Italia intenta calmar a los mercados acelerando su plan de ajuste
Roma, Agencias
El Gobierno y la oposición se mostraron hoy dispuestos a acelerar la aprobación en el Parlamento italiano del plan de ajuste de unos 48.000 millones de euros presentado por el Ejecutivo de Silvio Berlusconi para intentar disipar las dudas de los mercados sobre la solvencia de las finanzas de Italia.
En una nueva jornada convulsa en la Bolsa de Milán, los representantes de los grupos políticos en el Senado acordaron darse de plazo hasta el mediodía del jueves para aprobar el plan de austeridad, a fin de que reciba el visto bueno de la Cámara de los Diputados (Baja) antes de que termine la semana.
Tres de los principales partidos de la oposición comparecieron además para informar de que, por responsabilidad, no presentarán muchas enmiendas al decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado 30 de junio, pero exigieron que el Ejecutivo dimita una vez que el Parlamento apruebe ese plan.
"Nosotros por Italia hacemos nuestra parte, confiamos, pero no creo que Berlusconi sea un elemento de confianza ni para Italia ni para el contexto internacional", dijo el líder del opositor Partido Demócrata (PD), Pierluigi Bersani, desde El Cairo durante su viaje por Oriente Medio.
Por primera vez desde que el nerviosismo se apoderara de la Bolsa de Milán y de los mercados de deuda italiana el pasado viernes, el primer ministro de Italia salió hoy al paso de esa incertidumbre a través de un comunicado para llamar a la unidad y asegurar que los bancos italianos son "sólidos".
"Tenemos a Europa a nuestro lado y podemos contar con innegables puntos de apoyo. El Gobierno es estable y fuerte. La mayoría gobernante está cohesionada y determinada", indicó el mandatario.
"Para nosotros, para Italia, no es un momento fácil. La crisis nos llega en medio del fuerte proceso de corrección de las cuentas públicas que hemos emprendido desde hace tiempo y reforzado hace pocos días", agregó.
Berlusconi aseguró además que la complicada situación que ha atravesado Italia desde el pasado viernes se debe a una "crisis de confianza" que no solo afecta a Italia, sino a toda la Unión Europea (UE) y a su moneda común.
Según el primer ministro, la crisis empuja a Italia a "acelerar" el proceso de corrección presupuestario en un "plazo rapidísimo", así como a reforzar y a definir adecuadamente las medidas destinadas a conseguir el equilibrio de las cuentas públicas en 2014.
"Hace falta eliminar cualquier duda sobre la eficacia y sobre la credibilidad de la corrección, pero es necesario también trabajar para eliminar los obstáculos que frenan el crecimiento de nuestra economía", apuntó Berlusconi, en línea con las recomendaciones que le hizo la canciller alemana, Angela Merkel, en una conversación telefónica el pasado domingo.
Este martes, en el que se supo que la UE estudia convocar una cumbre extraordinaria para el viernes, se volvió a temer lo peor para la Bolsa de Milán, después de dos sesiones de acusadas pérdidas, con el selectivo FTSE MIB en retroceso del 3,47 % el viernes y del 3,96 % el lunes.
Pero finalmente y después de que se extendiera el rumor por los mercados de que el Banco Central Europeo (BCE) estaba comprando bonos de Italia y España, el FTSE MIB subió un 1,18 % al cierre, hasta los 18.510,53 puntos, y el índice general FTSE Italia All-Share subió un 1,08 %, a los 19.247,99 puntos.
La situación en la Bolsa de Milán fue tal este martes (se llegó incluso a tocar el 5 % de pérdidas durante la mañana), que el titular de Economía de Italia, Giulio Tremonti, abandonó la reunión del Ecofin en Bruselas de modo anticipado para cerrar en Roma los últimos detalles del plan de ajuste.
Al término de esa reunión, tanto el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, como el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, mostraron su apoyo a las medidas italianas.
La prima de riesgo de Italia llegó a situarse hoy por momentos en los 347 puntos básicos (el interés de los bonos a diez años pasó del 6 %) y el Gobierno consiguió colocar este martes 6.750 millones de euros en bonos a un año con un rendimiento del 3,670 % (frente al 2,147 % de la última subasta).
