Príncipe Guillermo y Catalina son recibidos por manifestantes
Montreal, Agencias
El príncipe Guillermo y su esposa Catalina se encontraron el sábado con un pequeño grupo de manifestantes en la provincia francófona de Quebec, cuando la pareja real visitó un hospital infantil como parte de una gira de nueve días por Canadá, su primer viaje oficial al extranjero desde que contrajeron nupcias.
Unos 35 manifestantes, incluyendo miembros del grupo separatista Reseau de Resistance du Quebecois, o Red Quebequense de Resistencia, estaban afuera del hospital universitario de Sainte-Justine en Montreal y coreaban "un pueblo unido jamás será vencido".
Llevaban pancartas que decían "parásitos vuelvan a casa", "criminales de guerra", y "su fortuna proviene de la sangre de nuestros ancestros".
"Es un símbolo de la dominación inglesa sobre Quebec", dijo el abogado Antoine Pich, de 30 años de edad, sobre la visita de la pareja.
Vestidos con capas negras, los manifestantes tocaban tambores y abucheaban cuando la caravana de la pareja real se detuvo en el hospital. William fue escoltado al centro médico mientras Catalina salió del coche y sonrió a la multitud antes de entrar.
Las manifestaciones fueron un inusual momento de crítica dirigida a los jóvenes miembros de la realeza, que en términos generales han sido recibidos con los brazos abiertos por canadienses deseosos de echar un vistazo a los glamorosos recién casados.
Los manifestantes fueron superados en número por 10 a uno por partidarios de Guillermo y Catalina reunidos frente al hospital.
"Dame una buena razón por la que se deba odiar a alguien. Ellos son buenas personas", dijo Elyane Lafontaine, de 51 años.
El sábado fue día más tranquilo y menos frenético de la pareja desde el inicio de su gira el jueves. El viaje comenzó con dos días de multitudes entusiastas y mares de admiradores que clamaban por echar un vistazo de la realeza durante la estancia de la pareja en Ottawa, la capital angloparlante del país.
Los recién casados estaban allí para visitar a los enfermos de cáncer y las instalaciones de atención neonatal del hospital. El del hospital universitario de Sainte-Justine es el mayor centro materno-infantil en Canadá.
Los manifestantes estaban enojados porque Canadá todavía tiene lazos con la monarquía. La reina Isabel II sigue siendo la jefe de estado figurativa del país y los nuevos ciudadanos canadienses todavía juran lealtad a la reina durante distintas ceremonias.
Michael Behiels, un profesor de la universidad de Ottawa, dijo que había mucha hostilidad entre los franceses y los ingleses en los años siguientes a la conquista británica de Nueva Francia en 1759 — que es el Quebec de hoy.
La presencia continua de la monarquía en lo más alto del orden constitucional de Canadá es un recordatorio, después de más de 250 años, de que los dos imperios fundadores de esta nación antes se lanzaron a la guerra unos contra otros.
El príncipe Guillermo y su esposa Catalina se encontraron el sábado con un pequeño grupo de manifestantes en la provincia francófona de Quebec, cuando la pareja real visitó un hospital infantil como parte de una gira de nueve días por Canadá, su primer viaje oficial al extranjero desde que contrajeron nupcias.
Unos 35 manifestantes, incluyendo miembros del grupo separatista Reseau de Resistance du Quebecois, o Red Quebequense de Resistencia, estaban afuera del hospital universitario de Sainte-Justine en Montreal y coreaban "un pueblo unido jamás será vencido".
Llevaban pancartas que decían "parásitos vuelvan a casa", "criminales de guerra", y "su fortuna proviene de la sangre de nuestros ancestros".
"Es un símbolo de la dominación inglesa sobre Quebec", dijo el abogado Antoine Pich, de 30 años de edad, sobre la visita de la pareja.
Vestidos con capas negras, los manifestantes tocaban tambores y abucheaban cuando la caravana de la pareja real se detuvo en el hospital. William fue escoltado al centro médico mientras Catalina salió del coche y sonrió a la multitud antes de entrar.
Las manifestaciones fueron un inusual momento de crítica dirigida a los jóvenes miembros de la realeza, que en términos generales han sido recibidos con los brazos abiertos por canadienses deseosos de echar un vistazo a los glamorosos recién casados.
Los manifestantes fueron superados en número por 10 a uno por partidarios de Guillermo y Catalina reunidos frente al hospital.
"Dame una buena razón por la que se deba odiar a alguien. Ellos son buenas personas", dijo Elyane Lafontaine, de 51 años.
El sábado fue día más tranquilo y menos frenético de la pareja desde el inicio de su gira el jueves. El viaje comenzó con dos días de multitudes entusiastas y mares de admiradores que clamaban por echar un vistazo de la realeza durante la estancia de la pareja en Ottawa, la capital angloparlante del país.
Los recién casados estaban allí para visitar a los enfermos de cáncer y las instalaciones de atención neonatal del hospital. El del hospital universitario de Sainte-Justine es el mayor centro materno-infantil en Canadá.
Los manifestantes estaban enojados porque Canadá todavía tiene lazos con la monarquía. La reina Isabel II sigue siendo la jefe de estado figurativa del país y los nuevos ciudadanos canadienses todavía juran lealtad a la reina durante distintas ceremonias.
Michael Behiels, un profesor de la universidad de Ottawa, dijo que había mucha hostilidad entre los franceses y los ingleses en los años siguientes a la conquista británica de Nueva Francia en 1759 — que es el Quebec de hoy.
La presencia continua de la monarquía en lo más alto del orden constitucional de Canadá es un recordatorio, después de más de 250 años, de que los dos imperios fundadores de esta nación antes se lanzaron a la guerra unos contra otros.