Murdoch se bate en retirada
Dimiten Rebekah Brooks y Les Hinton, directivos de News International y Dow Jones - El editor pedirá perdón en una carta que será publicada en la prensa británica
Londres, El, País
Londres, El, País
Dicen que Rupert Murdoch tiene alma de periodista tabloide, capaz de oler la sangre a kilómetros de distancia. Y ayer demostró que así es: Murdoch olió sangre, la suya propia, y empezó a batirse en retirada. El gran magnate mundial de la información parece haber llegado a la conclusión de que la crisis está empezando a llegar a un peligroso punto de no retorno y de que es momento de salvar el barco. Por eso entregó a primera hora de la mañana de ayer la cabeza de Rebekah Brooks, consejera delegada de News International (la rama de prensa británica del grupo), a la que quiere como una hija y aprecia como en muy pocos sus cualidades.
Más tarde, Murdoch mostró humildad ante la familia de Milly Dowler, la niña de 13 años a la que el News of the World pinchó el teléfono cuando en realidad ya había sido asesinada en 2002. Y su hijo James, presunto heredero del imperio mediático, anunció que hoy empezará la publicación de una serie de anuncios a toda página de News Corporation (la empresa matriz) pidiendo perdón por los errores cometidos. Por si no fuera suficiente, la tremenda jornada para el grupo del magnate acabó con la dimisión de Les Hinton, director ejecutivo de Dow Jones, empresa editora de The Wall Street Journal. Hinton había sido el antecesor de Rebekah Brooks en News International entre 1995 y 2007.
Todas estas reacciones en cadena son una señal de que Rupert Murdoch está al borde del ataque de pánico. Lo que empezó hace dos años como las denuncias en solitario del siempre rebelde y elitista The Guardian entró la semana pasada en una espiral que ha acabado desbordando el mero mercado británico. El FBI anunció ayer la apertura de una investigación para dilucidar si los periodistas de Murdoch habían utilizado en EE UU las mismas técnicas de pinchazos ilegales que en el mercado británico. Si en Reino Unido el desencadenante final de la crisis ha sido la revelación de que hace casi nueve años fue espiada una niña desaparecida, en EE UU el dilema es aún más peligroso para Murdoch: los espiados pudieron ser las víctimas de los atentados del 11-S.
El jueves por la noche, el príncipe saudí Alwalid bin Talal bin Abdulaziz al Saud, el segundo mayor inversor en News Corporation con casi un 7% del capital, dio por sentado que Brooks tenía que dimitir. "Claro que se tiene que ir, le apuesto a que se irá", declaró el príncipe en una entrevista en Newsnight, uno de los informativos diarios más influyentes de la BBC. El príncipe ganó la apuesta: Brooks, la gran protegida de Murdoch, anunció su dimisión a primera hora del viernes.
"La reputación de la compañía que tanto amo así como la libertad de prensa que tan alto valoro, están en peligro", explicó Brooks en su comunicado de dimisión. La ya exejecutiva de News International, directora del News of the World en el momento en el que diario estaba espiando a la joven Milly Dowler, explica que las acusaciones que se han vertido contra ella no le permiten cumplir con sus tareas empresariales. "He presentado mi dimisión a Rupert y James Murdoch. Aunque esta ha sido objeto de discusión, en esta ocasión mi dimisión ha sido aceptada", añade, confirmando así que ya en días pasados había dimitido pero que entonces su renuncia había sido rechazada.
"Que yo no tuviese conocimiento de lo que aparentemente ha ocurrido es irrelevante, y en estas circunstancias creo que tengo que dimitir y pedir disculpas por el daño causado por News of the World", consideró Hinton, por su parte. Una carta en la que también mostró su agradecimiento hacia Murdoch "por una maravillosa vida laboral". "Mi admiración y respecto por usted es infinita. Ha creado un negocio magnífico desde que me incorporé a él hace 52 años y ha sido un honor contribuir a ello", dice en su carta.
Actualmente, Hilton era director ejecutivo de la agencia de información financiera Dow Jones, la mayor empresa del imperio Murdoch en Estados Unidos, propietaria también de The Wall Street Journal. A lo largo de su carrera, ha ocupado varios altos cargos en News Corporation, desde director de la cadena de televisión Fox hasta jefe de la división de periódicos estadounidenses del grupo, que incluye el diario New York Post.
La marcha de Brooks es un golpe tremendo para Murdoch, que el pasado fin de semana había asegurado que su primer objetivo al volar a Londres para afrontar personalmente la crisis era salvarla a ella. Pero eso era pura retórica: su principal objetivo es salvar News Corporation. Ni él ni nadie habían imaginado hace 10 días que esta crisis fuese a crecer como una avalancha de nieve día a día. El gran magnate de origen australiano, que hace solo unas semanas tenía a toda la clase política a sus pies, empieza a temer por el futuro de su imperio. El jueves por la mañana rechazó una invitación de los Comunes para declarar ante la comisión de Cultura pero horas después claudicó ante una convocatoria oficial que probablemente podría no haber atendido porque como ciudadano estadounidense que es no tenía la obligación de presentarse.
Otro símbolo de su nerviosismo es su decisión de ayer de entrevistarse con la familia de Milly Dowler. Murdoch se disculpó ante los Dowler. "No hemos estado a la altura de los estándares fijados por mi padre", declaró el magnate. Sus disculpas parecieron ser apreciadas por la familia. "Estuvo humilde, trastornado y sincero", declaró luego el abogado de los Dowler. "Es algo que expresó a un nivel muy personal. Se disculpó varias veces mientras se llevaba las manos a la cabeza", añadió.
