América Latina se siente fuerte pero no inmune ante la crisis en EE.UU. y Europa
Bogotá, EFE
Varios gobiernos latinoamericanos afirmaron hoy que la solidez económica de sus países es una baza ante el agravamiento de la crisis en EE.UU. y Europa, pero también reconocieron que nadie está totalmente a salvo en el mundo global.
"Somos conscientes que no somos inmunes, que no vivimos en una isla, pero sabemos que Brasil tiene fuerza suficiente (...)", dijo la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en este "lunes negro" de las bolsas, incluidas las latinoamericanas, como reacción a la reducción de la nota de la deuda soberana de EE.UU. por parte de la agencia Standard & Poor's.
La mandataria de la primera economía latinoamericana coincidió con Ernesto Cordero, secretario de Hacienda de México, la segunda, en criticar la decisión anunciada por S&P el pasado viernes de quitar la calificación AAA (máxima solvencia) a EE.UU.
"Queremos dejar claro que no compartimos la evaluación precipitada y un tanto cuanto rápida, yo diría no correcta, de la agencia que disminuyó el grado de valorización del crédito de Estados Unidos", afirmó Rousseff junto al primer ministro de Canadá, Stephen Harper, que hoy inició una visita a Brasil.
El mexicano Cordero, por su parte, afirmó hoy que la degradación de la nota de la deuda de EE.UU. revela "un problema muy serio de Estados Unidos" pero también "una debilidad técnica de muchas de las calificadoras" de riesgo.
"El que se hayan equivocado de esa manera (en S&P) a la hora de proyectar el futuro de éxito de EE.UU. es algo bastante serio", argumentó.
Tanto Cordero como Rousseff subrayaron que si bien la crisis mundial es grave, sus países están preparados para resistir.
Rousseff aseguró que Brasil está en mejores condiciones, incluso, que en 2008 para hacer frente a la crisis.
"Hoy, con cerca de 350.000 millones de dólares en reservas internacionales, tenemos casi un 60 por ciento más de reservas que en esa ocasión, y el Banco Central, gracias al aumento del encaje bancario en los últimos años, tiene casi el doble de reservas (nacionales), casi 420.000 millones de dólares, para enfrentar la crisis", dijo.
Cordero admitió que México experimentará esta semana una "gran volatilidad", similar a la registrada en los mercados mundiales en días pasados, como consecuencia de la situación económica de EE.UU. y Europa, pero señaló que el país cuenta con indicadores macroeconómicos "bastante robustos".
"Podemos aguantar, evidentemente puede fluctuar negativamente el mercado de capitales, y nuestro tipo de cambio va a seguir en un periodo de volatilidad", pero "no va a pasar de ahí en términos coyunturales y de corto plazo", auguró.
Precisamente el Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló hoy que la economía de México se ha recuperado con rapidez de las secuelas de la crisis mundial y, según su previsión, este año crecerá un 4,5 %, un poco más de lo que prevé el Gobierno mexicano (4,3%).
También el ministro colombiano de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, destacó hoy que la economía de su país "está muy sólida" y va a lograr "pasar esas aguas turbulentas".
Según Echeverry, Colombia cuenta con varios "colchones" para hacer frente a una turbulencia mundial de uno o dos años, como los 16 billones de pesos (más de 8.925,18 millones de dólares) que el Ministerio de Hacienda tiene depositados en el Banco de la República, además de un bono de 2.000 millones de dólares, que no ha sido tocado y está para pagar deudas.
También dispone de 6.000 millones de dólares solicitados al Fondo Monetario Internacional para una contingencia y de 32.000 millones de dólares en reservas internacionales.
El presidente de Uruguay, José Mujica, destacó que Uruguay se encuentra "cubierto en las necesidades financieras del Estado por lo menos hasta 2013" y si aun así es necesario recortar gastos por la crisis, su gobierno lo hará "con el criterio de una buena ama de casa".
Mientras que Uruguay y América Latina en general están bien económicamente, la realidad en el mundo desarrollado es "bastante decepcionante" y su recuperación "será muy lenta y llena de incertidumbres", subrayó.
Pero el mundo, "nos guste o no, es cada vez más interdependiente y globalizado", dijo Mujica, quien también denunció que "la economía estará globalizada, pero los dirigentes están a leguas de estar globalizados".
En el mismo sentido se pronunció la ministra brasileña de la Presidencia, Gleisi Hoffmann, que acusó a los líderes mundiales de no "estar a la altura" de una situación económica como la actual y haber "arrojado al mundo las consecuencias de su incapacidad".
La presidenta Rousseff afirmó que "quien paga la cuenta" de unas "políticas monetarias unilaterales, insensatez política en la conducción de la economía y ajustes fiscales no completados" es "el conjunto de la humanidad, especialmente los países que supieron combinar alternativas de crecimiento económico y distribución social".
Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, instó hoy a los sindicatos y clases medias de los países más desarrollados "a impedir que los costos de la crisis financiera provocada por los capitalistas recaigan en el esfuerzo y en los derechos sociales de los trabajadores".
Morales consideró que "lo más probable" será que los gobiernos de los países desarrollados "prefieran descargar el costo de la crisis en las espaldas de los trabajadores y en las economías de los países en desarrollo".
