La gran derrota de Grondona
Buenos Aires, Agencias
Julio Grondona sufrió, tal vez, la derrota más dura de los últimos tiempos como presidente de la AFA. Acostumbrado a disponer y hacer casi a voluntad, el titular del fútbol argentino desde hace 32 años mostró síntomas de debilidad en su poder al suspender el proyecto del torneo de los 38 equipos que él había puesto a consideración de los clubes de manera intempestiva y con el impulso del Gobierno Nacional.
El fuerte y contundente rechazo de los hinchas argentinos, más la negativa de varios clubes que estaba ganando cada vez más terreno, lo obligaron a dar marcha atrás y dejar de lado la unificación de los torneos de Primera división y B Nacional, tal como se planeó en conjunto con el Gobierno para potenciar el Fútbol Para Todos, que hoy invierte 800 millones de pesos por temporada en la televisación de partidos.
El golpe para Grondona es grande. Por primera vez sintió que los clubes no lo apoyaban, y sintió que su poder fue desafiado luego de muchísimos años del "Sí Julio". De esta manera, el mega torneo quedó sin efecto y se desactivó el descontento popular que en los últimos días había quedado de manifiesto en los medios y en las redes sociales, y que hoy iba a tomar forma a través de varias marchas en el interior del país y en las puertas de la AFA.
En todo momento, desde la AFA se trató de despegar al Gobierno Nacional de este plan que le permitía a River, entre otros equipos, recuperar su lugar en Primera. Pero era demasiado tarde. El "sincericidio" de Ernesto Cherquis Bialo y las declaraciones de los presidentes de Lanús y Vélez, que involucraron al Fútbol Para Todos, tuvieron un efecto letal para las aspiraciones de Grondona y sus socios del Estado.
Cuando parecía que todo se resolvería en una Asamblea en noviembre, finalmente el anteproyecto de los 38 equipos quedó en lada. Porque el malestar popular era demasiado riesgoso para el oficialismo de cara a las elecciones de nacionales de octubre. Y justamente, desde arriba, llegó el pedido para que en calle Viamonte desactiven ese plan de "Primera para Todos" que tuvo el efecto contrario al deseado.
En una semana, Grondona quedó muy mal parado: despidió al primer técnico de la Selección en todo su mandato (Sergio Batista), y debió romper el boceto de nuevo torneo que siete días atrás había tratado de imponer en una sorpresiva reunión en el predio de Ezeiza. Demasiados dolores de cabeza en muy poco tiempo. Sobre todo porque en pocos meses irá por otra reelección.
Julio Grondona sufrió, tal vez, la derrota más dura de los últimos tiempos como presidente de la AFA. Acostumbrado a disponer y hacer casi a voluntad, el titular del fútbol argentino desde hace 32 años mostró síntomas de debilidad en su poder al suspender el proyecto del torneo de los 38 equipos que él había puesto a consideración de los clubes de manera intempestiva y con el impulso del Gobierno Nacional.
El fuerte y contundente rechazo de los hinchas argentinos, más la negativa de varios clubes que estaba ganando cada vez más terreno, lo obligaron a dar marcha atrás y dejar de lado la unificación de los torneos de Primera división y B Nacional, tal como se planeó en conjunto con el Gobierno para potenciar el Fútbol Para Todos, que hoy invierte 800 millones de pesos por temporada en la televisación de partidos.
El golpe para Grondona es grande. Por primera vez sintió que los clubes no lo apoyaban, y sintió que su poder fue desafiado luego de muchísimos años del "Sí Julio". De esta manera, el mega torneo quedó sin efecto y se desactivó el descontento popular que en los últimos días había quedado de manifiesto en los medios y en las redes sociales, y que hoy iba a tomar forma a través de varias marchas en el interior del país y en las puertas de la AFA.
En todo momento, desde la AFA se trató de despegar al Gobierno Nacional de este plan que le permitía a River, entre otros equipos, recuperar su lugar en Primera. Pero era demasiado tarde. El "sincericidio" de Ernesto Cherquis Bialo y las declaraciones de los presidentes de Lanús y Vélez, que involucraron al Fútbol Para Todos, tuvieron un efecto letal para las aspiraciones de Grondona y sus socios del Estado.
Cuando parecía que todo se resolvería en una Asamblea en noviembre, finalmente el anteproyecto de los 38 equipos quedó en lada. Porque el malestar popular era demasiado riesgoso para el oficialismo de cara a las elecciones de nacionales de octubre. Y justamente, desde arriba, llegó el pedido para que en calle Viamonte desactiven ese plan de "Primera para Todos" que tuvo el efecto contrario al deseado.
En una semana, Grondona quedó muy mal parado: despidió al primer técnico de la Selección en todo su mandato (Sergio Batista), y debió romper el boceto de nuevo torneo que siete días atrás había tratado de imponer en una sorpresiva reunión en el predio de Ezeiza. Demasiados dolores de cabeza en muy poco tiempo. Sobre todo porque en pocos meses irá por otra reelección.