Insurgentes libios piden a la OTAN que mantenga la presión
Tripoli, AP
Los insurgentes libios instaron el lunes a la OTAN a que mantenga la presión sobre los restos del régimen de Moamar Gadafi y a que proteja las cuadrillas de trabajadores que tratan de restablecer servicios básicos a Trípoli.
El jefe del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdul Jalil, le dijo a los altos enviados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte reunidos en Qatar que Gadafi, quien ha estado escondido desde que los rebeldes capturaron la capital libia hace una semana, todavía puede causar problemas.
A pesar de que pusieron fin a su gobierno, los insurgentes aún no han hallado a Gadafi ni a su familia, algo que arroja una sombra de incertidumbre sobre una victoria sólida de la oposición.
"Gadafi todavía es capaz de hacer algo terrible de último momento", dijo Abdul Jalil a los jefes de Estado Mayor Conjunto y otros funcionarios clave de los países que integran la OTAN, entre ellos Francia, Italia y Turquía.
"Incluso después de que los combates terminen, necesitamos apoyo logístico y militar de la OTAN", agregó.
La alianza atlántica ha estado bombardeando a las fuerzas de Gadafi desde marzo, bajo el mandato de las Naciones Unidas para proteger a los civiles libios.
Los rebeldes parecen controlar la capital después de una semana de combates intensos en los que capturaron el cuartel principal de Gadafi y luego el cercano barrio residencial de Abu Salim.
Otros representantes de los insurgentes pidieron a la alianza cambiar su enfoque para ayudar a salvaguardar a los equipos de reconstrucción, los cuales buscan aliviar la carencia de agua y electricidad en Trípoli y otras partes. Los líderes rebeldes calculan que al menos 60% de los residentes de la capital no tienen suficiente agua.
En Trípoli, un hermano del libio condenado por el atentado de Lockerbie, Escocia, dijo el lunes que Abdel Baset al-Megrahi no debe ser devuelto a la cárcel en Occidente, porque ya está "entre la vida y la muerte" en su casa en la capital.
El 22 de agosto, varios senadores de Nueva York le pidieron al gobierno de transición de los rebeldes libios que hagan plenamente responsable a al-Megrahi de la explosión en 1988 del vuelo 103 de Pan Am, en el que murieron 270 personas. Los líderes rebeldes han dicho que no lo extraditarán.
El gobierno escocés liberó a al-Megrahi en 2009, creyendo que iba a morir pronto de cáncer. Fue recibido como un héroe en Libia.
Entretanto, Sirte —la ciudad natal de Gadafi— sigue siendo un bastión de apoyo para el hombre fuerte libio y algunos conjeturan que el derrocado líder podría haber huido allí.
Las fuerzas rebeldes han estado convergiendo desde el este y el oeste a los alrededores de Sirte, a 250 kilómetros al este de Trípoli, preparándose para una batalla con las fuerzas leales a Gadafi.
Los insurgentes libios instaron el lunes a la OTAN a que mantenga la presión sobre los restos del régimen de Moamar Gadafi y a que proteja las cuadrillas de trabajadores que tratan de restablecer servicios básicos a Trípoli.
El jefe del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdul Jalil, le dijo a los altos enviados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte reunidos en Qatar que Gadafi, quien ha estado escondido desde que los rebeldes capturaron la capital libia hace una semana, todavía puede causar problemas.
A pesar de que pusieron fin a su gobierno, los insurgentes aún no han hallado a Gadafi ni a su familia, algo que arroja una sombra de incertidumbre sobre una victoria sólida de la oposición.
"Gadafi todavía es capaz de hacer algo terrible de último momento", dijo Abdul Jalil a los jefes de Estado Mayor Conjunto y otros funcionarios clave de los países que integran la OTAN, entre ellos Francia, Italia y Turquía.
"Incluso después de que los combates terminen, necesitamos apoyo logístico y militar de la OTAN", agregó.
La alianza atlántica ha estado bombardeando a las fuerzas de Gadafi desde marzo, bajo el mandato de las Naciones Unidas para proteger a los civiles libios.
Los rebeldes parecen controlar la capital después de una semana de combates intensos en los que capturaron el cuartel principal de Gadafi y luego el cercano barrio residencial de Abu Salim.
Otros representantes de los insurgentes pidieron a la alianza cambiar su enfoque para ayudar a salvaguardar a los equipos de reconstrucción, los cuales buscan aliviar la carencia de agua y electricidad en Trípoli y otras partes. Los líderes rebeldes calculan que al menos 60% de los residentes de la capital no tienen suficiente agua.
En Trípoli, un hermano del libio condenado por el atentado de Lockerbie, Escocia, dijo el lunes que Abdel Baset al-Megrahi no debe ser devuelto a la cárcel en Occidente, porque ya está "entre la vida y la muerte" en su casa en la capital.
El 22 de agosto, varios senadores de Nueva York le pidieron al gobierno de transición de los rebeldes libios que hagan plenamente responsable a al-Megrahi de la explosión en 1988 del vuelo 103 de Pan Am, en el que murieron 270 personas. Los líderes rebeldes han dicho que no lo extraditarán.
El gobierno escocés liberó a al-Megrahi en 2009, creyendo que iba a morir pronto de cáncer. Fue recibido como un héroe en Libia.
Entretanto, Sirte —la ciudad natal de Gadafi— sigue siendo un bastión de apoyo para el hombre fuerte libio y algunos conjeturan que el derrocado líder podría haber huido allí.
Las fuerzas rebeldes han estado convergiendo desde el este y el oeste a los alrededores de Sirte, a 250 kilómetros al este de Trípoli, preparándose para una batalla con las fuerzas leales a Gadafi.