Polonia toma las riendas de una Europa en plena tormenta
Varsovia, Agencias
Polonia asumió este viernes las riendas de la Unión Europea durante seis meses que estarán movidos por la interminable crisis de la deuda que amenaza la zona euro, y con ella, todo el proyecto de integración europea.
"Hoy, lo más importante es que Europa recupere la confianza, restablecer un lenguaje común y la fe en la política europea" afirmó el primer ministro polaco, Donald Tusk, en un artículo publicado este viernes por el diario Gazeta Wyborcza.
Aunque aún no es miembro de la Unión monetaria, Polonia tiene la ambición de ser activa y no quedar al margen del debate actualmente en curso sobre el futuro del euro, contrariamente a Hungría, que asumió la pasada presidencia y mantuvo un perfil muy bajo en estos temas.
Los acontecimientos ocurridos en la zona euro no impidieron que Polonia adoptara la moneda común, declaró este viernes Tusk a un grupo de periodistas extranjeros. Pero condicionó la adhesión de su país al euro a un endurecimiento de la disciplina presupuestaria común, para extraer así lecciones de la crisis griega, "uno de los momentos más difíciles" de la historia de la UE. "Hoy, hay menos Estados miembros respetuosos del Pacto de Estabilidad que Estados que lo han violado" se lamentó, y exhortó a resolver la crisis actual con un espíritu de "solidaridad" y de "fuerte liderazgo político" en Europa.
Como presidente de la UE, Polonia tendrá la responsabilidad de dirigir las reuniones de los ministros europeos de Finanzas.
Para Grecia, la salida -al menos, de momento- del túnel parece esbozarse tras la adopción por su Parlamento de un plan de austeridad y de privatizaciones sumamente impopular. Ese plan era exigido por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para seguir prestando dinero al país, al borde de la bancarrota.
Cada seis meses, un nuevo país asume la presidencia rotatoria de los Veintisiete.
Veinte años después de la disolución del Pacto de Varsovia, Polonia será el cuarto país ex comunista que asuma la presidencia semestral de la UE, después de la República Checa, en 2009, y Eslovenia, en 2008, así como de Hungría en el primer semestre de 2011.
Con 38 millones de habitantes, Polonia es el mayor de los países del ex bloque comunista que se unió a la UE en 2004, quince años después de la caída del Muro de Berlín.
En Bruselas, muchos responsables acogen con alivio la llegada a la presidencia de un país dinámico y eurófilo, tras haber pasado la página de los muy euroescépticos hermanos Kaczynski. "Es una buena noticia, en este contexto de pesimismo y de crisis de confianza que atraviesa Europa", asegura un diplomático.
La defensa europea, la integración del mercado unido y la apertura hacia el Este son algunas de las prioridades en esta presidencia de Polonia, un país miembros de la OTAN. Ello ocurre en un momento en el que la intervención militar en Libia suscita diferencias en el seno de la UE.
La ampliación de la UE y su apertura hacia el Este figuran también en el programa de esta presidencia. "En varias capitales europeas, la atmósfera no es especialmente entusiasta para la ampliación de la UE, pero la presidencia polaca tendrá como objetivo el llevar a buen término el tratado de adhesión" de Croacia, afirmó Tusk.
Uno de los acontecimientos más importantes de la presidencia polaca será la cumbre de la Asociación oriental a finales de septiembre. Iniciada por la UE en mayo de 2009 en Praga, la Asociación oriental apunta a reforzar las relaciones económicas y políticas con seis países de la ex Unión Soviética (Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, Armenia, Azerbaiyán, Georgia). Pero Varsovia deberá también cuidar susceptibilidades de Moscú, que no ve con mucha simpatía esta intrusión en su zona de influencia.
Polonia asumió este viernes las riendas de la Unión Europea durante seis meses que estarán movidos por la interminable crisis de la deuda que amenaza la zona euro, y con ella, todo el proyecto de integración europea.
"Hoy, lo más importante es que Europa recupere la confianza, restablecer un lenguaje común y la fe en la política europea" afirmó el primer ministro polaco, Donald Tusk, en un artículo publicado este viernes por el diario Gazeta Wyborcza.
Aunque aún no es miembro de la Unión monetaria, Polonia tiene la ambición de ser activa y no quedar al margen del debate actualmente en curso sobre el futuro del euro, contrariamente a Hungría, que asumió la pasada presidencia y mantuvo un perfil muy bajo en estos temas.
Los acontecimientos ocurridos en la zona euro no impidieron que Polonia adoptara la moneda común, declaró este viernes Tusk a un grupo de periodistas extranjeros. Pero condicionó la adhesión de su país al euro a un endurecimiento de la disciplina presupuestaria común, para extraer así lecciones de la crisis griega, "uno de los momentos más difíciles" de la historia de la UE. "Hoy, hay menos Estados miembros respetuosos del Pacto de Estabilidad que Estados que lo han violado" se lamentó, y exhortó a resolver la crisis actual con un espíritu de "solidaridad" y de "fuerte liderazgo político" en Europa.
Como presidente de la UE, Polonia tendrá la responsabilidad de dirigir las reuniones de los ministros europeos de Finanzas.
Para Grecia, la salida -al menos, de momento- del túnel parece esbozarse tras la adopción por su Parlamento de un plan de austeridad y de privatizaciones sumamente impopular. Ese plan era exigido por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para seguir prestando dinero al país, al borde de la bancarrota.
Cada seis meses, un nuevo país asume la presidencia rotatoria de los Veintisiete.
Veinte años después de la disolución del Pacto de Varsovia, Polonia será el cuarto país ex comunista que asuma la presidencia semestral de la UE, después de la República Checa, en 2009, y Eslovenia, en 2008, así como de Hungría en el primer semestre de 2011.
Con 38 millones de habitantes, Polonia es el mayor de los países del ex bloque comunista que se unió a la UE en 2004, quince años después de la caída del Muro de Berlín.
En Bruselas, muchos responsables acogen con alivio la llegada a la presidencia de un país dinámico y eurófilo, tras haber pasado la página de los muy euroescépticos hermanos Kaczynski. "Es una buena noticia, en este contexto de pesimismo y de crisis de confianza que atraviesa Europa", asegura un diplomático.
La defensa europea, la integración del mercado unido y la apertura hacia el Este son algunas de las prioridades en esta presidencia de Polonia, un país miembros de la OTAN. Ello ocurre en un momento en el que la intervención militar en Libia suscita diferencias en el seno de la UE.
La ampliación de la UE y su apertura hacia el Este figuran también en el programa de esta presidencia. "En varias capitales europeas, la atmósfera no es especialmente entusiasta para la ampliación de la UE, pero la presidencia polaca tendrá como objetivo el llevar a buen término el tratado de adhesión" de Croacia, afirmó Tusk.
Uno de los acontecimientos más importantes de la presidencia polaca será la cumbre de la Asociación oriental a finales de septiembre. Iniciada por la UE en mayo de 2009 en Praga, la Asociación oriental apunta a reforzar las relaciones económicas y políticas con seis países de la ex Unión Soviética (Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, Armenia, Azerbaiyán, Georgia). Pero Varsovia deberá también cuidar susceptibilidades de Moscú, que no ve con mucha simpatía esta intrusión en su zona de influencia.