Indígenas protestan en Sao Paulo contra represa gigante en Amazonia
SAO PAULO, Agencias
Indígenas y organizaciones ecologistas desfilaron este sábado en Sao Paulo contra la construcción de la gigante hidroeléctrica Belo Monte, en el corazón de la selva amazónica, en una protesta que se realizaba simultáneamente en otras 15 ciudades brasileñas.
Unas mil personas, según estimaciones de los organizadores y la policía, recorrieron la Avenida Paulista, centro financiero de la metropoli brasileña, contra la construcción de la represa que debe inundar unos 516 km2 en dos embalses sobre el río Xingú y provocar el desplazamiento de 16.000 indígenas en el estado amazónico de Pará.
"Con esta manifestación queremos llamar la atención del gobierno para parar la construcción. El gobierno no escucha a nadie. Queremos que se respete el derecho del indio", afirmó a la AFP el cacique Megaron Txucarramae de la etnia caiapó.
La construcción enfrenta una fuerte oposición de indígenas, pobladores locales y ambientalistas, que argumentan que la iniciativa tendrá un impacto ecológico y social demasiado grande.
"No queremos perder nuestra cultura. El Brasil es nuestro, no se puede arruinar, acabar con la naturaleza", declaró a la prensa el cacique Kunue Kalapado, según la traducción de su hija Kuné, de la aldea guaraní Tenonde Pora.
"Estamos muy preocupados porque la primera aldea que afectaría (la inundación) sería la nuestra", que se encuentra en el alto río Xingú, afirmó a la AFP Kuné Kalapado.
Realizando danzas típicas acompañadas por el coro "Xingú vivo sí, Belo Monte no" de los ambientalistas, los indígenas quemaron una figura de paja que representaba a la presidenta Dilma Rousseff.
Sentados alrededor de la fogata, los organizadores leyeron una proclama en la que afirmaron que algunos manifestantes intentan ocupar el sector de obras de la usina.
Con 11.200 MW de potencia (cerca de 11% de la capacidad instalada del país) y un costo de 11.000 millones de dólares, la represa está destinada a ser la tercera mayor del mundo.
El oficial Instituto brasileño de Medio Ambiente (Ibama) concedió en enero la autorización para el comienzo de la construcción de la gigantesca hidroeléctrica.
El lunes está previsto que también se realicen protestas en 16 países, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Irán y Turquía.
Por su parte, el consorcio Norte Energía, responsable por la construcción lamentó las manifestaciones "fruto de la desinformación", señaló en una nota.
Indígenas y organizaciones ecologistas desfilaron este sábado en Sao Paulo contra la construcción de la gigante hidroeléctrica Belo Monte, en el corazón de la selva amazónica, en una protesta que se realizaba simultáneamente en otras 15 ciudades brasileñas.
Unas mil personas, según estimaciones de los organizadores y la policía, recorrieron la Avenida Paulista, centro financiero de la metropoli brasileña, contra la construcción de la represa que debe inundar unos 516 km2 en dos embalses sobre el río Xingú y provocar el desplazamiento de 16.000 indígenas en el estado amazónico de Pará.
"Con esta manifestación queremos llamar la atención del gobierno para parar la construcción. El gobierno no escucha a nadie. Queremos que se respete el derecho del indio", afirmó a la AFP el cacique Megaron Txucarramae de la etnia caiapó.
La construcción enfrenta una fuerte oposición de indígenas, pobladores locales y ambientalistas, que argumentan que la iniciativa tendrá un impacto ecológico y social demasiado grande.
"No queremos perder nuestra cultura. El Brasil es nuestro, no se puede arruinar, acabar con la naturaleza", declaró a la prensa el cacique Kunue Kalapado, según la traducción de su hija Kuné, de la aldea guaraní Tenonde Pora.
"Estamos muy preocupados porque la primera aldea que afectaría (la inundación) sería la nuestra", que se encuentra en el alto río Xingú, afirmó a la AFP Kuné Kalapado.
Realizando danzas típicas acompañadas por el coro "Xingú vivo sí, Belo Monte no" de los ambientalistas, los indígenas quemaron una figura de paja que representaba a la presidenta Dilma Rousseff.
Sentados alrededor de la fogata, los organizadores leyeron una proclama en la que afirmaron que algunos manifestantes intentan ocupar el sector de obras de la usina.
Con 11.200 MW de potencia (cerca de 11% de la capacidad instalada del país) y un costo de 11.000 millones de dólares, la represa está destinada a ser la tercera mayor del mundo.
El oficial Instituto brasileño de Medio Ambiente (Ibama) concedió en enero la autorización para el comienzo de la construcción de la gigantesca hidroeléctrica.
El lunes está previsto que también se realicen protestas en 16 países, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Irán y Turquía.
Por su parte, el consorcio Norte Energía, responsable por la construcción lamentó las manifestaciones "fruto de la desinformación", señaló en una nota.