¿Cómo hacen los jugadores de La Paz FC para pagar sus cuentas?
La Paz, Erbol
Desde que La Paz FC llegó a disputar la primera fase de la Copa Libertadores de América, de esto ya hace algunos años, el equipo se ha venido abajo en el torneo liguero y los recursos, por lo tanto, han escaseado y el único directivo que cuenta con dinero suficiente para mantener el plantel también parece haber llegado al fondo de su paciencia monetaria, mientras que sus jugadores han vivido de las promesas de pago, que cada vez son menos efectivas.
Esta semana no ha sido la excepción y los jugadores de La Paz FC han amenazado con parar los entrenamientos, mientras en el curso de los últimos días, Juan Negrete, uno de los dos dirigentes del club, sostuvo ante los medios que está cada día más cansado de la situación anticipando que también tiene muchas ganas de cambiar de actividad.
“La situación es insostenible”, dijo al asegurar que el clima es tan malo que no puede descansar ni dormir tranquilo por los problemas acumulados, mientras trata de ver la forma de solucionarlos.
Lejos están los días en los cuales La Paz FC era el equipo de mejor rendimiento del fútbol boliviano y el conjunto a vencer, aunque no logró llevarse a sus vitrinas ningún título.
El conjunto azulgrana es el que menos gasta en su planilla mensual, que algunos de sus futbolistas aseguran no alcanza a los diez mil dólares, lo que en otras palabras representa un salario promedio, por ejemplo, en equipos como Bolívar, Oriente Petrolero y otros.
Sólo tres jugadores viven estrictamente del fútbol: Álvaro Ricaldi, Gary Paz y Rochard Rojas, el resto son jóvenes futbolistas que distribuyen su tiempo entre la pasión por el fútbol y los estudios.
No de otra manera se puede entender que La Paz FC aún siga en la Liga, ya que los padres de esos jugadores, que estudian en las universidades o institutos locales, son los que termina subvencionando los pasajes y alimentación de sus hijos, que de vivir del fútbol como profesionales tendrían muchos problemas económicos.
La promesa de cancelar a los jugadores lo adeudado se ha extendido al viernes, declaraciones que no alcanzaron para tranquilizar a los futbolistas, que ante varios medios han reconocido, aunque pidiendo el anonimato, que su situación es tan crítica “que no tenemos para comer”.
Ya el año pasado Mauricio González afirmó que el club estaba a la venta y hasta se puso un precio estimado: Medio millón de dólares y no hubo ningún interesado.
En el campeonato que se avecina La Paz deberá enfrentar otro problema: El fantasma del descenso, dada su pobre producción en el primer certamen del año.
Esta situación parece encontrar mirando de lontananza a su actual entrenador, Juan Carlos Paz García, que camina en una cuerda floja en este su primer desafío como director técnico de un plantel de la Liga.
El balompié boliviano no es de los que más recauda y la situación no es desconocida para los equipos que no dependen de uno, dos o tres mecenas que hacen de sus clubes los más competitivos del fútbol nacional.
Otro de los planteles que pasa por una crítica situación económica es Real Mamoré, cuyos dirigentes habían anunciado al final del anterior torneo poco menos que su “extinción” por la acumulación de deudas “imposibles de cancelar”.
La situación parece no haber mejorado a la fecha.
Entre tanto, los días corren y para La Paz FC la llegada del siguiente torneo liguero no parece ser una buena noticia, ya que los gastos se verán incrementados por la cantidad de viajes que se tienen que hacer a lo largo y ancho de todo el país.
Desde que La Paz FC llegó a disputar la primera fase de la Copa Libertadores de América, de esto ya hace algunos años, el equipo se ha venido abajo en el torneo liguero y los recursos, por lo tanto, han escaseado y el único directivo que cuenta con dinero suficiente para mantener el plantel también parece haber llegado al fondo de su paciencia monetaria, mientras que sus jugadores han vivido de las promesas de pago, que cada vez son menos efectivas.
Esta semana no ha sido la excepción y los jugadores de La Paz FC han amenazado con parar los entrenamientos, mientras en el curso de los últimos días, Juan Negrete, uno de los dos dirigentes del club, sostuvo ante los medios que está cada día más cansado de la situación anticipando que también tiene muchas ganas de cambiar de actividad.
“La situación es insostenible”, dijo al asegurar que el clima es tan malo que no puede descansar ni dormir tranquilo por los problemas acumulados, mientras trata de ver la forma de solucionarlos.
Lejos están los días en los cuales La Paz FC era el equipo de mejor rendimiento del fútbol boliviano y el conjunto a vencer, aunque no logró llevarse a sus vitrinas ningún título.
El conjunto azulgrana es el que menos gasta en su planilla mensual, que algunos de sus futbolistas aseguran no alcanza a los diez mil dólares, lo que en otras palabras representa un salario promedio, por ejemplo, en equipos como Bolívar, Oriente Petrolero y otros.
Sólo tres jugadores viven estrictamente del fútbol: Álvaro Ricaldi, Gary Paz y Rochard Rojas, el resto son jóvenes futbolistas que distribuyen su tiempo entre la pasión por el fútbol y los estudios.
No de otra manera se puede entender que La Paz FC aún siga en la Liga, ya que los padres de esos jugadores, que estudian en las universidades o institutos locales, son los que termina subvencionando los pasajes y alimentación de sus hijos, que de vivir del fútbol como profesionales tendrían muchos problemas económicos.
La promesa de cancelar a los jugadores lo adeudado se ha extendido al viernes, declaraciones que no alcanzaron para tranquilizar a los futbolistas, que ante varios medios han reconocido, aunque pidiendo el anonimato, que su situación es tan crítica “que no tenemos para comer”.
Ya el año pasado Mauricio González afirmó que el club estaba a la venta y hasta se puso un precio estimado: Medio millón de dólares y no hubo ningún interesado.
En el campeonato que se avecina La Paz deberá enfrentar otro problema: El fantasma del descenso, dada su pobre producción en el primer certamen del año.
Esta situación parece encontrar mirando de lontananza a su actual entrenador, Juan Carlos Paz García, que camina en una cuerda floja en este su primer desafío como director técnico de un plantel de la Liga.
El balompié boliviano no es de los que más recauda y la situación no es desconocida para los equipos que no dependen de uno, dos o tres mecenas que hacen de sus clubes los más competitivos del fútbol nacional.
Otro de los planteles que pasa por una crítica situación económica es Real Mamoré, cuyos dirigentes habían anunciado al final del anterior torneo poco menos que su “extinción” por la acumulación de deudas “imposibles de cancelar”.
La situación parece no haber mejorado a la fecha.
Entre tanto, los días corren y para La Paz FC la llegada del siguiente torneo liguero no parece ser una buena noticia, ya que los gastos se verán incrementados por la cantidad de viajes que se tienen que hacer a lo largo y ancho de todo el país.