Nivelación gradual de precios: “gasolinazo concertado”
Wilfredo Ramírez Terceros
La opinión pública ha sido informada por la prensa nacional de que el Gobierno estaría buscando consenso con organizaciones sociales, gremiales, sindicales y otros, para persuadir a la ciudadanía, particularmente a las mayorías nacionales, para dictar medidas depauperantes como un “gasolinazo concertado”, que consistiría en la anulación gradual de las subvenciones a los carburantes importados con precios internacionales (diesel, gasolinas, GLP).
Pero de llevarse a cabo provocaría ipso facto conflictos sociales de imprevisibles consecuencias, porque daría lugar a la elevación del costo de la canasta familiar, con su efecto multiplicador que podría ser igual o peor a los efectos del lacerante e impopular Decreto Supremo 748, considerado por sus propugnadores “irreversible”, emitido el 26-12-2010 y abrogado el 31-12-2010.
Ese decreto tuvo desenlace desafortunado, al extremo de haber convulsionado los ánimos de la ciudadanía, provocando reacciones virulentas y expresiones como: “se deroga el Decreto Supremo 748 o se van”. El desacertado “gasolinazo” dictado sin previa discusión ni consenso colectivo, nos induce a expresar que la decantada frase del presidente Evo Morales: “gobernaré obedeciendo al pueblo”, quedó fuera del contexto político, por obsoleta y engañosa.
Ante la extrema pobreza que vive el pueblo boliviano, el Gobierno debe reflexionar y tomar en cuenta que todo aumento de precios, de la magnitud que fuere, lidera los disturbios, las manifestaciones callejeras y la inestabilidad económica, política y social del país, que puede derribar cualquier sistema de gobierno, sea de izquierda o derecha, ¡cuidado!
Dualidad en el comportamiento
Es incongruente la actitud del Gobierno, pues por una parte trata de suprimir las subvenciones millonarias por importación de carburantes con precio internacional, por considerarlas “insostenibles” para el Tesoro General de la Nación, pero por otra parte autoriza la internación de más de 120 mil vehículos chatarra, inservibles para otros países y vehículos robados internados a Bolivia vía contrabando, con argumentos baladíes y argucias inconsistentes. Estos vehículos “chutos”, contaminadores del medio ambiente, también consumirán carburantes importados que engrosarán las subvenciones millonarias del TGN.
Política energética neoliberal
El Gobierno pese al tiempo transcurrido en el poder (6 años) no ha cumplido con el mandato soberano del pueblo boliviano, de Octubre 2003: la nacionalización de los hidrocarburos y la industrialización del gas natural. Por el contrario, en lugar de cumplir con el mandato ciudadano lo que hizo fue simplemente adecuar los contratos petroleros a las leyes en vigencia y el incremento de tributos a favor del Estado; admitiendo además la continuidad de la política energética neoliberal exportadora de materias primas.
Como si esto fuera poco, paradójicamente, a título, dizque, de nacionalización de los hidrocarburos se ha incrementado ostensiblemente la importación de carburantes con precios internacionales y pronto se importará petróleo para su refinación en el altiplano boliviano, una vez construida la nueva refinería. De esta manera Bolivia dependerá definitivamente de los vaivenes del mercado internacional.
¿Cuál es la alternativa?
Expertos petroleros defensores del patrimonio nacional han manifestado a través de la prensa nacional la factibilidad de la industrialización del gas natural, como la mejor alternativa para suprimir las subvenciones millonarias por importación de carburantes con precio de internación.
Citamos algunas ventajas: mejores condiciones de vida para el pueblo boliviano; miles de fuentes de trabajo; mayores ingresos para el Tesoro General de la Nación; supresión definitiva de subvenciones por importación de carburantes; mayor ingreso de divisas, etc.
Conclusión
1.- La industrialización del gas es la mejor opción para evitar los “gasolinazos”. 2.- Liquidar definitivamente la política energética neoliberal causante del subdesarrollo nacional. 3.- Es inadmisible que a título de nacionalización de los hidrocarburos se incremente la importación de carburantes con precio internacional. 4.- El financiamiento es factible a través de instituciones nacionales e internacionales. 5.- Exigir a las petroleras hacer inversiones en exploración para la explotación de petróleo y no sólo de gas natural.
