La banca vuelve al centro de la diana
Las Bolsas europeas caen en torno al 5% arrastradas por el sector financiero - Las entidades más castigadas son las que afrontan una demanda en EE UU
Bruselas, El País
Miedo a que vuelva la recesión. Miedo a la bancarrota griega. Miedo a que Europa se vea obligada a rescatar a más países, y que esta vez sean de los grandes. Miedo a multas milmillonarias procedentes de EE UU que acaben de empeorar los balances de los bancos. Todos estos riesgos se aliaron ayer para pasar como un ciclón por las Bolsas europeas haciendo que muchos se acordaran de la pesadilla de hace tan solo un mes. La diferencia es que ya no es agosto y no cabe la excusa de que en verano unos pocos inversores pueden poner los mercados del revés. Ahora va en serio.
El huracán de la desconfianza pasó por los parqués de toda Europa, que cayeron en torno al 5%. Los más castigados, el Eurostoxx y el alemán Dax. La Bolsa española perdió un 4,69%, el tercer mayor golpe en lo que va de año. El Ibex, como hace un mes, ronda los 8.000 puntos, el nivel más bajo desde principios de 2009, cuando parecía que el mundo estaba viviendo lo peor de la Gran Recesión. Todo cayó ayer a plomo, pero las que más sufrieron en Europa fueron las entidades financieras. En Londres, el Royal Bank of Scotland se dejó un 12%. En Francfort, el farolillo rojo se lo llevó el Deutsche Bank y en París, Société Générale.
Como ya ocurrió al principio de esta crisis que corre el riesgo de convertirse en interminable —en el verano de 2007, cuando explotaron las hipotecas subprime—, la banca está en el centro del huracán. Lo está por su elevadísima exposición a la deuda de los países en peor situación, especialmente Grecia, pero también Irlanda, Portugal, España e Italia. Lo está por las dudas sobre su necesidad de recapitalización, que el fin de semana ha vuelto a poner de relieve la jefa del Fondo Monetario Internacional, la francesa Christine Lagarde. Y también lo está por la demanda que la Agencia Federal de Vivienda de Estados Unidos ha puesto contra 17 entidades por provocar pérdidas en torno a 180.000 millones de dólares (127.000 millones de euros al cambio actual) al contribuyente tras vender hipotecas basura a las entidades semipúblicas Freddie Mac y Fannie Mae.
“Dos factores determinan el castigo a los bancos. El primero, la exposición a activos que están perdiendo valor, como la deuda soberana. Pero es que además su evolución está muy relacionada con el ciclo económico. Y a medida que la situación general se agrave, mayor será el deterioro de esos activos y menor será la capacidad de compensar esas pérdidas con ingresos complementarios”, asegura Alfonso García Mora, socio director de Analistas Financieros y experto en banca.
En medio de este panorama desolador, las entidades financieras españolas fueron de las que menos mal paradas salieron. En la Bolsa de Madrid, el grupo constructor Sacyr Vallehermoso lideró las pérdidas. Popular, Santander y BBVA cedieron en torno al 6%. Bankinter, un 5%. “Hasta ahora, la banca española ha resistido el tirón mejor que la de otros países. Pero cuidado, porque si la situación va a peor, puede acabar siendo más sensible. Llevamos un importante retraso en cuanto a la recuperación y en la situación del sector inmobiliario. Y no ayuda en absoluto que Barroso, el presidente de la Comisión Europea, lleve la contraria al FMI sobre la necesaria recapitalización del sector. Yo no sé si, como se ha especulado, harán falta 200.000 millones, pero lo que ha dicho Lagarde es una verdad como un templo”, añade García Mora.
De nuevo, como ya ocurrió en 2008 y 2009, los problemas de los bancos se convierten en problemas de todos. Porque la traslación de sus dificultades a la economía real funciona de forma casi automática. Y si hasta ahora el sector no ha vuelto a abrir el grifo de la financiación para empresas y familias, parece difícil que lo vaya a hacer a corto o medio plazo con las perspectivas que ahora se entreven.
