Yemen: opositores festejan "caída" de Saleh, hospitalizado en Arabia Saudí

Saná, Agencias
La partida del presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, operado con éxito en Arabia Saudita tras haber sido herido el viernes en el bombardeo del palacio presidencial de Saná, fue celebrada por decenas de miles de personas este domingo pero deja dudas sobre quién tiene ahora el poder.

Acusado por el gobierno de ser el responsable del bombardeo que hirió el viernes al mandatario, el poderoso jefe tribal de los Hashed, Sadek al Ahmar, aceptó este domingo por la noche con condiciones un alto el fuego así como la evacuación de los edificios públicos que ocupan sus partidarios en Saná.

Durante todo el día, en la capital y en Taez, 270 km al suroeste de Saná, los "jóvenes de la revolución" celebraron la partida de Saleh como la "caída del régimen".

"Hoy nació un nuevo Yemen", corearon decenas de jóvenes en el lugar donde realizan una "sentada" permanente, cerca de la Universidad de Saná, constató la AFP.

"Se acabó, cayó el régimen", cantaron otros, mientras llegaba más gente diciendo que celebraban "la huida de Saleh", en el poder desde hace 33 años.

Pero el presidente, en el poder desde hace 33 años, tiene la intención de regresar a la capital yemení. Lo hará en dos semanas cuando llegue a su fin el periodo de convalecencia, indicó a la AFP un responsable saudí.

Evacuado el sábado hacia Riad para recibir cuidados médicos, Saleh fue sometido a "dos operaciones que tuvieron éxito: la primera consistió en extraerle una esquirla (de obús) del tórax, y la segunda fue una operación de neurocirugía en el cuello", declaró el responsable que pidió el anonimato.

"La próxima operación será una operación de cirugía estética", añadió.

El presidente resultó herido, como varios otros dirigentes, en el bombardeo el viernes de la mezquita del palacio presidencial de Saná.

Pero su hospitalización en Riad deja planear la duda sobre en quién recae el poder en Yemen. Según la Constitución yemení, el vicepresidente, Abdel Rabo Mansur Hadi, debe dirigir el país durante la ausencia del jefe de Estado, pero hasta ahora no hubo ninguna declaración en ese sentido.

Mansur Hadi se entrevistó el domingo con el embajador de Estados Unidos en Saná, Gerald Feierstein, sobre la situación en el país, informó la agencia oficial Saba que sin embargo no indicó si el vicepresidente se hacía cargo de la presidencia.

Para la oposición, la partida de Saleh, de 69 años, "marca el comienzo del fin de este régimen tiránico y corrupto. Haremos lo posible para impedir su regreso" a Yemen, declaró por su parte a la AFP el portavoz de la oposición parlamentaria, Mohamed Qahtan.

"Estamos totalmente dispuestos a cooperar con Abdel Rabo, pero la dificultad es saber si los hijos (y los sobrinos de Saleh) están dispuestos a entregar el poder a Mansur Hadi", dijo Qahtan.

El hijo mayor del presidente, Ahmed, y sus sobrinos controlan los principales órganos de seguridad, en especial la Guardia Republicana, una unidad de elite.

La oposición sospecha que Ahmed, comandante de esa unidad de elite, esté preparando la sucesión.

Pero la ausencia de Saleh no marcó el fin de la violencia.

En Taez, importante foco de las protestas, los festejos de cientos de manifestantes fueron cortos. La ciudad fue escenario de enfrentamientos en los que murieron cuatro Guardias Republicanos y tres hombres armados de las milicias que protegían a los manifestantes.

En la capital la situación era relativamente calma este domingo. Según una fuente militar tres soldados disidentes murieron en una explosión accidental.

Tras cuatro meses de protestas populares sangrientamente reprimidas por el régimen de Saleh, la revuelta adquirió otra magnitud el 23 de mayo con el inicio de duros combates en Saná entre fuerzas leales al presidente y partidarios de la tribu de los Hashed. Estos combates han causado decenas de muertos en los últimos días.

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