Chirac será juzgado en París pero no asistirá al proceso por motivos de salud
París, EFE
El expresidente francés Jacques Chirac será juzgado por un tribunal de París por una presunta malversación de fondos cometida hace veinte años, aunque no se presentará ante la Justicia por su deteriorada salud, que, según sus abogados, no le permite acordarse de los hechos de los que se le imputan.
Así lo decidió hoy el Tribunal Correccional de la capital francesa, que, tras una hora y media de deliberación, admitió la petición de los abogados de Chirac, de 79 años, quien no compareció al comienzo del proceso, a primera hora de esta tarde.
Chirac será representado por sus letrados, como estos hicieron saber a la sala, donde alegaron que el ex jefe del Estado francés tiene las facultades mentales muy mermadas por una enfermedad neurológica.
El presidente de la sala número 11, Dominique Pauthe, precisó por su parte que "no se ordenará la comparecencia personal" del expresidente.
Y agregó que los debates de fondo del proceso, cuya duración está prevista hasta el 23 de septiembre, comenzarán mañana, martes.
Los abogados de Chirac habían notificado al tribunal que el expresidente "no tiene la capacidad completa para participar en el desarrollo de las audiencias" y que, por eso, había solicitado que le representaran en el proceso.
Incluso uno de los magistrados, Jean Veil, indicó que Chirac "no está hoy en situación de acordarse de hechos de hace más de veinte años".
La audiencia se abrió en la capital gala rodeada de gran atención mediática y con la ausencia del principal implicado, cuyos abogados remitieron el pasado viernes al tribunal un informe médico que alega que tiene las facultades mentales muy mermadas por una enfermedad neurológica cercana al alzheimer.
Al ex jefe de Estado se le acusa de malversación de fondos y abuso de confianza en la etapa en que fue alcalde de París, entre 1977 y 1995, y por esos cargos Chirac podría ser condenado hasta a diez años de prisión y a una multa de 150.000 euros.
"¿Creéis que se puede celebrar un verdadero proceso 20 años después de los hechos?", preguntó hoy el abogado Jean-Yves Le Borgne, que defiende al antiguo jefe de gabinete de Chirac en la Alcaldía Rémy Chardon, también acusado junto a otras ocho personas.
Este juicio, que ya fue aplazado en marzo, está llamado a esclarecer la implicación del expresidente en la veintena de empleos inexistentes de personas que trabajaban para quien entonces era el líder de la derecha francesa y que fueron pagados por el Ayuntamiento de la capital.
El juez leyó hoy durante la audiencia una carta enviada por Chirac, en la que éste aseguraba que su voluntad de asumir este proceso "es total y muestra que todos los franceses son iguales ante la Justicia", pero donde destacaba que no creía estar "en condiciones de poder colaborar" con sus abogados.
"No queremos su humillación ni que esto se convierta en un circo, sino estar seguros de que no puede comparecer", había señalado hoy mismo Jérôme Karsenti, abogado de la asociación anticorrupción Anticor, que se presenta como parte civil en el proceso y ha pedido un examen independiente sobre el estado del exmandatario.
De Chirac, que según el diagnóstico realizado en el servicio de neurología del hospital la Pitié Salpêtrière de París padece anosognosia, se han visto fotos este verano que testimoniaban su decadencia física.
"Conocéis los vínculos de amistad que me unen a él, por lo que me entristece ver que su salud empeora. No le he visto desde hace más de tres meses. Entonces todavía era capaz de mantener una conversación, pero ya estaba extremadamente cansado. Al parecer su estado se ha deteriorado", afirmó hoy el titular francés de Exteriores, Alain Juppé.
Juppé, quien fue primer ministro con Chirac, está llamado a declarar como testigo, lo que está previsto que haga el 15 de septiembre.
Se trata de un juicio histórico porque por primera vez en la V República francesa podría sentarse en el banquillo un antiguo jefe de Estado, pero, después de que la fiscalía solicitara hoy que se le autorice a no presentarse por motivos de salud, se ha puesto en cuestión incluso el significado de todo el proceso.
"Su ausencia, sin contar el tiempo que ya ha pasado, ha vaciado al proceso de su sentido y habrá que analizar las consecuencias al respecto", apuntó hoy Le Borgne, pese a ese "clamor popular que reclama un juicio más allá de las paredes del tribunal".
