Verdes. El partido que más ha tonteado con el populismo euroescéptico, el FDP, renquea en un indigente 4% de intención de voto según el canal público ZDF. Si se celebraran elecciones hoy, el centro-izquierda europeísta de SPD y Vedes sacaría a Merkel de la Cancillería. En los recientes comicios berlineses, el FDP se quedó con el 1,8% de los votos: está al borde de la desaparición.
Estos datos sugieren que una cosa es el miedo a arriesgar todavía más dinero, expresado por los alemanes en todas las encuestas, y otra el euroescepticismo. A la hora de votar, el rechazo a nuevos desembolsos no se ha traducido en un empuje de los euroescépticos.
Por su parte, la canciller ha orquestado una campaña implacable para vender a los alemanes las medidas de rescate del euro. El domingo concedió una hora en prime-time al presentador más popular del país. Lleva desde las elecciones berlinesas hace dos semanas presionando al bloque de su coalición para que apoyen hoy el aumento de la contribución alemana al rescate. Sacado hoy adelante el paquete de estabilidad, tendrá que empezar a decidirse el futuro económico de Grecia. ¿Se renegociará el segundo rescate, aprobado a duras penas en julio con el beneplácito de los acreedores privado? ¿Habrá suspensión de pagos? ¿Quita? ¿Mayores pérdidas para los tenedores de bonos?
Más allá y mucho más importante: ¿bastará el fondo de estabilidad, en su forma actual, para contener la amenaza de contagio a Italia y España de la crisis de deuda?
Hoy, Angela Merkel ha superado uno de los mayores retos de su carrera. Pero la falta de respuesta a estas preguntas revela que no será el último. Ella misma vinculó el futuro del euro con el futuro de Europa.