La sentencia más incómoda para Evo Morales
El gobierno de Bolivia trató de descalificar la sentencia en las semanas previas.
La sentencia a 14 años de cárcel en Estados Unidos al exzar antidrogas de Bolivia por narcotráfico, aunque esperada, se produce en un momento delicado para el presidente Evo Morales que desde hace casi un mes y medio se ha enfrentado a protestas ambientalistas.
La prensa boliviana ha seguido de cerca en los últimos meses el caso de René Sanabria, que fue detenido en febrero en Panamá y que declaró su culpabilidad ante el tribunal de Miami que lo ha condenado.
Sanabria era considerado un hombre de confianza de Morales y su caso ha dañado en el ámbito internacional la credibilidad de la política antidrogas de Morales.
El efecto en Bolivia ha tratado de ser contenido en las últimas semanas por el gobierno, que calificó la condena de politizada, al provenir de EE.UU., país con el que rompió la colaboración antidrogas en 2008.
Morales advirtió que Sanabria podría estar negociando con las autoridades de EE.UU. "dañar su imagen, para que su pena sea más corta".
Tras conocer la sentencia, el viceministro de Régimen Interior dijo que el gobierno estaba satisfecho porque durante su última intervención en el banquillo no acusó a terceras personas.
Marchas
"La captura de Sanabria fue un golpe para Morales pero sus mayores efectos se produjeron al conocerse la noticia", valora Jaime Cordero, analista de la actualidad boliviana, en conversación con BBC Mundo."La sentencia es simplemente la ratificación de que la política antinarcóticos de Morales es de tolerancia", afirma Cordero, politólogo de la Universidad Católica.
El fallo llega, no obstante, en un momento de creciente conflictividad. "El gobierno se enfrenta de nuevo a una espiral de conflictos y su apoyo ha caído en las encuestas por debajo del 40%".
Tras el "gasolinazo" de enero, una fuerte subida de los precios de la gasolina, las protestas habían dado una tregua al gobierno, pero éstas han resurgido contra su intención de construir una autopista de 300 kilómetros en el Amazonas.
El conflicto con las etnias de la Amazonia está deteriorando la imagen de indigenista y ecologista que cultiva Morales.
A pesar de su problema de popularidad, agrega Cordero, en la oposición no ha surgido aún ningún rival que pueda competir contra Morales, quien en 2009 renovó su mandato presidencial por cinco años más.
Protestas internacionales
""La política antidrogas de Bolivia no solo genera tensión con Estados Unidos, sino también cada vez más con varios países vecinos y de la Unión Europea""
Bruce Bagley, experto en política antidrogas
Las repercusiones de la condena a Sanabria para Bolivia son profundas, no solo en Estados Unidos, según Bruce Bagley, experto en narcotráfico en la Universidad de Miami, sino también en otros países.
"La política antidrogas de Bolivia no solo genera tensión con Estados Unidos, sino también cada vez más con varios países vecinos y de la Unión Europea", según Bagley.
Bagley sostiene que el malestar en países como Perú, Brasil y Argentina ha crecido porque observan que ha crecido el tráfico de drogas con origen en Bolivia.
"Se han callado porque hay intereses en juego", observa. "Por ejemplo Brasil, que tiene acuerdos gasísticos con Bolivia, ha reforzado su frontera sur con 7.000 soldados"
"Los países europeos, otro mercado de destino de la cocaína, también han espresado en reuniones internacionales su preocupación creciente contra Bolivia".
El gobierno de Evo Morales tomó en los últimos años varias medidas contra el narcotráfico que causaron protestas internacionales.
En 2008, expulsó a la agencia antidroga estadounidense, la DEA, tras acusar a sus agentes de conspirar contra el gobierno.
Y su gobierno, que cuenta con el respaldo de los productores de hoja de coca, amplió la superficie permitida para la siembra de esta planta, que es la sustancia con la que se fabrica la cocaína.
Estados Unidos incluye a Bolivia en su lista negra de los tres países que han roto ostensiblemente sus obligaciones internacionales en materia de tráfico de drogas.
Washington considera que la expulsión de sus 30 agentes ha dejado al narcotráfico fuera de control.