El plan de estímulo de la Fed acaba sin lograr la reactivación esperada
Washington, Agencias
El plan de estímulo de 600.000 millones de dólares de la Reserva Federal concluyó hoy sin lograr que la economía de EE.UU. haya recuperado el ritmo de sus buenos tiempos, aunque sí ahuyentó el fantasma de la deflación en el país.
El banco central estadounidense confiaba en que su plan de rescate económico de tres años, que tiene en el citado plan de compra de bonos del Tesoro por 600.000 millones de dólares a su máximo exponente, alcanzase su clímax justo ahora.
El objetivo de esa agresiva intervención en la economía era estimular el gasto de consumidores y empresas e impulsar así la alicaída actividad económica en el país.
Pero la realidad no ha estado a la altura de las expectativas de la Reserva Federal (Fed), que ha rebajado ya en dos ocasiones este año sus proyecciones de crecimiento a un nivel entre el 2,7 % y el 2,9 % frente al más del 3 % que preveía al arranque de 2011.
Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que esas proyecciones, que van de la mano de un elevado desempleo, todavía son demasiado optimistas, al adelantar un crecimiento de tan solo el 2,5 % para 2011.
El presidente de la Fed, Ben Bernanke, ha defendido a capa y espada el plan de estímulo al destacar su efecto positivo en los mercados y señalar que la primera economía mundial estaría en bastante peor forma de no haber sido por el espaldarazo de la Fed.
"Estados Unidos corre el riesgo de ver a millones de sus ciudadanos desempleados o con empleos basura durante muchos años y eso es inaceptable", dijo a finales de 2010 durante una conferencia en Alemania tras anunciar el plan de estímulo y en respuesta a las críticas de sus socios europeos.
En su opinión, el que la recuperación avance a un ritmo menor de lo esperado obedece, en gran parte, a los elevados precios de la alimentación y la energía y al efecto negativo del terremoto en Japón sobre las cadenas globales de distribución.
Los analistas, a su vez, difieren a la hora de valorar el plan de estímulo.
Peter Morici, profesor de Economía de la Universidad de Maryland, señala que la inyección masiva de liquidez en el sistema ha tenido un "impacto limitado" a la hora de impulsar a la economía.
Por el contrario, David Resler, economista jefe de la firma Nomura Securities International en Nueva York, cree que la campaña de "expansión cuantitativa" de la Fed, conocida también como QE2, cumplió con su función.
"El objetivo del QE2 era prevenir la espiral de deflación al impulsar la inflación y las expectativas inflacionarias y funcionó ya que ambas son ahora más altas y ya no hay miedo de deflación", explicó a Efe Resler.
El presidente de la Reserva Federal de St. Louis, James Bullard, compartió hoy esa percepción, al señalar que la campaña para capear la peor recesión en EE.UU. desde 1930 ha dado frutos.
"Las expectativas inflacionarias han aumentado en respuesta al paquete de estímulo", dijo hoy Bullard durante una conferencia en St. Louis.
Otros como Anthony Sanders, profesor de la Universidad George Washington, creen que si bien es cierto que la campaña de estímulo ayudó a los mercados, ha servido de poco al ciudadano de a pie que tiene que hacer frente a unos combustibles cada vez más caros y a un dólar cada vez más débil.
"El debate de si el QE2 fue bueno o no probablemente durará décadas", escribió en su página web Sanders, quien añadió que "lo que sí está claro es que los inversores celebraron la abundancia de dinero barato y que la Bolsa se ha disparado".
El Dow Jones, principal índice de referencia de la Bolsa neoyorquina, ha subido un 24 % desde que Bernanke anunció en un discurso en Jackson Hole (Wyoming) en agosto de 2010 que lanzaría el masivo plan de compra de bonos.
Las empresas estadounidenses también se han beneficiado, al conseguir obtener dinero prestado a los tipos de interés más bajos desde 1940.
Menos beneficiado ha salido el dólar, que ha perdido un 10 % desde el citado discurso de Bernanke. Y la tasa de desempleo, que Bernanke buscaba disminuir, sigue anclada en el 9 %.
