Estudiantes chilenos toman nuevos bríos y logran repetir marchas masivas
Santiago de Chile, EFE
Los estudiantes chilenos volvieron a protagonizar hoy marchas multitudinarias con las que el movimiento tomó nuevos bríos, en una jornada que había sido considerada decisiva para observar su fuerza o desgaste, tras 35 manifestaciones y cuatro meses de protestas.
En Santiago, unas 100.000 personas, según los organizadores, y 60.000, según la policía, marcharon desde la Universidad de Santiago, a unas 25 cuadras al oeste del Palacio de la Moneda, hasta el Parque Almagro, a ocho cuadras al sur de la sede del Gobierno.
La marcha tuvo un carácter festivo y pacífico hasta el final, cuando unos 500 encapuchados provocaron destrozos en la vía pública, lanzaron bombas molotov y se enfrentaron a Carabineros, que empleó bombas y gases lacrimógenos para disuadirlos.
Hasta el momento no se ha informado del número de detenidos.
También se manifestaron unas 10.000 personas en Valparaíso, sede del Legislativo, y unas 3.500 en Concepción, la tercera ciudad más poblada del país, así como unos 2.500 jóvenes en Talca y 1.000 en La Serena, según informan medios locales.
Esta jornada se consideraba crucial para medir la fuerza del movimiento, que en su última manifestación, el 14 de septiembre, convocó a entre 10.000 y 20.000 personas, lejos de las más de 80.000 que logró reunir en las marchas realizadas en julio y agosto.
Los dirigentes descartaron entonces un desgaste del movimiento y atribuyeron la menor asistencia al duelo por el accidente aéreo en el que murieron 21 personas y a la proximidad de las Fiestas Patrias, los días 18 y 19.
Con todo ello, la masiva convocatoria de hoy superó incluso las previsiones de los estudiantes.
"Esto supera las expectativas, pero más allá del número de personas, estamos apostando a que este movimiento llegó para quedarse", recalcó el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Giorgio Jackson.
El líder estudiantil aseguró que el movimiento vive hoy un "peak de convicciones", en respuesta al rector de la Universidad de Santiago de Chile, Juan Manuel Zolezzi, quien consideró que los jóvenes no supieron aprovechar su momento "peak" para lograr cambios.
"Creo que ellos perdieron una oportunidad histórica en ese momento", opinó Zolezzi en Radio Agricultura.
En tanto, el presidente Sebastián Piñera defendió hoy, en su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas, que su Gobierno ha dispuesto una gran reforma con los mejores recursos para mejorar la calidad de la educación.
En Santiago, el portavoz del Gobierno, Andrés Chadwick, aseguró que ésta "es la marcha número 35 del movimiento estudiantil en lo que va del año" y apuntó que la cantidad de movilizaciones no va a alterar la preocupación del Gobierno "de seguir insistiendo en la necesidad de una mesa de diálogo".
Ese diálogo sigue en punto muerto después de que los estudiantes exigieran, como condición para conversar, que el Gobierno aceptara cuatro peticiones, y éste solo accediera a dos.
El Gobierno está dispuesto a que se levanten actas de las reuniones y a abogar para que las universidades no infrinjan la ley que establece que son instituciones sin fines de lucro.
En cambio, se niega a paralizar los proyectos de ley sobre educación enviados al Congreso y a demorar el cierre del primer semestre en las universidades, fijado para el 7 de octubre.
"Esperamos que el Gobierno acepte las garantías que nosotros dijimos que se debían establecer para el diálogo", recalcó Jackson.
"Con o sin diálogo nosotros seguimos el movimiento, y las movilizaciones también, porque todavía no cumplimos el objetivo que nos hemos propuesto", dijo por su parte la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Camila Vallejo.
En tanto, el presidente de los estudiantes de la privada Universidad Diego Portales, Patricio Indo, consideró que "el movimiento tiene hoy más fuerza que nunca".
"Hoy día lo que se pretende es dar una demostración de fuerza ante la negativa del Gobierno a aceptar las garantías mínimas que el movimiento estudiantil está exigiendo para sentarse a conversar", declaró a Efe.
Los jóvenes iniciaron en mayo estas movilizaciones para exigir una reforma del sistema impuesto durante la dictadura, que obliga a los estudiantes a endeudarse para financiar sus estudios, y avanzar hacia una educación pública, gratuita y de calidad.
