Los rebeldes libios se centran en Sirte, último bastión de Gadafi
TRÍPOLI, Agencias
Reforzados por la toma de control de Trípoli, los rebeldes libios se centran ahora en Sirte, último gran bastión de Muamar Gadafi, e intentan administrar un país devastado por seis meses de guerra.
En la capital, la situación estaba tranquila este lunes por la mañana, pero a la continua falta de agua se suman los múltiples cortes de electricidad.
Durante la noche media docena de explosiones resonaron cerca de la capital, luego de que un avión de la OTAN sobrevolara la zona haciendo cesar por unos minutos las ráfagas de armas automáticas de los rebeldes que celebran la toma de esta ciudad desde hace casi una semana.
Los combates terminaron en Trípoli, pero pequeños grupos aislados de fieles a Gadafi combaten aún esporádicamente, esencialmente por la noche, según los rebeldes.
Mustafá Abdeljalil, presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano político rebelde, aseguró este lunes que Gadafi, incluso prófugo, "sigue representando un peligro", en especial por los discursos con los que llama a sus partidarios a levantarse.
"Por eso pedimos a la coalición que siga respaldándonos", dijo Abdeljalil, al abrirse en Doha una reunión de jefes de Estado Mayor de los países que intervienen militarmente en Libia.
La intervención en Libia de la coalición dirigida por la OTAN "sigue siendo necesaria para restablecer la seguridad y eliminar (...) los restos del régimen de Gadafi", declaró por su parte Yalal al Deghili, quien se presentó como "ministro de Defensa libio".
Las operaciones militares de la coalición iniciadas el 19 de marzo bajo el amparo de una resolución de la ONU destinada a proteger a los civiles e instaurar una zona de exclusión aérea, pasaron a ser dirigidas el 31 de marzo por la OTAN, que continuó los últimos días sus bombardeos, en particular en Sirte.
Sirte, situada en la región donde nació Gadafi y en donde éste podría haber encontrado refugio, está rodeada al este y al oeste por las fuerzas rebeldes posicionadas a unos 100 km y 30 km respectivamente.
Actualmente se llevan a cabo negociaciones con los líderes tribales de Sirte para una rendición de la ciudad, según diversas fuentes. Pero un portavoz de los rebeldes advirtió que no durarían eternamente y que a falta de acuerdo la situación se solucionaría por las armas.
En el oeste, en cambio, los fieles a Gadafi hicieron creer que dejaron Ragdalin, a unos 60 km al este de Túnez, pero combatieron ferozmente durante horas contra una columna de rebeldes totalmente desorganizada.
En tanto en la ciudad de Agadez, en el norte de Níger, decenas de jóvenes mercenarios, en su mayoría tuaregs, que habían partido para combatir en Libia, regresaron súbitamente, según un responsable contactado por la AFP.
En el plano político, en El Cairo, el presidente del consejo ejecutivo y número dos del CNT, Mahmud Jibril, mantuvo, al margen de una reunión de la Liga Arabe, un encuentro con el canciller argelino, Murad Medelci.
Los rebeldes libios acusan al gobierno argelino, que no reconoce al CNT, de haber enviado mercenarios para apoyar a Gadafi. Argel declaró la semana pasada su "estricta neutralidad" en los asuntos de Libia.
El viernes, fuentes rebeldes libias habían afirmado que un convoy de seis automóviles blindados había ingresado a Argelia desde Libia y que tal vez Gadafi viajaba en uno de ellos. El sábado Argelia lo desmintió.
En la reunión extraordinaria de la Liga Arabe, Jibril señaló que el CNT necesita con urgencia una ayuda financiera.
El jueves, la presidencia francesa organiza en París una conferencia sobre el futuro de Libia. La canciller alemana, Angela Merkel, que se rehusó a participar en la coalición militar contra el régimen de Gadafi, anunció su asistencia, indicó su portavoz este lunes.
Por otra parte, en Trípoli, Abdelbaset al Megrahi, condenado a perpetuidad por el atentado contra un avión de Pan Am que estalló sobre Lockerbie (Escocia) en 1988 y liberado en 2009 por razones "humanitarias" debido a un cáncer en fase terminal, está en coma en su residencia familiar.