El plan de estímulo de 600.000 millones de dólares de la Reserva Federal concluyó hoy sin lograr que la economía de EE.UU. haya recuperado el ritmo de sus buenos tiempos, aunque sí ahuyentó el fantasma de la deflación en el país.
El banco central estadounidense confiaba en que su plan de rescate económico de tres años, que tiene en el citado plan de compra de bonos del Tesoro por 600.000 millones de dólares a su máximo exponente, alcanzase su clímax justo ahora.
El objetivo de esa agresiva intervención en la economía era estimular el gasto de consumidores y empresas e impulsar así la alicaída actividad económica en el país.
Pero la realidad no ha estado a la altura de las expectativas de la Reserva Federal (Fed), que ha rebajado ya en dos ocasiones este año sus proyecciones de crecimiento a un nivel entre el 2,7 % y el 2,9 % frente al más del 3 % que preveía al arranque de 2011.
Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que esas proyecciones, que van de la mano de un elevado desempleo, todavía son demasiado optimistas, al adelantar un crecimiento de tan solo el 2,5 % para 2011.
El presidente de la Fed, Ben Bernanke, ha defendido a capa y espada el plan de estímulo al destacar su efecto positivo en los mercados y señalar que la primera economía mundial estaría en bastante peor forma de no haber sido por el espaldarazo de la Fed.
"Estados Unidos corre el riesgo de ver a millones de sus ciudadanos desempleados o con empleos basura durante muchos años y eso es inaceptable", dijo a finales de 2010 durante una conferencia en Alemania tras anunciar el plan de estímulo y en respuesta a las críticas de sus socios europeos.
En su opinión, el que la recuperación avance a un ritmo menor de lo esperado obedece, en gran parte, a los elevados precios de la alimentación y la energía y al efecto negativo del terremoto en Japón sobre las cadenas globales de distribución.
Los analistas, a su vez, difieren a la hora de valorar el plan de estímulo.
Peter Morici, profesor de Economía de la Universidad de Maryland, señala que la inyección masiva de liquidez en el sistema ha tenido un "impacto limitado" a la hora de impulsar a la economía.
Por el contrario, David Resler, economista jefe de la firma Nomura Securities International en Nueva York, cree que la campaña de "expansión cuantitativa" de la Fed, conocida también como QE2, cumplió con su función.
"El objetivo del QE2 era prevenir la espiral de deflación al impulsar la inflación y las expectativas inflacionarias y funcionó ya que ambas son ahora más altas y ya no hay miedo de deflación", explicó a Efe Resler.
El presidente de la Reserva Federal de St. Louis, James Bullard, compartió hoy esa percepción, al señalar que la campaña para capear la peor recesión en EE.UU. desde 1930 ha dado frutos.
"Las expectativas inflacionarias han aumentado en respuesta al paquete de estímulo", dijo hoy Bullard durante una conferencia en St. Louis.
Otros como Anthony Sanders, profesor de la Universidad George Washington, creen que si bien es cierto que la campaña de estímulo ayudó a los mercados, ha servido de poco al ciudadano de a pie que tiene que hacer frente a unos combustibles cada vez más caros y a un dólar cada vez más débil.
"El debate de si el QE2 fue bueno o no probablemente durará décadas", escribió en su página web Sanders, quien añadió que "lo que sí está claro es que los inversores celebraron la abundancia de dinero barato y que la Bolsa se ha disparado".
El Dow Jones, principal índice de referencia de la Bolsa neoyorquina, ha subido un 24 % desde que Bernanke anunció en un discurso en Jackson Hole (Wyoming) en agosto de 2010 que lanzaría el masivo plan de compra de bonos.
Las empresas estadounidenses también se han beneficiado, al conseguir obtener dinero prestado a los tipos de interés más bajos desde 1940.
Menos beneficiado ha salido el dólar, que ha perdido un 10 % desde el citado discurso de Bernanke. Y la tasa de desempleo, que Bernanke buscaba disminuir, sigue anclada en el 9 %.