River: Imposible no llorar
Buenos Aires, Olé
Llanto en todos lados. De jugadores en pleno campo de juego y obviamente en los vestuarios. De muchos hinchas en el estadio y en todo el mundo, sufriendo a lo lejos. Sí, porque River se fue a la B por primera vez en su historia al empatar con Belgrano. Histórico.
Ya cuando el partido tenía pinta de final, aunque faltaban unos segundos, se empezaron a ver las primeras lágrimas en el Monumental. Lágrimas de tristeza, adentro de la cancha. Se quebró Carrizo. Se quebró Pereyra. Se quebraron todos, con Juan José López conteniéndose, pero llorando por dentro. Unos consolaban a otros, intententaban darse ánimo en este momento que es una pesadilla. Sí, porque la noticia que recorre el mundo es la del descenso de River por primera vez en su historia, en sus 110 años de vida.
Más allá de esa bronca descargada en violencia, algo a lo que lamentablemente nos acostumbramos, hubo llantos en todos lados. De los hinchas en el Monumental y de los jugadores en plena cancha, cuando ya veían que lo que se temía desde el principio de campeonato, el temor de la Promo y del descenso, finalmente se hizo realidad. Con Passarella como presidente, con símbolos como Almeyda y Carrizo, no pudo zafar contra Belgrano. Perdió en Córdoba, empató pese a haberse puesto rápido en ventaja en la revancha y se fue. Un duro adiós a la Primera, mientras los jugadores de Belgrano festejaban en un estadio ya vacío en su mayoría, con hinchas cordobeses. Un adiós con mucho llanto, de los jugadores, de la gente como vos. De grandes, chicos, vitalicios. En el estadio, en el país, en cualquier rincón del mundo. Y sí, imposible no llorar con este gigante argentino en descenso.
Llanto en todos lados. De jugadores en pleno campo de juego y obviamente en los vestuarios. De muchos hinchas en el estadio y en todo el mundo, sufriendo a lo lejos. Sí, porque River se fue a la B por primera vez en su historia al empatar con Belgrano. Histórico.
Ya cuando el partido tenía pinta de final, aunque faltaban unos segundos, se empezaron a ver las primeras lágrimas en el Monumental. Lágrimas de tristeza, adentro de la cancha. Se quebró Carrizo. Se quebró Pereyra. Se quebraron todos, con Juan José López conteniéndose, pero llorando por dentro. Unos consolaban a otros, intententaban darse ánimo en este momento que es una pesadilla. Sí, porque la noticia que recorre el mundo es la del descenso de River por primera vez en su historia, en sus 110 años de vida.
Más allá de esa bronca descargada en violencia, algo a lo que lamentablemente nos acostumbramos, hubo llantos en todos lados. De los hinchas en el Monumental y de los jugadores en plena cancha, cuando ya veían que lo que se temía desde el principio de campeonato, el temor de la Promo y del descenso, finalmente se hizo realidad. Con Passarella como presidente, con símbolos como Almeyda y Carrizo, no pudo zafar contra Belgrano. Perdió en Córdoba, empató pese a haberse puesto rápido en ventaja en la revancha y se fue. Un duro adiós a la Primera, mientras los jugadores de Belgrano festejaban en un estadio ya vacío en su mayoría, con hinchas cordobeses. Un adiós con mucho llanto, de los jugadores, de la gente como vos. De grandes, chicos, vitalicios. En el estadio, en el país, en cualquier rincón del mundo. Y sí, imposible no llorar con este gigante argentino en descenso.