F1: La FIA no se aclara
La federación da dos veces marcha atrás en el uso de los difusores soplados y deja la decisión en manos de los equipos de cara al próximo Gran Premio
Silverstone, El País
La nueva normativa que debía entrar en vigor en el Gran Premio de Gran Bretaña de F-1 ha motivado un estado de nervios y excitación entre los equipos más potentes, que en menos de 24 horas han visto cómo la Federación Internacional de Automovilismo modificaba el reglamento dos veces para, finalmente, dejarlo como estaba. Al menos, por ahora. La limitación del uso de los escapes soplados prevista para este fin de semana provocó una reacción inmediata de Renault, marca que también propulsa a Red Bull, que alegó que no podía afrontar un cambio tan agresivo porque sus motores no lo soportarían. Inicialmente, la FIA había estipulado el caudal máximo de gases que los escapes iban a poder expulsar hacia el difusor, cuando el piloto levantara el pie del acelerador, en el 10%, a 12.000 revoluciones por minuto (rpm), y en el 20%, a 18.000 rpm. La denuncia de Renault hizo que el órgano regulador reculara y subiera la tolerancia en el porcentaje de gases hasta el 50%, circunstancia que hizo saltar a McLaren y enfrentó a Christian Horner, jefe de Red Bull, y Martin Whitmarsh, su homólogo en la escudería de Woking.
Pocos minutos antes del arranque de la tercera sesión libre de ensayos, la FIA emitía una nota oficial, su último bandazo, en el que volvía a dar marcha atrás y situaba de nuevo el máximo porcentaje de gases hacia el difusor sin la acción del acelerador, en el 10%, a 12.000 rpm, y en el 20%, a 18.000 rpm. Esta decisión tuvo como consecuencia una serie de correteos por el paddock, sobre todo en el caso de Red Bull. Tanto Honer como Adrian Newey, responsable del diseño del RB7, se reunieron dos veces ayer por la tarde con los miembros de la comisión técnica de la FIA para tratar de volver a darle la vuelta a un reglamento que les ataca directamente a la yugular. Con esta tensión se ha corrido la calificación oficial de hoy, donde los Red Bull han vuelto a copar los puestos de arriba. Y así se disputará la carrera de mañana. Pero el culebrón no acaba ahí. Está por ver que la nueva regulación se mantenga en el Gran Premio de Alemania (22-24 de julio en Nürburgring). La FIA, a instancias de las numerosas quejas, ha enviado un comunicado nada más terminar la calificación en el que ponía a disposición de la parrilla la polémica decisión sobre la emisión de gases que refrigeran el motor y que los Red Bull tan bien han sabido aprovechar. Una medida para la que la FIA exige unanimidad entre las escuderías, pero de momento es el máximo organismo el que no se aclara.
Silverstone, El País
La nueva normativa que debía entrar en vigor en el Gran Premio de Gran Bretaña de F-1 ha motivado un estado de nervios y excitación entre los equipos más potentes, que en menos de 24 horas han visto cómo la Federación Internacional de Automovilismo modificaba el reglamento dos veces para, finalmente, dejarlo como estaba. Al menos, por ahora. La limitación del uso de los escapes soplados prevista para este fin de semana provocó una reacción inmediata de Renault, marca que también propulsa a Red Bull, que alegó que no podía afrontar un cambio tan agresivo porque sus motores no lo soportarían. Inicialmente, la FIA había estipulado el caudal máximo de gases que los escapes iban a poder expulsar hacia el difusor, cuando el piloto levantara el pie del acelerador, en el 10%, a 12.000 revoluciones por minuto (rpm), y en el 20%, a 18.000 rpm. La denuncia de Renault hizo que el órgano regulador reculara y subiera la tolerancia en el porcentaje de gases hasta el 50%, circunstancia que hizo saltar a McLaren y enfrentó a Christian Horner, jefe de Red Bull, y Martin Whitmarsh, su homólogo en la escudería de Woking.
Pocos minutos antes del arranque de la tercera sesión libre de ensayos, la FIA emitía una nota oficial, su último bandazo, en el que volvía a dar marcha atrás y situaba de nuevo el máximo porcentaje de gases hacia el difusor sin la acción del acelerador, en el 10%, a 12.000 rpm, y en el 20%, a 18.000 rpm. Esta decisión tuvo como consecuencia una serie de correteos por el paddock, sobre todo en el caso de Red Bull. Tanto Honer como Adrian Newey, responsable del diseño del RB7, se reunieron dos veces ayer por la tarde con los miembros de la comisión técnica de la FIA para tratar de volver a darle la vuelta a un reglamento que les ataca directamente a la yugular. Con esta tensión se ha corrido la calificación oficial de hoy, donde los Red Bull han vuelto a copar los puestos de arriba. Y así se disputará la carrera de mañana. Pero el culebrón no acaba ahí. Está por ver que la nueva regulación se mantenga en el Gran Premio de Alemania (22-24 de julio en Nürburgring). La FIA, a instancias de las numerosas quejas, ha enviado un comunicado nada más terminar la calificación en el que ponía a disposición de la parrilla la polémica decisión sobre la emisión de gases que refrigeran el motor y que los Red Bull tan bien han sabido aprovechar. Una medida para la que la FIA exige unanimidad entre las escuderías, pero de momento es el máximo organismo el que no se aclara.