El Gobierno y la oposición se mostraron hoy dispuestos a acelerar la aprobación en el Parlamento italiano del plan de ajuste de unos 48.000 millones de euros presentado por el Ejecutivo de Silvio Berlusconi para intentar disipar las dudas de los mercados sobre la solvencia de las finanzas de Italia.
En una nueva jornada convulsa en la Bolsa de Milán, los representantes de los grupos políticos en el Senado acordaron darse de plazo hasta el mediodía del jueves para aprobar el plan de austeridad, a fin de que reciba el visto bueno de la Cámara de los Diputados (Baja) antes de que termine la semana.
Tres de los principales partidos de la oposición comparecieron además para informar de que, por responsabilidad, no presentarán muchas enmiendas al decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado 30 de junio, pero exigieron que el Ejecutivo dimita una vez que el Parlamento apruebe ese plan.
"Nosotros por Italia hacemos nuestra parte, confiamos, pero no creo que Berlusconi sea un elemento de confianza ni para Italia ni para el contexto internacional", dijo el líder del opositor Partido Demócrata (PD), Pierluigi Bersani, desde El Cairo durante su viaje por Oriente Medio.
Por primera vez desde que el nerviosismo se apoderara de la Bolsa de Milán y de los mercados de deuda italiana el pasado viernes, el primer ministro de Italia salió hoy al paso de esa incertidumbre a través de un comunicado para llamar a la unidad y asegurar que los bancos italianos son "sólidos".
"Tenemos a Europa a nuestro lado y podemos contar con innegables puntos de apoyo. El Gobierno es estable y fuerte. La mayoría gobernante está cohesionada y determinada", indicó el mandatario.
"Para nosotros, para Italia, no es un momento fácil. La crisis nos llega en medio del fuerte proceso de corrección de las cuentas públicas que hemos emprendido desde hace tiempo y reforzado hace pocos días", agregó.
Berlusconi aseguró además que la complicada situación que ha atravesado Italia desde el pasado viernes se debe a una "crisis de confianza" que no solo afecta a Italia, sino a toda la Unión Europea (UE) y a su moneda común.
Según el primer ministro, la crisis empuja a Italia a "acelerar" el proceso de corrección presupuestario en un "plazo rapidísimo", así como a reforzar y a definir adecuadamente las medidas destinadas a conseguir el equilibrio de las cuentas públicas en 2014.
"Hace falta eliminar cualquier duda sobre la eficacia y sobre la credibilidad de la corrección, pero es necesario también trabajar para eliminar los obstáculos que frenan el crecimiento de nuestra economía", apuntó Berlusconi, en línea con las recomendaciones que le hizo la canciller alemana, Angela Merkel, en una conversación telefónica el pasado domingo.
Este martes, en el que se supo que la UE estudia convocar una cumbre extraordinaria para el viernes, se volvió a temer lo peor para la Bolsa de Milán, después de dos sesiones de acusadas pérdidas, con el selectivo FTSE MIB en retroceso del 3,47 % el viernes y del 3,96 % el lunes.
Pero finalmente y después de que se extendiera el rumor por los mercados de que el Banco Central Europeo (BCE) estaba comprando bonos de Italia y España, el FTSE MIB subió un 1,18 % al cierre, hasta los 18.510,53 puntos, y el índice general FTSE Italia All-Share subió un 1,08 %, a los 19.247,99 puntos.
La situación en la Bolsa de Milán fue tal este martes (se llegó incluso a tocar el 5 % de pérdidas durante la mañana), que el titular de Economía de Italia, Giulio Tremonti, abandonó la reunión del Ecofin en Bruselas de modo anticipado para cerrar en Roma los últimos detalles del plan de ajuste.
Al término de esa reunión, tanto el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, como el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, mostraron su apoyo a las medidas italianas.
La prima de riesgo de Italia llegó a situarse hoy por momentos en los 347 puntos básicos (el interés de los bonos a diez años pasó del 6 %) y el Gobierno consiguió colocar este martes 6.750 millones de euros en bonos a un año con un rendimiento del 3,670 % (frente al 2,147 % de la última subasta).