El Papa cita en Río a 1.5 millones de jóvenes al cerrar la JMJ de Madrid

MADRID, Agencias
Cerca de 1,5 millones de jóvenes asistieron este domingo a una misa con el Papa, que les dio cita en Río de Janeiro dentro de dos años, sin abandonar el campamento al aire libre a pesar de una fuerte tormenta que perturbó la oración nocturna del sábado a las afueras de Madrid.
"Me complace anunciar ahora que la sede de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en el 2013, será Río de Janeiro", clamó Benedicto XVI tras una eucaristía al aire libre ante un mar de jóvenes, colores y banderas.

El Papa volvió este domingo a celebrar misa al mismo lugar en que la víspera presidió una vigilia de oración que se vio obligado a interrumpir brevemente por una violenta tormenta de viento y lluvia.

"¡Espero que hayáis podido dormir a pesar de la inclemencia del tiempo!", "seguro que esta madrugada habréis levantado los ojos al cielo más de una vez, no sólo los ojos, sino también el corazón", formuló el pontífice a su llegada al aeródromo de Cuatro Vientos.

La multitud de peregrinos volvía a recibir a Benedicto XVI a primera hora de la mañana, bajo un tímido sol, después de haber pasado la noche al raso rezando y cantando en una superficie del tamaño de 48 campos de fútbol en la que algunos llevaban acampados 24 horas.

El campamento montado con sacos y esterillas al aire libre, donde los jóvenes soportaron el sábado temperaturas de casi 40 grados sin una sombra donde resguardarse, sufría aún los destrozos de la breve tormenta nocturna.

Nada más anochecer, al inicio de la vigilia de oración, cuando el Papa había empezado a pronunciar unas palabras, un fuerte viento y lluvia acompañados de llamativos relámpagos sembraron el pánico por un momento en el lugar y obligaron al santo padre a interrumpir su discurso. En él proponía a los jóvenes un matrimonio entre "hombre y mujer" abierto al "don divino de la vida".

Este domingo, en el último acto de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), Benedicto XVI pidió a los jóvenes peregrinos llegados de más de 190 países que no sigan a Jesús "en solitario".

"Quien cede a la tentación de ir 'por su cuenta' o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo", dijo, y les invitó a dar "testimonio de la fe (...) donde hay rechazo o indiferencia" y a no dejarse "seducir por las falsas promesas de un estilo de vida sin Dios".

Y se despidió de los jóvenes, en el último día de unas JMJ que empezaron el martes y tras una visita a España de cuatro días, con una invitación: "Llevad el conocimiento y el amor de Cristo por todo el mundo". "Él quiere que seáis sus apóstoles en el siglo XXI y los mensajeros de su alegría. ¡No lo defraudéis!", mientras los jóvenes cantaban "¡Esta es la juventud del Papa!" y "¡Benedicto, Benedicto!".

El Papa no olvidó en este aeródromo a las víctimas del accidente aéreo del aeropuerto de Madrid de 2008, que causó 154 muertos y cuyo tercer aniversario se conmemoró el sábado.

La tormenta del sábado, que provocó siete heridos leves, dañó también varias carpas instaladas a modo de capillas donde se guardaban hostias para el sacramento de la comunión de este domingo, que en ocasiones fueron llevadas a un lugar seguro por curas y religiosas. Los organizadores anunciaron que debido a esos daños, no todos los peregrinos podrían comulgar en la eucaristía del domingo.

La tempestad tampoco arredró al Papa, que en ningún momento pensó en abandonar la vigilia y agradeció luego a los jóvenes su "fuerza" por aguantar ante las inclemencias del tiempo. "Benedicto XVI estaba decidido, incluso extremadamente decidido, a quedarse en el lugar, al igual que los jóvenes. No tuvo la menor duda. Esta tormenta es una parábola de la vida cristiana, en la cual, los momentos de dificultad se superan con la tenacidad de la fe", explicó este domingo a la AFP el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi.

Según el portavoz, que citó estimaciones de la policía española, el número de jóvenes de 193 países que asistieron a la vigilia en el aeródromo de Cuatro Vientos podría haber alcanzado el millón y medio. El terreno de Cuatro Vientos se quedó pequeño para los asistentes y se abrió un terreno cercano para acoger a 200.000 personas más, según la organización.

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