La opinión pública ha sido informada por la prensa nacional de que el Gobierno estaría buscando consenso con organizaciones sociales, gremiales, sindicales y otros, para persuadir a la ciudadanía, particularmente a las mayorías nacionales, para dictar medidas depauperantes como un “gasolinazo concertado”, que consistiría en la anulación gradual de las subvenciones a los carburantes importados con precios internacionales (diesel, gasolinas, GLP).
Pero de llevarse a cabo provocaría ipso facto conflictos sociales de imprevisibles consecuencias, porque daría lugar a la elevación del costo de la canasta familiar, con su efecto multiplicador que podría ser igual o peor a los efectos del lacerante e impopular Decreto Supremo 748, considerado por sus propugnadores “irreversible”, emitido el 26-12-2010 y abrogado el 31-12-2010.
Ese decreto tuvo desenlace desafortunado, al extremo de haber convulsionado los ánimos de la ciudadanía, provocando reacciones virulentas y expresiones como: “se deroga el Decreto Supremo 748 o se van”. El desacertado “gasolinazo” dictado sin previa discusión ni consenso colectivo, nos induce a expresar que la decantada frase del presidente Evo Morales: “gobernaré obedeciendo al pueblo”, quedó fuera del contexto político, por obsoleta y engañosa.
Ante la extrema pobreza que vive el pueblo boliviano, el Gobierno debe reflexionar y tomar en cuenta que todo aumento de precios, de la magnitud que fuere, lidera los disturbios, las manifestaciones callejeras y la inestabilidad económica, política y social del país, que puede derribar cualquier sistema de gobierno, sea de izquierda o derecha, ¡cuidado!
Dualidad en el comportamiento
Es incongruente la actitud del Gobierno, pues por una parte trata de suprimir las subvenciones millonarias por importación de carburantes con precio internacional, por considerarlas “insostenibles” para el Tesoro General de la Nación, pero por otra parte autoriza la internación de más de 120 mil vehículos chatarra, inservibles para otros países y vehículos robados internados a Bolivia vía contrabando, con argumentos baladíes y argucias inconsistentes. Estos vehículos “chutos”, contaminadores del medio ambiente, también consumirán carburantes importados que engrosarán las subvenciones millonarias del TGN.
Política energética neoliberal
El Gobierno pese al tiempo transcurrido en el poder (6 años) no ha cumplido con el mandato soberano del pueblo boliviano, de Octubre 2003: la nacionalización de los hidrocarburos y la industrialización del gas natural. Por el contrario, en lugar de cumplir con el mandato ciudadano lo que hizo fue simplemente adecuar los contratos petroleros a las leyes en vigencia y el incremento de tributos a favor del Estado; admitiendo además la continuidad de la política energética neoliberal exportadora de materias primas.
Como si esto fuera poco, paradójicamente, a título, dizque, de nacionalización de los hidrocarburos se ha incrementado ostensiblemente la importación de carburantes con precios internacionales y pronto se importará petróleo para su refinación en el altiplano boliviano, una vez construida la nueva refinería. De esta manera Bolivia dependerá definitivamente de los vaivenes del mercado internacional.
¿Cuál es la alternativa?
Expertos petroleros defensores del patrimonio nacional han manifestado a través de la prensa nacional la factibilidad de la industrialización del gas natural, como la mejor alternativa para suprimir las subvenciones millonarias por importación de carburantes con precio de internación.
Citamos algunas ventajas: mejores condiciones de vida para el pueblo boliviano; miles de fuentes de trabajo; mayores ingresos para el Tesoro General de la Nación; supresión definitiva de subvenciones por importación de carburantes; mayor ingreso de divisas, etc.
Conclusión
1.- La industrialización del gas es la mejor opción para evitar los “gasolinazos”. 2.- Liquidar definitivamente la política energética neoliberal causante del subdesarrollo nacional. 3.- Es inadmisible que a título de nacionalización de los hidrocarburos se incremente la importación de carburantes con precio internacional. 4.- El financiamiento es factible a través de instituciones nacionales e internacionales. 5.- Exigir a las petroleras hacer inversiones en exploración para la explotación de petróleo y no sólo de gas natural.