Olimpo condenó a Quilmes y se salvó de todo


Buenos Aires, Agencias
La tarde soñada del debutante arquero Matías Ibáñez fue clave este sábado para que Olimpo conserve ante Quilmes el 1-0 que le aseguró la permanencia en la Primera División y determinó el descenso de los Cerveceros. En el Estadio Centenario y por la última fecha del torneo Clausura, el zurdo creativo Martín Rolle quedará en las estadísticas como el autor del gol de la salvación de los bahienses por ese acierto clave en la red a los 8 minutos del primer tiempo.

Pero el héroe fue Ibáñez, porque debido a una lesión de Laureano Tombolini, a los 28 minutos de la etapa inicial, tuvo que saltar al campo de juego para atajar por primera vez en la categoría principal de la AFA, a los 24 años, y lo hizo de un modo impecable. Fue inexpugnable. Sostuvo en la segunda parte los embates de Quilmes y, a su equipo entre los grandes.

El dolor de los Cerveceros fue agudo, porque no les alcanzó con la gran remotada desde la asunción de Ricardo Caruso Lombardi y este sábado en caso de imponerse hubieran asegurado su lugar en la máxima división.

Por lo tanto, Ibáñez, quien surgió en las inferiores de Vélez Sarsfield y para Olimpo ya había jugado en la B Nacional, vivió intensamente el que será un día imborrable para su memoria.

El primer tiempo fue más luchado que jugado porque los nervios de ambos conjuntos en plena lucha por la permanencia quedaron reflejados en el desarrollo.

A los dos equipos les costó sobremanera jugar por abajo y llevar peligro al área del adversario. El gol de Olimpo, en el minuto 8, fue una evidente demostración de esa situación. Federico Domínguez envió un pase largo a la posición de Ezequiel Maggiolo, quien rebotó con el pecho la pelota para Rolle, volante que ante la mirada de la defensa local definió cruzado junto al palo izquierdo de Emanuel Tripodi.

Los dirigidos por Omar De Felippe aprovecharon a la perfección la única chance que tuvieron, en cambio el Cervecero sólo se arrimó al aréa de Laureano Tombolini, primero hasta su lesión, e Ibáñez, después, en forma desordenada y sin ideas.

Más allá de lo que ocurría en el Centenario, el público estaba pendiente de lo que sucedía en otros escenarios. A modo de ejemplo, en el primer período se festejaron los goles de Independiente (por entonces 2-0) y el descuento de Boca Juniors (en ese momento era el 1-2).

En la segunda etapa el nerviosismo siguió siendo actor principal en el juego, aunque Quilmes ganó en todos los sectores menos en el arco del rival.

El anfitrión se volcó decididamente al ataque y generó gran cantidad de escenas como para convertir, pero se topó con una figura inesperada, ya que Ibáñez fue imbatible, para la algarabía de los aurimegros y el duelo de Quilmes.

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