China acelera el paso para convertirse en la primera superpotencia mundial
China, Agencias
China es hoy sinónimo del término superpotencia “emergente” –casi todas las referencias al país hacen mención de su futuro potencial global, tanto económico como militar. Pero pocos cuestionan el crecimiento y poderío chino actual. ¿Cuándo dejaremos la etiqueta de “emergente” para simplemente referirnos a China como una superpotencia, similiar a como percibimos a Estados Unidos en la actualidad?
China tiene un poder significativo en Asia –sólo la India y Japón le presentan una competencia creíble– y su influencia global se está incrementando con sus políticas económicas en África, Latinoamérica y Europa, según afirman analistas.
Aunque muchos expertos consideran que para que un país se convierta en una verdadera potencia mundial, requiere tanto de dominio militar como una economía sin igual.
Lawrence Saez, catedrático del Colegio de Estudios Orientales y Africanos, con sede en Londres, afirma: “Cuando China decida tomar el control de Taiwán, será cuando se convierta en una superpotencia. Ese será el día incuestionablemente”.
China considera a Taiwán parte de su territorio. Ha declarado que utilizará la fuerza contra la isla si alguna vez decide formalmente buscar su independencia.
“El punto de inflexión es militar, el tener la capacidad de amenazar a tus vecinos, amenazar con acción militar sin posibilidad de ser desafiado. China sabe que hoy perdería una guerra contra Estados Unidos”, agregó Saez, quien piensa que China superará a Estados Unidos como superpotencia militar en los próximos 20 años.
Alexander Neill, investigador de Asia del Instituto de Servicios Unidos Reales (ISUR), un centro de estudios londinense, afirma: “Cuando pueda desafiar a Estados Unidos (militarmente), será el día en que se convierta en una superpotencia mundial… un poder militar de alcance global con la capacidad de desplegarse en todo el mundo para defender sus intereses”.
Los líderes militares de mayor rango de China negaron que su país esté buscando convertirse en una superpotencia militar; a principios de mayo, el general Chen Bingde dijo que las fuerzas armadas estadounidenses aún son mucho más avanzadas que las chinas. Afirmó que China no tiene ninguna intención de igualar al poderío militar de Estados Unidos.
El ministro de Defensa chino, el General Liang Guanglie, afirmó en junio: “Para juzgar si un país es una amenaza para la paz mundial, la clave es no ver qué tan fuerte es su economía o ejército, sino la política que pretende”.
Sin embargo, muchos expertos no toman estas declaraciones al pie de la letra, remitiéndose a creciente presupuesto para la defensa, así como avanzados proyectos militares.
Oficialmente, China gastó cerca de 80,000 millones de dólares para su defensa en el 2010 –aunque de manera no oficial hay quienes consideran que la cifra fue mucho mayor. El Departamento de Defensa estadounidense estima que el gasto de China para fines militares está cerca de 150,000 millones de dólares y creciendo. Estados Unidos gastó 729,000 millones de dólares en su defensa en el 2010.
La cabeza del Estado Mayor del Ejército de Liberación del Pueblo confirmó que el primer portaaviones de China está en construcción, según informó el Commercial Daily de Hong Kong.
El portaaviones mide 300 metros de largo y fotografías satelitales recientes tomadas por Google Earth muestram que se encuentra en el puerto de Dalian al noreste de China.
Y en diciembre del año pasado, las imágenes y videos del más reciente avión de combate de China, apodado J-20, aparecieron en la web.
Analistas creen que el J-20 contará con la capacidad de evadir radares como el de los aviones de combate de quinta generación que fabrican los Estados Unidos, como el F-22 y el F-35.
Se espera que el jet esté en condiciones de operar para el 2017, aunque los analistas consideran que China tiene el potencial para desplegarlo antes con un motor menos poderoso que el que está actualmente en desarrollo.
Sin embargo, el potencial militar no es el único componente –ni necesariamente el más importante– para alcanzar un estatus de superpotencia.
Joseph S. Nye, profesor de Harvard, escribió recientemente en CNN: “En el siglo XXI, el poderío militar no tendrá la misma utilidad que tuvo en los siglos XIX y XX, pero seguirá siendo un componente de poder crucial en la política mundial”.
Aunque esté emergiendo como una potencia militar, China ya es una superpotencia económica, según expertos como Saez.
De acuerdo con al menos una estimación, la economía China superará a la de Estados Unidos para el 2021. Yao Yang, director del Centro Chino para la Reforma Económica de la Universidad de Peking, comentó recientemente a CNN: “Asumiendo que las economías de China y Estados Unidos crezcan respectivamente en un 8 y 3% en términos reales, que la inflación de China sea de un 3.6% y la de Estados Unidos de un 2% (los promedios de la última década) y que el renminbi se aprecie con relación al dólar en un 3% anual (el promedio de los últimos seis años), China se convertirá en la economía más grande del mundo para el 2021. En ese entonces, el PIB de ambos países será de alrededor de 24 trillones de dólares.
