Cumbre Batista-Grondona para la reconstrucción de Argentina
Buenos Aires, Clarín
A Bielsa se lo puso contra el paredón por la eliminación en 1° ronda en 2002, entre otras cosas, por falta de plan B y por no juntar a Batistuta y a Crespo... A Pekerman, con el adiós en 4° en 2006, se lo cuestionó con crueldad porque puso a Messi en el banco y sacó a Riquelme... A Basile, a fines de 2008, se lo atacó sin límites por su estilo simplista... A Maradona, tras Sudáfrica 2010, se lo maltrató acusándolo de ser un desconocedor táctico... Ahora, después del chau prematuro en la Copa América propia que redondea 18 años sin títulos en Mayores, la ametralladora de reproches se descarga en Batista. Ni tan bueno ni tan malo, el Checho acertó y se equivocó como cualquier entrenador. Eso sí, aunque todo indica que seguirá, ya gastó el mínimo crédito que ostentaba. Quedó en cero, sin margen de error, y frente al desafío de demostrar una reacción de fondo, según sus convicciones, sin temores y sin pensar qué dirán el periodismo y la gente.
Es real que Argentina no mereció perder ante Uruguay y que con el mismo juego el análisis sería otro si entraba una de las que sacó Muslera. Son las reglas de un exitismo caníbal. De todos modos, si juega a la autocrítica, Batista estacionará en varias conclusiones negativas y contradictorias que le servirán para crecer:
-Dijo que Messi era 9, pero ahí se diluyó y lo corrió a un costado, a la derecha, donde más rindió.
-Dijo que Tevez no estaba en sus planes y que era 9. Por el reclamo popular lo convocó, pero lo puso de delantero izquierdo. Carlitos no respondió y lo excluyó, pero para quebrar a Uruguay lo incluyó en la etapa final otra vez de 11, aunque el propio Apache había dicho que ahí se sentía incómodo. Y a pesar de su fastidio hasta lo designó para patear un penal.
-Dijo que Banega era el socio de Messi, pero tras los dos partidos iniciales, lo reemplazó y ni siquiera lo consideró como alternativa de cambio. Idem con Cambiasso.
-Rojo fue el marcador lateral izquierdo en muchos amistosos, pero en la Copa América apenas le dio un partido. Ahí puso a Zanetti con el perfil cambiado.
-A Pastore, quien sólo había ingresado un ratito en Córdoba para darle el gusto a la gente, lo puso como socio de Messi ante Uruguay, cuando Gago se lesionó.
-A Burdisso y a Milito, siempre con dudas, nunca los modificó. No confía ni en Pareja ni en Garay.
-A Mascherano, siempre frágil en el medio, nunca lo rodeó.
-En la lista, hubo exageración de “5” y de “9”, pero faltaron volantes externos, armadores y un marcador lateral zurdo.
-A casi todas las buenas noticias, Batista las encontró de segunda mano. Messi explotó en un lugar distinto al inicial y con otra compañía. Y los que evitaron el desaprobado, salvo Romero y Messi, vinieron desde el banco: Zabaleta, Gago, Higuaín y Pastore.
No renunciará el Checho y no será destituido. Julio Grondona no despide técnicos. Bielsa y Basile, los únicos que no terminaron sus ciclos, renunciaron. Y no habrá un pedido de otros dirigentes para alterar el rumbo. Fernando Raffaíni, presidente de Vélez, en desacuerdo con Batista, le dijo a Clarín: “Es un golpe duro. Ya opinamos en el lugar y momento oportuno. Ahora hay que mantener la calma”. Y el vice Julio Baldomar cerró: “Vélez no hará ningún planteo”.
La eliminación de Brasil alivia. No es sólo Argentina el poderoso que padece. Eso sí, no sirve como consuelo. Juan Carlos Crespi, vice de Boca y uno de los que lideró la delegación de Argentina, opinó: “Hay que poner los pies sobre la tierra y no creernos que somos los mejores del mundo y que Messi nos va a salvar. Hay que armar un equipo fuerte de atrás hacia delante para no sufrir en las eliminatorias, porque todo está muy parejo”.
Charlarán Batista y Grondona una vez que se atenúe el arsenal de críticas impiadosas. Ahí, aparte de un mejor entorno futbolero para Messi, al DT le reclamarán en especial cambios de fondo del medio hacia atrás. Es que no convencen las actualidades de Burdisso, Milito y Mascherano. Tampoco la de Zanetti. Le pedirán que busque, que pruebe alternativas, pero...
Hay un gran problema reconocido por un hombre con conocimiento total e inmensa trayectoria futbolera, cercano al cuerpo técnico: “No tenemos defensores de primer nivel. Eso es grave. No hay, pero de algún lugar debemos sacarlos”. Ante este panorama defensivo preocupante, ¿no será hora de formar un mediocampo más combativo para proteger a los de atrás, sabiendo que Messi e Higuaín arriba en cualquier momento dibujan alegrías? Es una de las tantas preguntas a responder por esta Selección ya en reconstrucción.
