Andinos sudamericanos celebran el mes de la Pachamama
La Paz, Abi
Con fuerte acento en Bolivia, los sudamericanos andinos celebran, desde este lunes y durante todo agosto el mes de la Madre Tierra o Pachamama, con una serie de ofrendas ancestrales en el preámbulo del mes de la siembra.
Esta tradición se celebra también en el norte de Argentina, el sur de Perú, el norte de Chile y en las partes altas del occidente de Ecuador.
Con más convicción que en el pasado reciente, por el cambio climático, que ha trastornado los tiempos seculares de siembra o cosecha, que conlleva nieve en invierno y seguías en la primavera, que ha tornado ventoso al otoño de bancos de nubes que atenúan la luz del sol y que desata diluvios en cualquier tiempo del año y en consecuencia incertidumbres en las tradiciones agrarias de antiguo, los andinos tributaban este lunes reverencias a la Pachamama.
Las abluciones se desencadenaron en la transición del domingo al lunes.
Se encendieron fogatas y pusieron la consabidas mesas de Ch'alla.
Agosto es el mes en que la Pachamama se encuentra ávida y los andinos siempre, desde tiempos inmemoriales, le han rendido tributo.
Gracias al martilleo del Gobierno boliviano en foros y convenciones multilaterales, Pachamama forma ya para de codificación del mundo de las relacione internacionales.
En La Paz, la ciudad más andina y cosmopolita de Bolivia, desde el punto de vista cultural, las ofrendas a la Pachamama comenzaron a verificarse a primera hora del lunes.
La parafernalia de este rito ancestral es amplia y diversa.
En el plato de las ofrendas podrían figurar desde fetos de camélido hasta, mixtura, dulces inciensos hasta calcas de dólares y euros y bienes inmuebles impresos en pastas.
Se trata de una serie de bienaventuranzas y deseos propios y ajenos que se entremezclan en la ofrenda a la Pachamama que se sentará a una mesa de fuego.
También de una creencia invariable, parte sustantiva de las formas culturales de indígenas y mestizos de los Andes de Bolivia, en particular, y de Sudamérica en general.
Morales se ha convertido en un férreo defensor de los derechos de la Madre Tierra.
En un discurso en Copenhague, en diciembre de 2009, se puso al frente de la cruzada.
"Nosotros somos los llamados a encabezar esta lucha en la defensa de la Madre Tierra y hacer respetar los derechos de la Madre Tierra", arengó durante un encuentro con representantes de pueblos y comunidades indígenas del planeta presentes en ese foro internacional, en que líderes del mundo debatieron las causas y consecuencias del cambio climático.
El rito que se multiplica exponencialmente durante agosto, mes en que se abona o fertiliza la tierra para la cosecha, implica también a los 'achachilas', espíritus protectores de los aymaras, deidades que moran los hielos sempiternos de la cordillera de los Andes.
Y a contrapelo de la política de defensa de la Madre Tierra, lo mismo, desata las quemas o chaqueos.
Con fuerte acento en Bolivia, los sudamericanos andinos celebran, desde este lunes y durante todo agosto el mes de la Madre Tierra o Pachamama, con una serie de ofrendas ancestrales en el preámbulo del mes de la siembra.
Esta tradición se celebra también en el norte de Argentina, el sur de Perú, el norte de Chile y en las partes altas del occidente de Ecuador.
Con más convicción que en el pasado reciente, por el cambio climático, que ha trastornado los tiempos seculares de siembra o cosecha, que conlleva nieve en invierno y seguías en la primavera, que ha tornado ventoso al otoño de bancos de nubes que atenúan la luz del sol y que desata diluvios en cualquier tiempo del año y en consecuencia incertidumbres en las tradiciones agrarias de antiguo, los andinos tributaban este lunes reverencias a la Pachamama.
Las abluciones se desencadenaron en la transición del domingo al lunes.
Se encendieron fogatas y pusieron la consabidas mesas de Ch'alla.
Agosto es el mes en que la Pachamama se encuentra ávida y los andinos siempre, desde tiempos inmemoriales, le han rendido tributo.
Gracias al martilleo del Gobierno boliviano en foros y convenciones multilaterales, Pachamama forma ya para de codificación del mundo de las relacione internacionales.
En La Paz, la ciudad más andina y cosmopolita de Bolivia, desde el punto de vista cultural, las ofrendas a la Pachamama comenzaron a verificarse a primera hora del lunes.
La parafernalia de este rito ancestral es amplia y diversa.
En el plato de las ofrendas podrían figurar desde fetos de camélido hasta, mixtura, dulces inciensos hasta calcas de dólares y euros y bienes inmuebles impresos en pastas.
Se trata de una serie de bienaventuranzas y deseos propios y ajenos que se entremezclan en la ofrenda a la Pachamama que se sentará a una mesa de fuego.
También de una creencia invariable, parte sustantiva de las formas culturales de indígenas y mestizos de los Andes de Bolivia, en particular, y de Sudamérica en general.
Morales se ha convertido en un férreo defensor de los derechos de la Madre Tierra.
En un discurso en Copenhague, en diciembre de 2009, se puso al frente de la cruzada.
"Nosotros somos los llamados a encabezar esta lucha en la defensa de la Madre Tierra y hacer respetar los derechos de la Madre Tierra", arengó durante un encuentro con representantes de pueblos y comunidades indígenas del planeta presentes en ese foro internacional, en que líderes del mundo debatieron las causas y consecuencias del cambio climático.
El rito que se multiplica exponencialmente durante agosto, mes en que se abona o fertiliza la tierra para la cosecha, implica también a los 'achachilas', espíritus protectores de los aymaras, deidades que moran los hielos sempiternos de la cordillera de los Andes.
Y a contrapelo de la política de defensa de la Madre Tierra, lo mismo, desata las quemas o chaqueos.