Bruselas, El País
Miedo a que vuelva la recesión. Miedo a la bancarrota griega. Miedo a que Europa se vea obligada a rescatar a más países, y que esta vez sean de los grandes. Miedo a multas milmillonarias procedentes de EE UU que acaben de empeorar los balances de los bancos. Todos estos riesgos se aliaron ayer para pasar como un ciclón por las Bolsas europeas haciendo que muchos se acordaran de la pesadilla de hace tan solo un mes. La diferencia es que ya no es agosto y no cabe la excusa de que en verano unos pocos inversores pueden poner los mercados del revés. Ahora va en serio.
El huracán de la desconfianza pasó por los parqués de toda Europa, que cayeron en torno al 5%. Los más castigados, el Eurostoxx y el alemán Dax. La Bolsa española perdió un 4,69%, el tercer mayor golpe en lo que va de año. El Ibex, como hace un mes, ronda los 8.000 puntos, el nivel más bajo desde principios de 2009, cuando parecía que el mundo estaba viviendo lo peor de la Gran Recesión. Todo cayó ayer a plomo, pero las que más sufrieron en Europa fueron las entidades financieras. En Londres, el Royal Bank of Scotland se dejó un 12%. En Francfort, el farolillo rojo se lo llevó el Deutsche Bank y en París, Société Générale.
Como ya ocurrió al principio de esta crisis que corre el riesgo de convertirse en interminable —en el verano de 2007, cuando explotaron las hipotecas subprime—, la banca está en el centro del huracán. Lo está por su elevadísima exposición a la deuda de los países en peor situación, especialmente Grecia, pero también Irlanda, Portugal, España e Italia. Lo está por las dudas sobre su necesidad de recapitalización, que el fin de semana ha vuelto a poner de relieve la jefa del Fondo Monetario Internacional, la francesa Christine Lagarde. Y también lo está por la demanda que la Agencia Federal de Vivienda de Estados Unidos ha puesto contra 17 entidades por provocar pérdidas en torno a 180.000 millones de dólares (127.000 millones de euros al cambio actual) al contribuyente tras vender hipotecas basura a las entidades semipúblicas Freddie Mac y Fannie Mae.
“Dos factores determinan el castigo a los bancos. El primero, la exposición a activos que están perdiendo valor, como la deuda soberana. Pero es que además su evolución está muy relacionada con el ciclo económico. Y a medida que la situación general se agrave, mayor será el deterioro de esos activos y menor será la capacidad de compensar esas pérdidas con ingresos complementarios”, asegura Alfonso García Mora, socio director de Analistas Financieros y experto en banca.
En medio de este panorama desolador, las entidades financieras españolas fueron de las que menos mal paradas salieron. En la Bolsa de Madrid, el grupo constructor Sacyr Vallehermoso lideró las pérdidas. Popular, Santander y BBVA cedieron en torno al 6%. Bankinter, un 5%. “Hasta ahora, la banca española ha resistido el tirón mejor que la de otros países. Pero cuidado, porque si la situación va a peor, puede acabar siendo más sensible. Llevamos un importante retraso en cuanto a la recuperación y en la situación del sector inmobiliario. Y no ayuda en absoluto que Barroso, el presidente de la Comisión Europea, lleve la contraria al FMI sobre la necesaria recapitalización del sector. Yo no sé si, como se ha especulado, harán falta 200.000 millones, pero lo que ha dicho Lagarde es una verdad como un templo”, añade García Mora.
De nuevo, como ya ocurrió en 2008 y 2009, los problemas de los bancos se convierten en problemas de todos. Porque la traslación de sus dificultades a la economía real funciona de forma casi automática. Y si hasta ahora el sector no ha vuelto a abrir el grifo de la financiación para empresas y familias, parece difícil que lo vaya a hacer a corto o medio plazo con las perspectivas que ahora se entreven.