A Bielsa se lo puso contra el paredón por la eliminación en 1° ronda en 2002, entre otras cosas, por falta de plan B y por no juntar a Batistuta y a Crespo... A Pekerman, con el adiós en 4° en 2006, se lo cuestionó con crueldad porque puso a Messi en el banco y sacó a Riquelme... A Basile, a fines de 2008, se lo atacó sin límites por su estilo simplista... A Maradona, tras Sudáfrica 2010, se lo maltrató acusándolo de ser un desconocedor táctico... Ahora, después del chau prematuro en la Copa América propia que redondea 18 años sin títulos en Mayores, la ametralladora de reproches se descarga en Batista. Ni tan bueno ni tan malo, el Checho acertó y se equivocó como cualquier entrenador. Eso sí, aunque todo indica que seguirá, ya gastó el mínimo crédito que ostentaba. Quedó en cero, sin margen de error, y frente al desafío de demostrar una reacción de fondo, según sus convicciones, sin temores y sin pensar qué dirán el periodismo y la gente.
Es real que Argentina no mereció perder ante Uruguay y que con el mismo juego el análisis sería otro si entraba una de las que sacó Muslera. Son las reglas de un exitismo caníbal. De todos modos, si juega a la autocrítica, Batista estacionará en varias conclusiones negativas y contradictorias que le servirán para crecer:
-Dijo que Messi era 9, pero ahí se diluyó y lo corrió a un costado, a la derecha, donde más rindió.
-Dijo que Tevez no estaba en sus planes y que era 9. Por el reclamo popular lo convocó, pero lo puso de delantero izquierdo. Carlitos no respondió y lo excluyó, pero para quebrar a Uruguay lo incluyó en la etapa final otra vez de 11, aunque el propio Apache había dicho que ahí se sentía incómodo. Y a pesar de su fastidio hasta lo designó para patear un penal.
-Dijo que Banega era el socio de Messi, pero tras los dos partidos iniciales, lo reemplazó y ni siquiera lo consideró como alternativa de cambio. Idem con Cambiasso.
-Rojo fue el marcador lateral izquierdo en muchos amistosos, pero en la Copa América apenas le dio un partido. Ahí puso a Zanetti con el perfil cambiado.
-A Pastore, quien sólo había ingresado un ratito en Córdoba para darle el gusto a la gente, lo puso como socio de Messi ante Uruguay, cuando Gago se lesionó.
-A Burdisso y a Milito, siempre con dudas, nunca los modificó. No confía ni en Pareja ni en Garay.
-A Mascherano, siempre frágil en el medio, nunca lo rodeó.
-En la lista, hubo exageración de “5” y de “9”, pero faltaron volantes externos, armadores y un marcador lateral zurdo.
-A casi todas las buenas noticias, Batista las encontró de segunda mano. Messi explotó en un lugar distinto al inicial y con otra compañía. Y los que evitaron el desaprobado, salvo Romero y Messi, vinieron desde el banco: Zabaleta, Gago, Higuaín y Pastore.
No renunciará el Checho y no será destituido. Julio Grondona no despide técnicos. Bielsa y Basile, los únicos que no terminaron sus ciclos, renunciaron. Y no habrá un pedido de otros dirigentes para alterar el rumbo. Fernando Raffaíni, presidente de Vélez, en desacuerdo con Batista, le dijo a Clarín: “Es un golpe duro. Ya opinamos en el lugar y momento oportuno. Ahora hay que mantener la calma”. Y el vice Julio Baldomar cerró: “Vélez no hará ningún planteo”.
La eliminación de Brasil alivia. No es sólo Argentina el poderoso que padece. Eso sí, no sirve como consuelo. Juan Carlos Crespi, vice de Boca y uno de los que lideró la delegación de Argentina, opinó: “Hay que poner los pies sobre la tierra y no creernos que somos los mejores del mundo y que Messi nos va a salvar. Hay que armar un equipo fuerte de atrás hacia delante para no sufrir en las eliminatorias, porque todo está muy parejo”.
Charlarán Batista y Grondona una vez que se atenúe el arsenal de críticas impiadosas. Ahí, aparte de un mejor entorno futbolero para Messi, al DT le reclamarán en especial cambios de fondo del medio hacia atrás. Es que no convencen las actualidades de Burdisso, Milito y Mascherano. Tampoco la de Zanetti. Le pedirán que busque, que pruebe alternativas, pero...
Hay un gran problema reconocido por un hombre con conocimiento total e inmensa trayectoria futbolera, cercano al cuerpo técnico: “No tenemos defensores de primer nivel. Eso es grave. No hay, pero de algún lugar debemos sacarlos”. Ante este panorama defensivo preocupante, ¿no será hora de formar un mediocampo más combativo para proteger a los de atrás, sabiendo que Messi e Higuaín arriba en cualquier momento dibujan alegrías? Es una de las tantas preguntas a responder por esta Selección ya en reconstrucción.