Varios gobiernos latinoamericanos afirmaron hoy que la solidez económica de sus países es una baza ante el agravamiento de la crisis en EE.UU. y Europa, pero también reconocieron que nadie está totalmente a salvo en el mundo global.
"Somos conscientes que no somos inmunes, que no vivimos en una isla, pero sabemos que Brasil tiene fuerza suficiente (...)", dijo la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en este "lunes negro" de las bolsas, incluidas las latinoamericanas, como reacción a la reducción de la nota de la deuda soberana de EE.UU. por parte de la agencia Standard & Poor's.
La mandataria de la primera economía latinoamericana coincidió con Ernesto Cordero, secretario de Hacienda de México, la segunda, en criticar la decisión anunciada por S&P el pasado viernes de quitar la calificación AAA (máxima solvencia) a EE.UU.
"Queremos dejar claro que no compartimos la evaluación precipitada y un tanto cuanto rápida, yo diría no correcta, de la agencia que disminuyó el grado de valorización del crédito de Estados Unidos", afirmó Rousseff junto al primer ministro de Canadá, Stephen Harper, que hoy inició una visita a Brasil.
El mexicano Cordero, por su parte, afirmó hoy que la degradación de la nota de la deuda de EE.UU. revela "un problema muy serio de Estados Unidos" pero también "una debilidad técnica de muchas de las calificadoras" de riesgo.
"El que se hayan equivocado de esa manera (en S&P) a la hora de proyectar el futuro de éxito de EE.UU. es algo bastante serio", argumentó.
Tanto Cordero como Rousseff subrayaron que si bien la crisis mundial es grave, sus países están preparados para resistir.
Rousseff aseguró que Brasil está en mejores condiciones, incluso, que en 2008 para hacer frente a la crisis.
"Hoy, con cerca de 350.000 millones de dólares en reservas internacionales, tenemos casi un 60 por ciento más de reservas que en esa ocasión, y el Banco Central, gracias al aumento del encaje bancario en los últimos años, tiene casi el doble de reservas (nacionales), casi 420.000 millones de dólares, para enfrentar la crisis", dijo.
Cordero admitió que México experimentará esta semana una "gran volatilidad", similar a la registrada en los mercados mundiales en días pasados, como consecuencia de la situación económica de EE.UU. y Europa, pero señaló que el país cuenta con indicadores macroeconómicos "bastante robustos".
"Podemos aguantar, evidentemente puede fluctuar negativamente el mercado de capitales, y nuestro tipo de cambio va a seguir en un periodo de volatilidad", pero "no va a pasar de ahí en términos coyunturales y de corto plazo", auguró.
Precisamente el Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló hoy que la economía de México se ha recuperado con rapidez de las secuelas de la crisis mundial y, según su previsión, este año crecerá un 4,5 %, un poco más de lo que prevé el Gobierno mexicano (4,3%).
También el ministro colombiano de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, destacó hoy que la economía de su país "está muy sólida" y va a lograr "pasar esas aguas turbulentas".
Según Echeverry, Colombia cuenta con varios "colchones" para hacer frente a una turbulencia mundial de uno o dos años, como los 16 billones de pesos (más de 8.925,18 millones de dólares) que el Ministerio de Hacienda tiene depositados en el Banco de la República, además de un bono de 2.000 millones de dólares, que no ha sido tocado y está para pagar deudas.
También dispone de 6.000 millones de dólares solicitados al Fondo Monetario Internacional para una contingencia y de 32.000 millones de dólares en reservas internacionales.
El presidente de Uruguay, José Mujica, destacó que Uruguay se encuentra "cubierto en las necesidades financieras del Estado por lo menos hasta 2013" y si aun así es necesario recortar gastos por la crisis, su gobierno lo hará "con el criterio de una buena ama de casa".
Mientras que Uruguay y América Latina en general están bien económicamente, la realidad en el mundo desarrollado es "bastante decepcionante" y su recuperación "será muy lenta y llena de incertidumbres", subrayó.
Pero el mundo, "nos guste o no, es cada vez más interdependiente y globalizado", dijo Mujica, quien también denunció que "la economía estará globalizada, pero los dirigentes están a leguas de estar globalizados".
En el mismo sentido se pronunció la ministra brasileña de la Presidencia, Gleisi Hoffmann, que acusó a los líderes mundiales de no "estar a la altura" de una situación económica como la actual y haber "arrojado al mundo las consecuencias de su incapacidad".
La presidenta Rousseff afirmó que "quien paga la cuenta" de unas "políticas monetarias unilaterales, insensatez política en la conducción de la economía y ajustes fiscales no completados" es "el conjunto de la humanidad, especialmente los países que supieron combinar alternativas de crecimiento económico y distribución social".
Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, instó hoy a los sindicatos y clases medias de los países más desarrollados "a impedir que los costos de la crisis financiera provocada por los capitalistas recaigan en el esfuerzo y en los derechos sociales de los trabajadores".
Morales consideró que "lo más probable" será que los gobiernos de los países desarrollados "prefieran descargar el costo de la crisis en las espaldas de los trabajadores y en las economías de los países en desarrollo".