La crisis financiera: La debilidad de la demanda interna atranca la recuperación española
El PIB avanza un 0,2% en el primer trimestre, una décima menos que en el inicio del año - La tasa interanual retrocede al 0,7%, según el Banco de España
Madrid, El País
La economía española no acaba de despegar. Como ya habían anticipado las estadísticas de consumo privado, producción industrial o empleo, el avance del PIB entre abril y junio fue muy débil, apenas un 0,2% en tasa trimestral, una décima menos que en el arranque del año. Si la estimación que adelantó ayer el Banco de España se confirma, la recuperación, medida en tasa interanual, habría interrumpido su lenta marcha: la economía española crece ahora un 0,7% respecto al mismo periodo del año pasado, frente al 0,8% que alcanzó en el primer trimestre.
El boletín del Banco de España advierte que en la moderación del PIB debe tenerse en cuenta "la excepcional concentración de gasto" que se produjo en el segundo trimestre de 2010, cuando se adelantaron compras por la inminente subida del IVA y el fin de las ayudas a la compra de automóviles. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, en declaraciones a RNE, recalcó que eso desvirtúa la comparación y auguró que el tercer trimestre traerá un dato "más positivo". Pese al discreto crecimiento en la primera mitad del año y a las tensiones financieras originadas en el mercado de deuda pública, Salgado afirmó que no está previsto revisar el pronóstico oficial para 2011 (1,3%).
Los mercados señalan a Italia y España por su lenta recuperación y los datos más recientes apuntalan el argumento. En el caso de la economía española, la debilidad interna se deja notar en todas las variables. El consumo de los hogares, según el Banco de España, "repuntó solo levemente entre abril y junio", respecto al trimestre anterior. En la comparación interanual, el gasto de las familias retrocede, algo que no hacía desde el arranque de 2010. Lo mismo ocurre con la inversión en bienes de equipo: discreto avance trimestral, que no impide volver a tasas interanuales negativas.
Además, el gasto corriente de las Administraciones Públicas también habría descendido en este segundo trimestre, a diferencia de lo que ocurrió entre enero y marzo, cuando el consumo público registró un sorprendente aumento al calor de las elecciones autonómicas y municipales. Es una evolución más acorde con los anuncios de ajuste, pero, en suma, extiende la debilidad de la demanda interna. El Banco de España sostiene que la "consolidación fiscal progresa hacia los objetivos establecidos", aunque señala que para reducir el déficit al 6% del PIB este año, las comunidades deben acelerar los recortes de gasto.
Los expertos del organismo supervisor destacan que el funcionamiento extremo de la economía española se agudiza: la aportación del sector exterior se ha incrementado (2,6 puntos porcentuales) mientras que la demanda interna resta aún más a la tasa interanual que en trimestres precedentes (-1,9). Aunque las exportaciones de mercancías aflojan el paso, frenan aún más las importaciones, lo que mejora el saldo exterior. A eso se suma ahora "la fuerte recuperación del turismo".
Si se analiza el PIB a partir de la oferta, el mayor cambio de tendencia se produce en el sector industrial. Mientras en el primer trimestre experimentó un notable avance, apoyado en el sector exterior, ahora interrumpe "su trayectoria de recuperación", consolidada desde mediados de 2010. El Banco de España lo achaca "en parte" a "la discontinuidad en algunos procesos productivos" que provocó el desabastecimiento tras el terremoto de Japón y al parón de la industria agroalimentaria tras la crisis del pepino, que paralizó la distribución de productos hortofrutícolas a Europa.
A diferencia de la atonía del consumo privado y la inversión, el Banco de España confía en que el frenazo de la industria sea transitorio, aunque recela de los indicios de desfallecimiento de la zona euro, destino básico de las exportaciones del sector. El supervisor concluye que el patrón de la economía española (avance débil basado en las exportaciones) refleja "la corrección de los desequilibrios acumulados, aun cuando limite el crecimiento a corto plazo". El problema, advierte, es que "las posibles repercusiones de las tensiones en los mercados de deuda soberana sobre la economía real" pueden alargar este periodo de recuperación a cámara lenta.
