Berlusconi, mudo tras comparecer en Milán ante los jueces por juicio Mills
Italia, AFP
El jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi evitó hacer declaraciones a la prensa sobre el nuevo escándalo sexual en que está involucrado tras comparecer este lunes ante los jueces de Milán (norte) por el llamado juicio Mills, en el que está acusado de soborno.
Berlusconi, que permaneció dos horas con los jueces milaneses, no quiso hacer declaraciones a los periodistas que lo esperaban a la salida del Palacio de Justicia y se limitó a saludarlos desde el automóvil con la mano.
Algunas personas que lo esperaban detrás de las barreras de protección le gritaron "ánimo, ánimo", mientras otras repetían "dimisión, dimisión".
A su llegada, Berlusconi había bromeado con la prensa diciendo: "Yo estoy muy bien, ustedes más bien tienen una cara horrible".
Berlusconi está de nuevo en el ojo del huracán tras la publicación este fin de semana en los mayores diarios del país de las conversaciones comprometedoras sobre sus relaciones con modelos y prostitutas de lujo procuradas por el empresario Giampaolo Tarantino, acusado de extorsionar al primer ministro.
Los jueces de las ciudades sureñas de Bari y Nápoles investigan, a través de dos procesos separados, las fiestas privadas del multimillonario primer ministro, de 74 años, quien aparece en las transcripciones de las conversaciones telefónicas interceptadas con Tarantini como un obseso sexual.
Tarantini, quien se encuentra encarcelado por soborno y tráfico de influencia, es acusado de haber organizado y remunerado a hermosas mujeres para que se prostituyeran con el primer ministro con el fin de obtener contactos y contratos con empresas públicas.
En varias conversaciones Berlusconi hace alarde de sus proezas sexuales, "hasta ocho en una noche" dice, y promete puestos y conducción de populares programas televisivos a modelos, entre ellas a la guapa argentina Belén Rodríguez.
El caso ha suscitado una ola de reacciones políticas y la oposición pidió la dimisión de Berlusconi así como la apertura de otra investigación judicial por haber empleado aviones del Estado para el transporte de sus particulares invitadas de Roma a Milán.
Los líos judiciales de Berlusconi se multiplicaron desde que perdió la inmunidad que le garantizaba una ley adoptada en el 2008.
Uno de los mayores problemas judiciales que acecha al mandatario italiano es la acusación de corrupción en la década de los 90 del abogado británico David Mills, condenado a su vez a cuatro años y medio de prisión por prestar falso testimonio a cambio de dinero.
Mills fue acusado de recibir 600.000 dólares de Berlusconi por testificar a su favor en dos causas abiertas en 1997 y 1998.
Los jueces escucharon este lunes por videoconferencia desde Suiza el testimonio de Maria De Fusco, quien administraba el fondo por el que supuestamente transitó el dinero pagado a Mills.
De Fusco negó que Berlusconi haya dado disposiciones para que ese dinero pasara por esas cuentas de propiedad de su grupo de telecomunicaciones Fininvest.
En Milán, Berlusconi tiene que responder el próximo 26 de septiembre también por fraude fiscal y falsa contabilidad por la adquisición de los derechos televisivos de la cadena Mediaset.
Otro caso candente que compromete al primer ministro Berlusconi es la prostitución de una menor conocida como "Ruby robacorazones".
En las actas, resumidas en 389 páginas, el tribunal sostiene que cuenta con "numerosas pruebas" de que el jefe de gobierno violó la ley contra la prostitución infantil y cometió abuso de poder en el caso de la joven marroquí "Ruby", fugada de un centro de acogida de menores y contratada para las fiestas privadas de Berlusconi.
La nueva audiencia del caso fue fijada para el 3 de octubre.
El jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi evitó hacer declaraciones a la prensa sobre el nuevo escándalo sexual en que está involucrado tras comparecer este lunes ante los jueces de Milán (norte) por el llamado juicio Mills, en el que está acusado de soborno.
Berlusconi, que permaneció dos horas con los jueces milaneses, no quiso hacer declaraciones a los periodistas que lo esperaban a la salida del Palacio de Justicia y se limitó a saludarlos desde el automóvil con la mano.
Algunas personas que lo esperaban detrás de las barreras de protección le gritaron "ánimo, ánimo", mientras otras repetían "dimisión, dimisión".
A su llegada, Berlusconi había bromeado con la prensa diciendo: "Yo estoy muy bien, ustedes más bien tienen una cara horrible".
Berlusconi está de nuevo en el ojo del huracán tras la publicación este fin de semana en los mayores diarios del país de las conversaciones comprometedoras sobre sus relaciones con modelos y prostitutas de lujo procuradas por el empresario Giampaolo Tarantino, acusado de extorsionar al primer ministro.
Los jueces de las ciudades sureñas de Bari y Nápoles investigan, a través de dos procesos separados, las fiestas privadas del multimillonario primer ministro, de 74 años, quien aparece en las transcripciones de las conversaciones telefónicas interceptadas con Tarantini como un obseso sexual.
Tarantini, quien se encuentra encarcelado por soborno y tráfico de influencia, es acusado de haber organizado y remunerado a hermosas mujeres para que se prostituyeran con el primer ministro con el fin de obtener contactos y contratos con empresas públicas.
En varias conversaciones Berlusconi hace alarde de sus proezas sexuales, "hasta ocho en una noche" dice, y promete puestos y conducción de populares programas televisivos a modelos, entre ellas a la guapa argentina Belén Rodríguez.
El caso ha suscitado una ola de reacciones políticas y la oposición pidió la dimisión de Berlusconi así como la apertura de otra investigación judicial por haber empleado aviones del Estado para el transporte de sus particulares invitadas de Roma a Milán.
Los líos judiciales de Berlusconi se multiplicaron desde que perdió la inmunidad que le garantizaba una ley adoptada en el 2008.
Uno de los mayores problemas judiciales que acecha al mandatario italiano es la acusación de corrupción en la década de los 90 del abogado británico David Mills, condenado a su vez a cuatro años y medio de prisión por prestar falso testimonio a cambio de dinero.
Mills fue acusado de recibir 600.000 dólares de Berlusconi por testificar a su favor en dos causas abiertas en 1997 y 1998.
Los jueces escucharon este lunes por videoconferencia desde Suiza el testimonio de Maria De Fusco, quien administraba el fondo por el que supuestamente transitó el dinero pagado a Mills.
De Fusco negó que Berlusconi haya dado disposiciones para que ese dinero pasara por esas cuentas de propiedad de su grupo de telecomunicaciones Fininvest.
En Milán, Berlusconi tiene que responder el próximo 26 de septiembre también por fraude fiscal y falsa contabilidad por la adquisición de los derechos televisivos de la cadena Mediaset.
Otro caso candente que compromete al primer ministro Berlusconi es la prostitución de una menor conocida como "Ruby robacorazones".
En las actas, resumidas en 389 páginas, el tribunal sostiene que cuenta con "numerosas pruebas" de que el jefe de gobierno violó la ley contra la prostitución infantil y cometió abuso de poder en el caso de la joven marroquí "Ruby", fugada de un centro de acogida de menores y contratada para las fiestas privadas de Berlusconi.
La nueva audiencia del caso fue fijada para el 3 de octubre.