Reforzados por la toma de control de Trípoli, los rebeldes libios se centran ahora en Sirte, último gran bastión de Muamar Gadafi, e intentan administrar un país devastado por seis meses de guerra.
En la capital, la situación estaba tranquila este lunes por la mañana, pero a la continua falta de agua se suman los múltiples cortes de electricidad.
Durante la noche media docena de explosiones resonaron cerca de la capital, luego de que un avión de la OTAN sobrevolara la zona haciendo cesar por unos minutos las ráfagas de armas automáticas de los rebeldes que celebran la toma de esta ciudad desde hace casi una semana.
Los combates terminaron en Trípoli, pero pequeños grupos aislados de fieles a Gadafi combaten aún esporádicamente, esencialmente por la noche, según los rebeldes.
Mustafá Abdeljalil, presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), órgano político rebelde, aseguró este lunes que Gadafi, incluso prófugo, "sigue representando un peligro", en especial por los discursos con los que llama a sus partidarios a levantarse.
"Por eso pedimos a la coalición que siga respaldándonos", dijo Abdeljalil, al abrirse en Doha una reunión de jefes de Estado Mayor de los países que intervienen militarmente en Libia.
La intervención en Libia de la coalición dirigida por la OTAN "sigue siendo necesaria para restablecer la seguridad y eliminar (...) los restos del régimen de Gadafi", declaró por su parte Yalal al Deghili, quien se presentó como "ministro de Defensa libio".
Las operaciones militares de la coalición iniciadas el 19 de marzo bajo el amparo de una resolución de la ONU destinada a proteger a los civiles e instaurar una zona de exclusión aérea, pasaron a ser dirigidas el 31 de marzo por la OTAN, que continuó los últimos días sus bombardeos, en particular en Sirte.
Sirte, situada en la región donde nació Gadafi y en donde éste podría haber encontrado refugio, está rodeada al este y al oeste por las fuerzas rebeldes posicionadas a unos 100 km y 30 km respectivamente.
Actualmente se llevan a cabo negociaciones con los líderes tribales de Sirte para una rendición de la ciudad, según diversas fuentes. Pero un portavoz de los rebeldes advirtió que no durarían eternamente y que a falta de acuerdo la situación se solucionaría por las armas.
En el oeste, en cambio, los fieles a Gadafi hicieron creer que dejaron Ragdalin, a unos 60 km al este de Túnez, pero combatieron ferozmente durante horas contra una columna de rebeldes totalmente desorganizada.
En tanto en la ciudad de Agadez, en el norte de Níger, decenas de jóvenes mercenarios, en su mayoría tuaregs, que habían partido para combatir en Libia, regresaron súbitamente, según un responsable contactado por la AFP.
En el plano político, en El Cairo, el presidente del consejo ejecutivo y número dos del CNT, Mahmud Jibril, mantuvo, al margen de una reunión de la Liga Arabe, un encuentro con el canciller argelino, Murad Medelci.
Los rebeldes libios acusan al gobierno argelino, que no reconoce al CNT, de haber enviado mercenarios para apoyar a Gadafi. Argel declaró la semana pasada su "estricta neutralidad" en los asuntos de Libia.
El viernes, fuentes rebeldes libias habían afirmado que un convoy de seis automóviles blindados había ingresado a Argelia desde Libia y que tal vez Gadafi viajaba en uno de ellos. El sábado Argelia lo desmintió.
En la reunión extraordinaria de la Liga Arabe, Jibril señaló que el CNT necesita con urgencia una ayuda financiera.
El jueves, la presidencia francesa organiza en París una conferencia sobre el futuro de Libia. La canciller alemana, Angela Merkel, que se rehusó a participar en la coalición militar contra el régimen de Gadafi, anunció su asistencia, indicó su portavoz este lunes.
Por otra parte, en Trípoli, Abdelbaset al Megrahi, condenado a perpetuidad por el atentado contra un avión de Pan Am que estalló sobre Lockerbie (Escocia) en 1988 y liberado en 2009 por razones "humanitarias" debido a un cáncer en fase terminal, está en coma en su residencia familiar.