Bolivia: huelgas de hambre y vigilia por represión policial de indígenas
La Paz, AFP
La policía dispersó con violencia el domingo una marcha de indígenas amazónicos en la localidad de Yucumo, 320 km al noreste de La Paz, que intentaba llegar hasta la capital para protestar por la futura construcción de una carretera que atravesará parte de sus territorios en una reserva ecológica.
Cientos de manifestantes nativos fueron conducidos por la fuerza, muchos de ellos maniatados y amordazados, hacia vehículos policiales y autobuses para devolverlos a su lugar de origen, según constataron periodistas de la AFP.
La represión policial habría provocado la muerte de una bebé de 3 meses y la desaparición de al menos siete niños, según un reporte de una autodenominada "Comisión de comunicación de la marcha" entregado a la AFP, pero cuya autenticidad no pudo ser verificada.
Este lunes, dieciséis indígenas amazónicos se instalaron en el atrio de la catedral de Santa Cruz y realizan una huelga de hambre para protestar por "el atropello que ha realizado el gobierno a través de la policía, reprimiendo a la marcha pacífica y haciendo escapar al monte a hombres, mujeres y niños", dijo Emigio Polché a la cadena de televisión PAT.
Una medida similar fue adoptada por seis dirigentes de las etnias aymara y quechuas en el atrio de la iglesia de San Francisco, en la ciudad de Cochabamba, informó a la red Bolivisión un vocero de la protesta, Reynaldo Flores.
"Nos sentimos avergonzados de lo que está pasando en nuestro país", protestó Flores.
Por su lado, en el atrio de la basílica de San Francisco, en La Paz, decenas de activistas mantienen una vigilia en protesta contra la represión policial a los indígenas.
El ex defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, dijo a la AFP que la intervención a la marcha el domingo es "una represión política repudiable similar a la desplegada por los gobiernos de facto", que gobernaron en Bolivia en las décadas de los 60 y 70.
Además es "inconcebible que se los persiga (a los indígenas de la marcha) como delincuentes" y demandó "que se libere a los detenidos", a pesar de que la Policía negó la existencia de apresados en las acciones del domingo.
La policía dispersó con violencia el domingo una marcha de indígenas amazónicos en la localidad de Yucumo, 320 km al noreste de La Paz, que intentaba llegar hasta la capital para protestar por la futura construcción de una carretera que atravesará parte de sus territorios en una reserva ecológica.
Cientos de manifestantes nativos fueron conducidos por la fuerza, muchos de ellos maniatados y amordazados, hacia vehículos policiales y autobuses para devolverlos a su lugar de origen, según constataron periodistas de la AFP.
La represión policial habría provocado la muerte de una bebé de 3 meses y la desaparición de al menos siete niños, según un reporte de una autodenominada "Comisión de comunicación de la marcha" entregado a la AFP, pero cuya autenticidad no pudo ser verificada.
Este lunes, dieciséis indígenas amazónicos se instalaron en el atrio de la catedral de Santa Cruz y realizan una huelga de hambre para protestar por "el atropello que ha realizado el gobierno a través de la policía, reprimiendo a la marcha pacífica y haciendo escapar al monte a hombres, mujeres y niños", dijo Emigio Polché a la cadena de televisión PAT.
Una medida similar fue adoptada por seis dirigentes de las etnias aymara y quechuas en el atrio de la iglesia de San Francisco, en la ciudad de Cochabamba, informó a la red Bolivisión un vocero de la protesta, Reynaldo Flores.
"Nos sentimos avergonzados de lo que está pasando en nuestro país", protestó Flores.
Por su lado, en el atrio de la basílica de San Francisco, en La Paz, decenas de activistas mantienen una vigilia en protesta contra la represión policial a los indígenas.
El ex defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, dijo a la AFP que la intervención a la marcha el domingo es "una represión política repudiable similar a la desplegada por los gobiernos de facto", que gobernaron en Bolivia en las décadas de los 60 y 70.
Además es "inconcebible que se los persiga (a los indígenas de la marcha) como delincuentes" y demandó "que se libere a los detenidos", a pesar de que la Policía negó la existencia de apresados en las acciones del domingo.