Inglaterra le gana a Gales y pone un pie en la Euro
Londres, EFE
La selección inglesa se impuso el martes en Wembley a Gales, con un gol del jugador del Manchester United Ashley Young, en un partido en el que los galeses disfrutaron de muy pocas oportunidades y que sitúa al combinado que entrena Fabio Capello a un paso de la clasificación para la Eurocopa de 2012.
Inglaterra, con 17 puntos, aventaja por 6 al segundo clasificado del grupo G, Montenegro, que todavía tiene que jugar dos encuentros, uno de ellos precisamente contra los de Capello.
El técnico italiano decidió incluir de nuevo en el equipo titular al centrocampista del Chelsea Frank Lampard, de 33 años, que no había sido suplente desde 2007 y que el pasado viernes vio desde el banquillo los primeros ochenta minutos del encuentro que Inglaterra jugó contra Bulgaria en Sofía (0-3).
Además de Lampard, que ocupó el puesto de Scott Parker, el único cambio que introdujo el técnico italiano respecto al viernes fue la entrada de James Milner, del Manchester City, en sustitución del gunner Theo Walcott, lesionado.
En un Wembley caldeado por la rivalidad histórica entre ambos combinados, tanto Inglaterra como Gales comenzaron el encuentro tensos e imprecisos, aunque eran los de Capello quienes mantenían una mayor posesión del balón.
Los galeses tenían dificultades para construir su juego, y la férrea defensa organizada por el técnico italiano para frenar a Gareth Bale, delantero del Tottenham Hotspur, daba sus frutos e impedía la conexión del centro del campo con el galés.
A pesar de mantener un aparente control sobre el partido, a la media hora de juego Inglaterra no había encontrado todavía la inspiración para inquietar al guardameta de Gales, Wayne Hennessey.
Ante los problemas de Inglaterra para profundizar en el área rival, Rooney se veía obligado a retrasar su posición para recoger balones y facilitar la entrada de Milner y Downing por los extremos.
En el minuto 35, la receta dio buen resultado, y Young remató desde el área pequeña un centro raso de Downing, que había llegado con el balón hasta la línea de fondo tras encarar a Gunter.
"Los extremos que pueden superar al defensa y cruzar la pelota valen su peso en oro", comentaba tras el gol desde Twitter Michael Owen, delantero del Manchester United desterrado de la selección de Capello desde 2008.
Gales avanzó sus líneas tras el tanto inglés y se lanzó a por el empate antes de retirarse al vestuario, pero la defensa de los de Capello repelía cualquier intento de penetrar en su área.
Poco antes del descanso, Bale perdió un balón cuando intentaba finalizar una jugada personal, lo que dio pié a un contragolpe que Rooney estuvo a punto de convertir en el segundo de Inglaterra.
Tras el descanso, los de Capello saltaron al césped de Wembley obcecados con ampliar la distancia en el marcador y resolver el partido cuanto antes, pero les faltó acierto para enviar el balón a la red en las jugadas de peligro que encadenaron en los primeros minutos del segundo tiempo.
Con Bale desactivado, Gales sólo acertaba a disparar tiros lejanos, desviados de la portería de Hart, mientras se sucedían las ocasiones creadas por Rooney, Lampard y hasta por el defensa inglés Cahill.
A poco más de veinte minutos para el final, el seleccionador galés hizo su primer cambio y retiró a Morison, en la punta de ataque, a quien le habían llegado muy pocos balones durante el encuentro, para dar entrada al veterano Earnshaw.
Capello, por su parte, dio minutos a Parker y sentó otra vez en el banquillo a un Lampard que, a pesar de que apareció únicamente en ocasiones puntuales durante el encuentro, creó diversas ocasiones de peligro.
Gales desaprovechó a quince minutos para el final la oportunidad más clara del partido, que habría supuesto el empate a uno.
Desde el área pequeña y con el guardameta Hart descolocado, Earnshaw golpeó mal a la pelota y remató por encima del larguero de la puerta vacía de Inglaterra.
En la recta final del encuentro, Earnshaw trató de enmendar su error con un disparo desde fuera del área que no llegó a convertir, y Gales concluyó sin goles un encuentro en el que la defensa inglesa desarmó todas sus opciones.