El expresidente francés Jacques Chirac será juzgado por un tribunal de París por una presunta malversación de fondos cometida hace veinte años, aunque no se presentará ante la Justicia por su deteriorada salud, que, según sus abogados, no le permite acordarse de los hechos de los que se le imputan.
Así lo decidió hoy el Tribunal Correccional de la capital francesa, que, tras una hora y media de deliberación, admitió la petición de los abogados de Chirac, de 79 años, quien no compareció al comienzo del proceso, a primera hora de esta tarde.
Chirac será representado por sus letrados, como estos hicieron saber a la sala, donde alegaron que el ex jefe del Estado francés tiene las facultades mentales muy mermadas por una enfermedad neurológica.
El presidente de la sala número 11, Dominique Pauthe, precisó por su parte que "no se ordenará la comparecencia personal" del expresidente.
Y agregó que los debates de fondo del proceso, cuya duración está prevista hasta el 23 de septiembre, comenzarán mañana, martes.
Los abogados de Chirac habían notificado al tribunal que el expresidente "no tiene la capacidad completa para participar en el desarrollo de las audiencias" y que, por eso, había solicitado que le representaran en el proceso.
Incluso uno de los magistrados, Jean Veil, indicó que Chirac "no está hoy en situación de acordarse de hechos de hace más de veinte años".
La audiencia se abrió en la capital gala rodeada de gran atención mediática y con la ausencia del principal implicado, cuyos abogados remitieron el pasado viernes al tribunal un informe médico que alega que tiene las facultades mentales muy mermadas por una enfermedad neurológica cercana al alzheimer.
Al ex jefe de Estado se le acusa de malversación de fondos y abuso de confianza en la etapa en que fue alcalde de París, entre 1977 y 1995, y por esos cargos Chirac podría ser condenado hasta a diez años de prisión y a una multa de 150.000 euros.
"¿Creéis que se puede celebrar un verdadero proceso 20 años después de los hechos?", preguntó hoy el abogado Jean-Yves Le Borgne, que defiende al antiguo jefe de gabinete de Chirac en la Alcaldía Rémy Chardon, también acusado junto a otras ocho personas.
Este juicio, que ya fue aplazado en marzo, está llamado a esclarecer la implicación del expresidente en la veintena de empleos inexistentes de personas que trabajaban para quien entonces era el líder de la derecha francesa y que fueron pagados por el Ayuntamiento de la capital.
El juez leyó hoy durante la audiencia una carta enviada por Chirac, en la que éste aseguraba que su voluntad de asumir este proceso "es total y muestra que todos los franceses son iguales ante la Justicia", pero donde destacaba que no creía estar "en condiciones de poder colaborar" con sus abogados.
"No queremos su humillación ni que esto se convierta en un circo, sino estar seguros de que no puede comparecer", había señalado hoy mismo Jérôme Karsenti, abogado de la asociación anticorrupción Anticor, que se presenta como parte civil en el proceso y ha pedido un examen independiente sobre el estado del exmandatario.
De Chirac, que según el diagnóstico realizado en el servicio de neurología del hospital la Pitié Salpêtrière de París padece anosognosia, se han visto fotos este verano que testimoniaban su decadencia física.
"Conocéis los vínculos de amistad que me unen a él, por lo que me entristece ver que su salud empeora. No le he visto desde hace más de tres meses. Entonces todavía era capaz de mantener una conversación, pero ya estaba extremadamente cansado. Al parecer su estado se ha deteriorado", afirmó hoy el titular francés de Exteriores, Alain Juppé.
Juppé, quien fue primer ministro con Chirac, está llamado a declarar como testigo, lo que está previsto que haga el 15 de septiembre.
Se trata de un juicio histórico porque por primera vez en la V República francesa podría sentarse en el banquillo un antiguo jefe de Estado, pero, después de que la fiscalía solicitara hoy que se le autorice a no presentarse por motivos de salud, se ha puesto en cuestión incluso el significado de todo el proceso.
"Su ausencia, sin contar el tiempo que ya ha pasado, ha vaciado al proceso de su sentido y habrá que analizar las consecuencias al respecto", apuntó hoy Le Borgne, pese a ese "clamor popular que reclama un juicio más allá de las paredes del tribunal".