¿Y ahora?
Tras la eliminación de la Copa América, a la selección argentina le quedan muchos interrogantes y pocas certezas.
Santa Fe, Clarin
Ya lo dejó bien en claro Sergio Batista en su conferencia de prensa del viernes: una derrota ante Uruguay no condicionaba su continuidad. Es un certeza enorme: el Checho Batista continuará en su cargo hasta el final de las Eliminatorias. Ese contrato que quedó definido hace dos meses y que se firmó hace tres semanas se respetará al pie de la letra. No hay ninguna chance de quebrarlo. Habrá que superar el luto por esta eliminación precoz de la Copa América y empezar a buscar soluciones para el futuro. En octubre arrancarán las Eliminatorias con debut ante Chile, como local, y la siguiente visita a Venezuela. Ahí llegará la prueba de fuego auténtica.
Y así como el DT seguirá firme en su puesto, también está asegurada la presencia de Lionel Messi como líder futbolístico de la Selección, más allá de algunos rumores surgidos antes del partido con Costa Rica. Messi ratificó en esta Copa América su enorme calidad futbolística. Sin embargo quedó en claro que la Selección todavía no encontró los socios ideales para Messi. Ese será uno de los aspectos que tendrá que solucionar Batista. Porque el futbolista que brilla en el Barcelona necesita un conductor que lo acompañe, él es un excelente definidor de jugadas y necesita al lado compañeros que le apuntalen su juego y le brinden libertad y diálogo futbolístico. Messi no está para cargar con el rol de conductor. Aunque se la bancó sólo en todos estos partidos.
No sólo a ese ítem deberá abocarse Batista. Tendrá que buscar soluciones en otros sectores de la cancha. Por ejemplo en la zona defensiva. Lo sabe el Checho, y lo habló con Carlos Bilardo y también con Julio Grondona. Reconocen que la defensa otorgó demasiadas ventajas en esta Copa América, algunas de ellas hasta inadmisibles en futbolistas con experiencia y recorrido en el fútbol europeo. Es otra de las alarmas que suenan.
Carlos Tévez es otro caso con nombre y apellido. El jugador del pueblo no fue el mismo que semana a semana se muestra picante e incisivo en el Manchester City. Se lo notó incómodo en esta Selección. El propio Apache se encargó de manifestar su disconformidad por jugar como puntero izquierdo y aclarando que su posición es en el centro del ataque. Sin caerle encima por el penal errado -una circunstancia- lo cierto es que aportó muy poco en esta Copa. Será cuestión de encontrarle una posición donde pueda serle útil al equipo y así responder a la exigencia popular por su citación.
El sistema táctico será un punto que Batista deberá analizar detenidamente. Esta Copa América le habrá servido para sacar conclusiones y tomar las medidas correspondientes.
Quedó en evidencia que el triple cinco (Mascherano-Banega-Cambiasso) con que arrancó el certamen no funcionó. La idea de lograr la tenencia de pelota sonaba tentadora, sin embargo en la práctica no resultó. Por eso fue necesario variar a mitad de camino. Y hubo una mejoría cuando se varió el dibujo y en consecuencia los nombres. Mejoró el funcionamiento con el 4-2-3-1. Y además Messi se acopló mejor cuando se recostó sobre el sector derecho del ataque para hacer valer toda su calidad técnica. Pero el equipo no respondió como tal, sino que tuvo sus momentos de mayor intensidad gracias a individualidades desequilibrantes.
Llega el momento para Batista de parar la pelota. Y armar juego.
Santa Fe, Clarin
Ya lo dejó bien en claro Sergio Batista en su conferencia de prensa del viernes: una derrota ante Uruguay no condicionaba su continuidad. Es un certeza enorme: el Checho Batista continuará en su cargo hasta el final de las Eliminatorias. Ese contrato que quedó definido hace dos meses y que se firmó hace tres semanas se respetará al pie de la letra. No hay ninguna chance de quebrarlo. Habrá que superar el luto por esta eliminación precoz de la Copa América y empezar a buscar soluciones para el futuro. En octubre arrancarán las Eliminatorias con debut ante Chile, como local, y la siguiente visita a Venezuela. Ahí llegará la prueba de fuego auténtica.
Y así como el DT seguirá firme en su puesto, también está asegurada la presencia de Lionel Messi como líder futbolístico de la Selección, más allá de algunos rumores surgidos antes del partido con Costa Rica. Messi ratificó en esta Copa América su enorme calidad futbolística. Sin embargo quedó en claro que la Selección todavía no encontró los socios ideales para Messi. Ese será uno de los aspectos que tendrá que solucionar Batista. Porque el futbolista que brilla en el Barcelona necesita un conductor que lo acompañe, él es un excelente definidor de jugadas y necesita al lado compañeros que le apuntalen su juego y le brinden libertad y diálogo futbolístico. Messi no está para cargar con el rol de conductor. Aunque se la bancó sólo en todos estos partidos.
No sólo a ese ítem deberá abocarse Batista. Tendrá que buscar soluciones en otros sectores de la cancha. Por ejemplo en la zona defensiva. Lo sabe el Checho, y lo habló con Carlos Bilardo y también con Julio Grondona. Reconocen que la defensa otorgó demasiadas ventajas en esta Copa América, algunas de ellas hasta inadmisibles en futbolistas con experiencia y recorrido en el fútbol europeo. Es otra de las alarmas que suenan.
Carlos Tévez es otro caso con nombre y apellido. El jugador del pueblo no fue el mismo que semana a semana se muestra picante e incisivo en el Manchester City. Se lo notó incómodo en esta Selección. El propio Apache se encargó de manifestar su disconformidad por jugar como puntero izquierdo y aclarando que su posición es en el centro del ataque. Sin caerle encima por el penal errado -una circunstancia- lo cierto es que aportó muy poco en esta Copa. Será cuestión de encontrarle una posición donde pueda serle útil al equipo y así responder a la exigencia popular por su citación.
El sistema táctico será un punto que Batista deberá analizar detenidamente. Esta Copa América le habrá servido para sacar conclusiones y tomar las medidas correspondientes.
Quedó en evidencia que el triple cinco (Mascherano-Banega-Cambiasso) con que arrancó el certamen no funcionó. La idea de lograr la tenencia de pelota sonaba tentadora, sin embargo en la práctica no resultó. Por eso fue necesario variar a mitad de camino. Y hubo una mejoría cuando se varió el dibujo y en consecuencia los nombres. Mejoró el funcionamiento con el 4-2-3-1. Y además Messi se acopló mejor cuando se recostó sobre el sector derecho del ataque para hacer valer toda su calidad técnica. Pero el equipo no respondió como tal, sino que tuvo sus momentos de mayor intensidad gracias a individualidades desequilibrantes.
Llega el momento para Batista de parar la pelota. Y armar juego.