Copa América: Las figuras de la primera fase
Buenos Aires, Espn
A esta altura de cada campeonato, lo habitual es armar un equipo ideal del torneo. Claro que en esta Copa América, de errores múltiples y rendimientos irregulares, es difícil hablar de ideales. Los freaks de ESPNdeportes.com agachan la cabeza y, en un ejercicio de humildad dialétcica, se limitan a elegir un equipo bueno. El mejor, en la mesurada opinión profesional de estos periodistas, que podría armarse con los equipos que disputaron la primera fase.
Se tomaron en cuenta los rendimientos de los jugadores en estos partidos que pasaron, y no sus antecedentes, su potencial ni su capacidad técnica comprobada. Claro, de otra manera sería imposible justificar que Lionel Messi quede entre los suplentes. Casualidad o consecuencia lógica, los cuatro equipos eliminados son los únicos sin representantes en este listado.
SERGIO ROMERO (Argentina): Sólido, seguro, lleno de confianza, respondió cada vez que lo exigieron. Fue el mejor de su equipo en la primera fecha, ante Bolivia. Sacó un par de pelotas clave ante Colombia e incluso atajó una muy difícil frente a Costa Rica. A todo esto sumó criterio para jugar con los pies: el juego prolijo de pase corto propuesto por Batista arranca por él.
PABLO ARMERO (Colombia): Físicamente imponente, el lateral se mostró como opción ofensiva permanente y se las arregló para retroceder siempre: inquietó a sus rivales sin que lo inquietaran a él. Tiene buen manejo, es duro en la marca, cruza persistentemente la mitad de cancha y hasta cuenta con buen remate. Su constancia también es destacable: jugó todos los partido bien.
OSWALDO VIZCARRONDO (Venezuela): El central de Anzoátegui es el líder de la defensa de la Vinotinto. En los dos primeros partidos, ante Brasil y Ecuador, la última línea venezolana cumplió una gran tarea, en la que se apoyó el éxito de un equipo que es la gran sorpresa del torneo. Incluso salvó un gol sobre la línea con el hombro. Brillante.
MARIO YEPES (Colombia): Colombia no recibió ningún gol en contra y en eso tuvo mucho que ver la actuación del defensor del Milan, que además de la solidez acostumbrada le otorga experiencia y liderazgo a un equipo que cada vez está más firme. Como los buenos vinos, se pone mejor con la edad.
JUAN VARGAS (Perú): El lateral peruano es quizás una de las armas ofensivas más importantes del equipo de Markarián. Salida constante por la izquierda, es el típico marcador de punta que sorprende en el ataque y además defiende con criterio. Una de las grandes figuras de este Seleccionado incaico que crece.
MAURICIO ISLA (Chile): El lateral chileno de Udinese se ganó un lugar en este equipo con sus armas: despliegue, profundidad y manejo de pelota. Isla no podría brilla si no fuera por Chile y su selección no desplegaría su fútbol de ataque sin su presencia por la banda derecha, ampliando horizontes. Su sociedad con Alexis Sánchez: impecable. Sólo Maicon en la última fecha pudo mostrar algo similar. Uno de ellos será el mejor de la Copa, lo definirán de acá hasta la final.
CARLOS SÁNCHEZ (Colombia): La Roca sorprendió a todos. Pocos conocían al medio del Valenciennes francés y casi nadie esperaba mucho de él. En toda la Copa América, pero en especial ante Argentina, se destacó por su fortaleza, su orden y su capacidad para recuperar la pelota. En su función, pocos lograron ser tan dominantes.
YOHANDRY OROZCO (Venezuela): Es joven, talentoso y ya juega en Europa. Pero encima tiene ese nombre caribeño tan exótico, definitivamente un valor agregado. Lo más vistoso de Venezuela llegó desde sus pies en esta Copa. Tiene panorama, inteligencia y desplazamientos interesantes, sobre todo sin pelota. Si Venezuela sigue avanzando será, casi con seguridad, porque Yohandry hizo de las suyas.
ALEXIS SÁNCHEZ (Chile): Entre su gran desempeño y el pase concretado al Barcelona fue el personaje por excelencia de esta primera fase. Desde el primer partido dejó claro que posee una técnica superlativa, que tiene panorama, que sabe retroceder, que tiene gambeta... Su poder de definición apareció en el segundo juego, ante Uruguay. Contra Perú entró un ratito y también resultó influyente. El mejor jugador de la Copa hasta el momento.
PAOLO GUERRERO (Perú): Cumplió con creces como la única referencia de ataque de Perú durante la mayor parte de los minutos que estuvo en cancha. Él solo se las arregló, con su velocidad y sus diagonales, para complicar a Uruguay -al que le marcó un gol precioso tras una gambeta larga- y con su oportunismo para hundir a México.
SERGIO AGÜERO (Argentina): Se ganó un lugar a fuerza de goles, oportunidades de peligro generadas y entendimiento con Messi en Argentina. Su tanto frente a Bolivia fue un lujazo. Movedizo, inteligente para ocupar espacios, generó peligro siempre que entró. Sobra decirlo: es el goleador del torneo. Y si alguien tenía alguna duda: no, no volverá a Atlético Madrid.
DT, SERGIO MARKARIAN (Perú): Para algunos, obró un milagro en una Selección que estaba en ruinas, con múltiples problemas deportivos, anímicos y disciplinarios. El técnico uruguayo volvió a convocar a las figuras y formó un equipo sólido, que conoce sus limitaciones y logró la clasificación cuando muchos no lo esperaban. Aunque lo haya hecho ratoneando...
SUPLENTES:
Se trata de un banco a la antigua, con apenas cinco jugadores: un arquero, un defensor, dos volantes y un delantero. Renny Vega (Venezuela) se ganó el puesto en esta selección con su estilo osado, su tendencia a agarrar la pelota con una sola mano, sus saques de sobrepique y -sobre todo- su cabezazo heroico ante Paraguay. Maicon (Brasil) demostró en un sólo partido su cualidad de crack indiscutido y una potencia que resultó determinante para que Brasil venciera a Ecuador. Estigarribia (Paraguay) cumplió su tarea por las bandas, desniveló siempre y eligió bien cuando arriesgar.
Diego Pérez (Uruguay) cumplió con su rol de asesino serial en el medio de Uruguay: tuvo agresión y quite en dosis perfectas. Cierra el listado Lionel Messi (Argentina), criticado de más por la prensa de su país. Tuvo un primer tiempo bueno contra Bolivia y un partido y medio malo desde entonces, igual que su equipo entero. Ante Costa Rica, con espacios y frente a un rival débil, se cansó de asistir a sus compañeros (que quedaron mano a mano con el gol en seis o siete ocasiones y de vez en cuando anotaron). Esa demostración de clase le sobró para aparecer en este banco de lujo.