Madrid, El País
La economía española no acaba de despegar. Como ya habían anticipado las estadísticas de consumo privado, producción industrial o empleo, el avance del PIB entre abril y junio fue muy débil, apenas un 0,2% en tasa trimestral, una décima menos que en el arranque del año. Si la estimación que adelantó ayer el Banco de España se confirma, la recuperación, medida en tasa interanual, habría interrumpido su lenta marcha: la economía española crece ahora un 0,7% respecto al mismo periodo del año pasado, frente al 0,8% que alcanzó en el primer trimestre.
El boletín del Banco de España advierte que en la moderación del PIB debe tenerse en cuenta "la excepcional concentración de gasto" que se produjo en el segundo trimestre de 2010, cuando se adelantaron compras por la inminente subida del IVA y el fin de las ayudas a la compra de automóviles. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, en declaraciones a RNE, recalcó que eso desvirtúa la comparación y auguró que el tercer trimestre traerá un dato "más positivo". Pese al discreto crecimiento en la primera mitad del año y a las tensiones financieras originadas en el mercado de deuda pública, Salgado afirmó que no está previsto revisar el pronóstico oficial para 2011 (1,3%).
Los mercados señalan a Italia y España por su lenta recuperación y los datos más recientes apuntalan el argumento. En el caso de la economía española, la debilidad interna se deja notar en todas las variables. El consumo de los hogares, según el Banco de España, "repuntó solo levemente entre abril y junio", respecto al trimestre anterior. En la comparación interanual, el gasto de las familias retrocede, algo que no hacía desde el arranque de 2010. Lo mismo ocurre con la inversión en bienes de equipo: discreto avance trimestral, que no impide volver a tasas interanuales negativas.
Además, el gasto corriente de las Administraciones Públicas también habría descendido en este segundo trimestre, a diferencia de lo que ocurrió entre enero y marzo, cuando el consumo público registró un sorprendente aumento al calor de las elecciones autonómicas y municipales. Es una evolución más acorde con los anuncios de ajuste, pero, en suma, extiende la debilidad de la demanda interna. El Banco de España sostiene que la "consolidación fiscal progresa hacia los objetivos establecidos", aunque señala que para reducir el déficit al 6% del PIB este año, las comunidades deben acelerar los recortes de gasto.
Los expertos del organismo supervisor destacan que el funcionamiento extremo de la economía española se agudiza: la aportación del sector exterior se ha incrementado (2,6 puntos porcentuales) mientras que la demanda interna resta aún más a la tasa interanual que en trimestres precedentes (-1,9). Aunque las exportaciones de mercancías aflojan el paso, frenan aún más las importaciones, lo que mejora el saldo exterior. A eso se suma ahora "la fuerte recuperación del turismo".
Si se analiza el PIB a partir de la oferta, el mayor cambio de tendencia se produce en el sector industrial. Mientras en el primer trimestre experimentó un notable avance, apoyado en el sector exterior, ahora interrumpe "su trayectoria de recuperación", consolidada desde mediados de 2010. El Banco de España lo achaca "en parte" a "la discontinuidad en algunos procesos productivos" que provocó el desabastecimiento tras el terremoto de Japón y al parón de la industria agroalimentaria tras la crisis del pepino, que paralizó la distribución de productos hortofrutícolas a Europa.
A diferencia de la atonía del consumo privado y la inversión, el Banco de España confía en que el frenazo de la industria sea transitorio, aunque recela de los indicios de desfallecimiento de la zona euro, destino básico de las exportaciones del sector. El supervisor concluye que el patrón de la economía española (avance débil basado en las exportaciones) refleja "la corrección de los desequilibrios acumulados, aun cuando limite el crecimiento a corto plazo". El problema, advierte, es que "las posibles repercusiones de las tensiones en los mercados de deuda soberana sobre la economía real" pueden alargar este periodo de recuperación a cámara lenta.