¿Y dónde está Forlán?
Fue elegido el mejor de Sudáfrica 2010. Pero esa conquista no le sirvió de impulso: su 2011 es muy flojo. Perdió espacio y protagonismo en el Atlético de Madrid. Y últimamente fue más noticia por su vida privada que por su fútbol.
Buenos Aires, Clarín
Hace un año, los diarios y las revistas del mundo lo mostraban del mismo modo: con una sonrisa ancha, la boca llena de gol, abrazado a sus compañeros, vestido de celeste, feliz, con los brazos en alto. Parecía el dueño del mundo. Los elogios se multiplicaban en casi todos los rincones de cada continente. En Sudáfrica, había jugado para el aplauso de todos y había convertido goles para el asombro de uruguayos, de admiradores, de rivales. La FIFA acababa de consagrarlo para siempre: lo había elegido como el mejor futbolista de la Copa del Mundo 2010.
No sólo con la camiseta de Uruguay se destacó. Había conseguido algo grande: poner a su club, el Atlético de Madrid, de regreso en la gran escena del fútbol internacional. Lo llevó a ganar la Europa League, con goles decisivos y actuaciones destacadas. El impulso del Mundial mágico le ofreció otra alegría inmediata con el Aleti: la Supercopa de Europa, en el encuentro decisivo ante Inter. Con un detalle valioso añadido: el club de Madrid fue el único verdugo que tuvo el gigante de Milán en su memorable 2010 (en el que sumó cinco de los seis títulos posibles).
Pero de pronto el idilio entre Forlán y la pelota se empezó a deshacer. Aquellas jugadas sin olvido bajo el cielo africano comenzaron a desaparecer en la Liga de España y en las competiciones europeas. Este montevideano de 32 años perdió espacio y protagonismo en su equipo. Aunque inició la campaña como figura, al cabo de la temporada fue titular sólo en 23 de los 38 partidos de su equipo, que finalizó séptimo, a 38 puntos del campeón Barcelona. Y marcó apenas ocho tantos en 32 encuentros disputados (12 menos que Sergio Agüero, el máximo anotador del equipo). Un ejemplo comparativo de su pérdida de protagonismo: Diego Costa -delantero brasileño, de 22 años, recién arribado del Valladolid- lo superó en cuanto a sus prestaciones, al marcar 6 tantos en apenas 13 encuentros desde el inicio. Otro detalle sintomático: en la segunda rueda apenas marcó un gol (en el 3-1 al Villarreal, por la fecha 27).
De aquellas tapas de los diarios del mundo, que lo mostraban como crack universal, pasó a otras tapas y a otros programas: los que cuentan vidas privadas y chismes de personajes famosos. Señala el blog Fuera de Juego, del diario Marca, de España: "Diego Forlán rompió su compromiso matrimonial con la famosa modelo Zaira Nara (de la que el presidente de Uruguay dijo que estaba "como un camión") meses antes de la boda; ahora parece que vuelve a tener su corazón ocupado". La alusión es para la modelo española Tamara Campillos, de 21 años. En el recorrido posterior a su separación con Zaira Nara se contaron versiones de todo tipo; ninguna corroborada por los propios protagonistas. Sin embargo, en España y también de este lado del Atlántico todavía la cuestión sigue apareciendo en los medios casi como una cuestión cotidiana.
Tampoco con la camiseta celeste pudo escaparle a este nuevo escenario incómodo. Llegó a la Copa América para relanzar su condición de estupendo delantero. Pero tampoco pudo: él no hizo goles y Uruguay aún no ganó. Como si un embrujo se hubiera apoderado de Cachavacha, el crack que todos quieren ver tampoco apareció por Argentina. Por todo eso, la pregunta resulta inevitable: ¿y dónde está Forlán?
Buenos Aires, Clarín
Hace un año, los diarios y las revistas del mundo lo mostraban del mismo modo: con una sonrisa ancha, la boca llena de gol, abrazado a sus compañeros, vestido de celeste, feliz, con los brazos en alto. Parecía el dueño del mundo. Los elogios se multiplicaban en casi todos los rincones de cada continente. En Sudáfrica, había jugado para el aplauso de todos y había convertido goles para el asombro de uruguayos, de admiradores, de rivales. La FIFA acababa de consagrarlo para siempre: lo había elegido como el mejor futbolista de la Copa del Mundo 2010.
No sólo con la camiseta de Uruguay se destacó. Había conseguido algo grande: poner a su club, el Atlético de Madrid, de regreso en la gran escena del fútbol internacional. Lo llevó a ganar la Europa League, con goles decisivos y actuaciones destacadas. El impulso del Mundial mágico le ofreció otra alegría inmediata con el Aleti: la Supercopa de Europa, en el encuentro decisivo ante Inter. Con un detalle valioso añadido: el club de Madrid fue el único verdugo que tuvo el gigante de Milán en su memorable 2010 (en el que sumó cinco de los seis títulos posibles).
Pero de pronto el idilio entre Forlán y la pelota se empezó a deshacer. Aquellas jugadas sin olvido bajo el cielo africano comenzaron a desaparecer en la Liga de España y en las competiciones europeas. Este montevideano de 32 años perdió espacio y protagonismo en su equipo. Aunque inició la campaña como figura, al cabo de la temporada fue titular sólo en 23 de los 38 partidos de su equipo, que finalizó séptimo, a 38 puntos del campeón Barcelona. Y marcó apenas ocho tantos en 32 encuentros disputados (12 menos que Sergio Agüero, el máximo anotador del equipo). Un ejemplo comparativo de su pérdida de protagonismo: Diego Costa -delantero brasileño, de 22 años, recién arribado del Valladolid- lo superó en cuanto a sus prestaciones, al marcar 6 tantos en apenas 13 encuentros desde el inicio. Otro detalle sintomático: en la segunda rueda apenas marcó un gol (en el 3-1 al Villarreal, por la fecha 27).
De aquellas tapas de los diarios del mundo, que lo mostraban como crack universal, pasó a otras tapas y a otros programas: los que cuentan vidas privadas y chismes de personajes famosos. Señala el blog Fuera de Juego, del diario Marca, de España: "Diego Forlán rompió su compromiso matrimonial con la famosa modelo Zaira Nara (de la que el presidente de Uruguay dijo que estaba "como un camión") meses antes de la boda; ahora parece que vuelve a tener su corazón ocupado". La alusión es para la modelo española Tamara Campillos, de 21 años. En el recorrido posterior a su separación con Zaira Nara se contaron versiones de todo tipo; ninguna corroborada por los propios protagonistas. Sin embargo, en España y también de este lado del Atlántico todavía la cuestión sigue apareciendo en los medios casi como una cuestión cotidiana.
Tampoco con la camiseta celeste pudo escaparle a este nuevo escenario incómodo. Llegó a la Copa América para relanzar su condición de estupendo delantero. Pero tampoco pudo: él no hizo goles y Uruguay aún no ganó. Como si un embrujo se hubiera apoderado de Cachavacha, el crack que todos quieren ver tampoco apareció por Argentina. Por todo eso, la pregunta resulta inevitable: ¿y dónde está Forlán?