China es hoy sinónimo del término superpotencia “emergente” –casi todas las referencias al país hacen mención de su futuro potencial global, tanto económico como militar. Pero pocos cuestionan el crecimiento y poderío chino actual. ¿Cuándo dejaremos la etiqueta de “emergente” para simplemente referirnos a China como una superpotencia, similiar a como percibimos a Estados Unidos en la actualidad?
China tiene un poder significativo en Asia –sólo la India y Japón le presentan una competencia creíble– y su influencia global se está incrementando con sus políticas económicas en África, Latinoamérica y Europa, según afirman analistas.
Aunque muchos expertos consideran que para que un país se convierta en una verdadera potencia mundial, requiere tanto de dominio militar como una economía sin igual.
Lawrence Saez, catedrático del Colegio de Estudios Orientales y Africanos, con sede en Londres, afirma: “Cuando China decida tomar el control de Taiwán, será cuando se convierta en una superpotencia. Ese será el día incuestionablemente”.
China considera a Taiwán parte de su territorio. Ha declarado que utilizará la fuerza contra la isla si alguna vez decide formalmente buscar su independencia.
“El punto de inflexión es militar, el tener la capacidad de amenazar a tus vecinos, amenazar con acción militar sin posibilidad de ser desafiado. China sabe que hoy perdería una guerra contra Estados Unidos”, agregó Saez, quien piensa que China superará a Estados Unidos como superpotencia militar en los próximos 20 años.
Alexander Neill, investigador de Asia del Instituto de Servicios Unidos Reales (ISUR), un centro de estudios londinense, afirma: “Cuando pueda desafiar a Estados Unidos (militarmente), será el día en que se convierta en una superpotencia mundial… un poder militar de alcance global con la capacidad de desplegarse en todo el mundo para defender sus intereses”.
Los líderes militares de mayor rango de China negaron que su país esté buscando convertirse en una superpotencia militar; a principios de mayo, el general Chen Bingde dijo que las fuerzas armadas estadounidenses aún son mucho más avanzadas que las chinas. Afirmó que China no tiene ninguna intención de igualar al poderío militar de Estados Unidos.
El ministro de Defensa chino, el General Liang Guanglie, afirmó en junio: “Para juzgar si un país es una amenaza para la paz mundial, la clave es no ver qué tan fuerte es su economía o ejército, sino la política que pretende”.
Sin embargo, muchos expertos no toman estas declaraciones al pie de la letra, remitiéndose a creciente presupuesto para la defensa, así como avanzados proyectos militares.
Oficialmente, China gastó cerca de 80,000 millones de dólares para su defensa en el 2010 –aunque de manera no oficial hay quienes consideran que la cifra fue mucho mayor. El Departamento de Defensa estadounidense estima que el gasto de China para fines militares está cerca de 150,000 millones de dólares y creciendo. Estados Unidos gastó 729,000 millones de dólares en su defensa en el 2010.
La cabeza del Estado Mayor del Ejército de Liberación del Pueblo confirmó que el primer portaaviones de China está en construcción, según informó el Commercial Daily de Hong Kong.
El portaaviones mide 300 metros de largo y fotografías satelitales recientes tomadas por Google Earth muestram que se encuentra en el puerto de Dalian al noreste de China.
Y en diciembre del año pasado, las imágenes y videos del más reciente avión de combate de China, apodado J-20, aparecieron en la web.
Analistas creen que el J-20 contará con la capacidad de evadir radares como el de los aviones de combate de quinta generación que fabrican los Estados Unidos, como el F-22 y el F-35.
Se espera que el jet esté en condiciones de operar para el 2017, aunque los analistas consideran que China tiene el potencial para desplegarlo antes con un motor menos poderoso que el que está actualmente en desarrollo.
Sin embargo, el potencial militar no es el único componente –ni necesariamente el más importante– para alcanzar un estatus de superpotencia.
Joseph S. Nye, profesor de Harvard, escribió recientemente en CNN: “En el siglo XXI, el poderío militar no tendrá la misma utilidad que tuvo en los siglos XIX y XX, pero seguirá siendo un componente de poder crucial en la política mundial”.
Aunque esté emergiendo como una potencia militar, China ya es una superpotencia económica, según expertos como Saez.
De acuerdo con al menos una estimación, la economía China superará a la de Estados Unidos para el 2021. Yao Yang, director del Centro Chino para la Reforma Económica de la Universidad de Peking, comentó recientemente a CNN: “Asumiendo que las economías de China y Estados Unidos crezcan respectivamente en un 8 y 3% en términos reales, que la inflación de China sea de un 3.6% y la de Estados Unidos de un 2% (los promedios de la última década) y que el renminbi se aprecie con relación al dólar en un 3% anual (el promedio de los últimos seis años), China se convertirá en la economía más grande del mundo para el 2021. En ese entonces, el PIB de ambos países será de alrededor de 24 trillones de dólares.