Desde que empezó la crisis, hace menos de dos semanas, News Corporation ha decidido cerrar el News of the World y ha renunciado a la compra del 100% de las acciones de BSkyB, la plataforma de televisión vía satélite de la que ya posee un 39%.
Más tarde, Murdoch mostró humildad ante la familia de Milly Dowler, la niña de 13 años a la que el News of the World pinchó el teléfono cuando en realidad ya había sido asesinada en 2002. Y su hijo James, presunto heredero del imperio mediático, anunció que hoy empezará la publicación de una serie de anuncios a toda página de News Corporation (la empresa matriz) pidiendo perdón por los errores cometidos. Por si no fuera suficiente, la tremenda jornada para el grupo del magnate acabó con la dimisión de Les Hinton, director ejecutivo de Dow Jones, empresa editora de The Wall Street Journal. Hinton había sido el antecesor de Rebekah Brooks en News International entre 1995 y 2007.
Todas estas reacciones en cadena son una señal de que Rupert Murdoch está al borde del ataque de pánico. Lo que empezó hace dos años como las denuncias en solitario del siempre rebelde y elitista The Guardian entró la semana pasada en una espiral que ha acabado desbordando el mero mercado británico. El FBI anunció ayer la apertura de una investigación para dilucidar si los periodistas de Murdoch habían utilizado en EE UU las mismas técnicas de pinchazos ilegales que en el mercado británico. Si en Reino Unido el desencadenante final de la crisis ha sido la revelación de que hace casi nueve años fue espiada una niña desaparecida, en EE UU el dilema es aún más peligroso para Murdoch: los espiados pudieron ser las víctimas de los atentados del 11-S.
El jueves por la noche, el príncipe saudí Alwalid bin Talal bin Abdulaziz al Saud, el segundo mayor inversor en News Corporation con casi un 7% del capital, dio por sentado que Brooks tenía que dimitir. "Claro que se tiene que ir, le apuesto a que se irá", declaró el príncipe en una entrevista en Newsnight, uno de los informativos diarios más influyentes de la BBC. El príncipe ganó la apuesta: Brooks, la gran protegida de Murdoch, anunció su dimisión a primera hora del viernes.
"La reputación de la compañía que tanto amo así como la libertad de prensa que tan alto valoro, están en peligro", explicó Brooks en su comunicado de dimisión. La ya exejecutiva de News International, directora del News of the World en el momento en el que diario estaba espiando a la joven Milly Dowler, explica que las acusaciones que se han vertido contra ella no le permiten cumplir con sus tareas empresariales. "He presentado mi dimisión a Rupert y James Murdoch. Aunque esta ha sido objeto de discusión, en esta ocasión mi dimisión ha sido aceptada", añade, confirmando así que ya en días pasados había dimitido pero que entonces su renuncia había sido rechazada.
"Que yo no tuviese conocimiento de lo que aparentemente ha ocurrido es irrelevante, y en estas circunstancias creo que tengo que dimitir y pedir disculpas por el daño causado por News of the World", consideró Hinton, por su parte. Una carta en la que también mostró su agradecimiento hacia Murdoch "por una maravillosa vida laboral". "Mi admiración y respecto por usted es infinita. Ha creado un negocio magnífico desde que me incorporé a él hace 52 años y ha sido un honor contribuir a ello", dice en su carta.
Actualmente, Hilton era director ejecutivo de la agencia de información financiera Dow Jones, la mayor empresa del imperio Murdoch en Estados Unidos, propietaria también de The Wall Street Journal. A lo largo de su carrera, ha ocupado varios altos cargos en News Corporation, desde director de la cadena de televisión Fox hasta jefe de la división de periódicos estadounidenses del grupo, que incluye el diario New York Post.
La marcha de Brooks es un golpe tremendo para Murdoch, que el pasado fin de semana había asegurado que su primer objetivo al volar a Londres para afrontar personalmente la crisis era salvarla a ella. Pero eso era pura retórica: su principal objetivo es salvar News Corporation. Ni él ni nadie habían imaginado hace 10 días que esta crisis fuese a crecer como una avalancha de nieve día a día. El gran magnate de origen australiano, que hace solo unas semanas tenía a toda la clase política a sus pies, empieza a temer por el futuro de su imperio. El jueves por la mañana rechazó una invitación de los Comunes para declarar ante la comisión de Cultura pero horas después claudicó ante una convocatoria oficial que probablemente podría no haber atendido porque como ciudadano estadounidense que es no tenía la obligación de presentarse.
Otro símbolo de su nerviosismo es su decisión de ayer de entrevistarse con la familia de Milly Dowler. Murdoch se disculpó ante los Dowler. "No hemos estado a la altura de los estándares fijados por mi padre", declaró el magnate. Sus disculpas parecieron ser apreciadas por la familia. "Estuvo humilde, trastornado y sincero", declaró luego el abogado de los Dowler. "Es algo que expresó a un nivel muy personal. Se disculpó varias veces mientras se llevaba las manos a la cabeza", añadió.
Desde que empezó la crisis, hace menos de dos semanas, News Corporation ha decidido cerrar el News of the World y ha renunciado a la compra del 100% de las acciones de BSkyB, la plataforma de televisión vía satélite de la que ya posee un 39%.