Los estudiantes chilenos volvieron a protagonizar hoy marchas multitudinarias con las que el movimiento tomó nuevos bríos, en una jornada que había sido considerada decisiva para observar su fuerza o desgaste, tras 35 manifestaciones y cuatro meses de protestas.
En Santiago, unas 100.000 personas, según los organizadores, y 60.000, según la policía, marcharon desde la Universidad de Santiago, a unas 25 cuadras al oeste del Palacio de la Moneda, hasta el Parque Almagro, a ocho cuadras al sur de la sede del Gobierno.
La marcha tuvo un carácter festivo y pacífico hasta el final, cuando unos 500 encapuchados provocaron destrozos en la vía pública, lanzaron bombas molotov y se enfrentaron a Carabineros, que empleó bombas y gases lacrimógenos para disuadirlos.
Hasta el momento no se ha informado del número de detenidos.
También se manifestaron unas 10.000 personas en Valparaíso, sede del Legislativo, y unas 3.500 en Concepción, la tercera ciudad más poblada del país, así como unos 2.500 jóvenes en Talca y 1.000 en La Serena, según informan medios locales.
Esta jornada se consideraba crucial para medir la fuerza del movimiento, que en su última manifestación, el 14 de septiembre, convocó a entre 10.000 y 20.000 personas, lejos de las más de 80.000 que logró reunir en las marchas realizadas en julio y agosto.
Los dirigentes descartaron entonces un desgaste del movimiento y atribuyeron la menor asistencia al duelo por el accidente aéreo en el que murieron 21 personas y a la proximidad de las Fiestas Patrias, los días 18 y 19.
Con todo ello, la masiva convocatoria de hoy superó incluso las previsiones de los estudiantes.
"Esto supera las expectativas, pero más allá del número de personas, estamos apostando a que este movimiento llegó para quedarse", recalcó el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, Giorgio Jackson.
El líder estudiantil aseguró que el movimiento vive hoy un "peak de convicciones", en respuesta al rector de la Universidad de Santiago de Chile, Juan Manuel Zolezzi, quien consideró que los jóvenes no supieron aprovechar su momento "peak" para lograr cambios.
"Creo que ellos perdieron una oportunidad histórica en ese momento", opinó Zolezzi en Radio Agricultura.
En tanto, el presidente Sebastián Piñera defendió hoy, en su intervención ante la Asamblea General de Naciones Unidas, que su Gobierno ha dispuesto una gran reforma con los mejores recursos para mejorar la calidad de la educación.
En Santiago, el portavoz del Gobierno, Andrés Chadwick, aseguró que ésta "es la marcha número 35 del movimiento estudiantil en lo que va del año" y apuntó que la cantidad de movilizaciones no va a alterar la preocupación del Gobierno "de seguir insistiendo en la necesidad de una mesa de diálogo".
Ese diálogo sigue en punto muerto después de que los estudiantes exigieran, como condición para conversar, que el Gobierno aceptara cuatro peticiones, y éste solo accediera a dos.
El Gobierno está dispuesto a que se levanten actas de las reuniones y a abogar para que las universidades no infrinjan la ley que establece que son instituciones sin fines de lucro.
En cambio, se niega a paralizar los proyectos de ley sobre educación enviados al Congreso y a demorar el cierre del primer semestre en las universidades, fijado para el 7 de octubre.
"Esperamos que el Gobierno acepte las garantías que nosotros dijimos que se debían establecer para el diálogo", recalcó Jackson.
"Con o sin diálogo nosotros seguimos el movimiento, y las movilizaciones también, porque todavía no cumplimos el objetivo que nos hemos propuesto", dijo por su parte la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Camila Vallejo.
En tanto, el presidente de los estudiantes de la privada Universidad Diego Portales, Patricio Indo, consideró que "el movimiento tiene hoy más fuerza que nunca".
"Hoy día lo que se pretende es dar una demostración de fuerza ante la negativa del Gobierno a aceptar las garantías mínimas que el movimiento estudiantil está exigiendo para sentarse a conversar", declaró a Efe.
Los jóvenes iniciaron en mayo estas movilizaciones para exigir una reforma del sistema impuesto durante la dictadura, que obliga a los estudiantes a endeudarse para financiar sus estudios, y avanzar hacia una educación pública, gratuita y de calidad.