Nuevo éxodo en la frontera entre Siria y Turquía tras una ofensiva en la frontera
Cientos de ciudadanos tratan de huir al país vecino ante la represión del régimen de El Asad.- Varios refugiados en Turquía afirman haber visto tropas a tan sólo 500 metros de la división entre los dos países
Damasco, El País
Los soldados sirios continúan con su ofensiva contra la población crítica con el régimen de Bachar el Asad en la frontera con Turquía. Hoy han entrado en Yisr al Shogur, población asediada por el Ejército desde hace días, según informa la agencia semioficial Anadolu. Algunos de sus habitantes llamaron a sus familiares de la parte turca para explicar que los soldados habían entrado en la localidad. En la torre de vigilancia del pueblo llegó a ondear una bandera turca, que fue sustituida por una siria, según han contado algunos ciudadanos. La agencia privada Cihan informó de que las actividades militares en Yisr al Shogur han provocado una mayor presencia de unidades militares turcas en la zona fronteriza.
Un grupo de refugiados sirios de la provincia de Idlib, en el noroeste, ha confirmado que las tropas y los vehículos armados están a tan solo 500 metros de la frontera en la zona de Khirbat al Joz. Mientras, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, una organización con sede en Londres, ha denunciado la detención de 120 personas en Tal Rifat, a unos 30 kilómetros de la frontera turca. Según ha relatado a France Presse el director del Observatorio, Rami Abdul-Rahman, los arrestos comenzaron en la tarde de ayer, cuando las autoridades comenzaron a sacar a algunas personas de sus casas. Los datos no han podido ser verificados de manera independiente a causa de las restricciones a la entrada de periodistas impuestas por Damasco.
Las tropas también han entrado en otra ciudad fronteriza, Managh, situada a 15 km de Turquía en la ruta que llega desde Alepo, la segunda ciudad siria, han informado a Reuters habitantes de esa localidad. "He sido contactado por algunos familiares de Managh. Personal armado está disparando aleatoriamente y la gente está escapando de la localidad en todas las direcciones", ha dicho un vecino de Alepo.
La llegada de los soldados ha provocado un nuevo éxodo hacia Turquía, personas que se unen a los miles de sirios que han cruzado la frontera buscando asilo desde el pasado 29 de abril. Los refugiados se hacinan en campamentos levantados por la Media Luna Roja y las autoridades turcas. Varios cientos de sirios esperan la autorización para cruzar.
Ayer, por primera vez después de este éxodo, se registró un mayor número de refugiados que regresaban a Siria que de entradas, pero el número total de los acampados en Turquía es aún de 10.224, según la Oficina turca de Situaciones de Desastres y Emergencia. Según la agencia oficial Sana, medio millar de personas han regresado en las últimas horas a sus casas en Yisr Al Shogur, "una vez que el Ejército ha reestablecido la securidad y la tranquilidad en la población". El pasado martes ya se anunció el regreso de otros 270 habitantes.
Nada apunta a que la situación vaya a cambiar, pese a las presiones de Occidente. En su último discurso televisado el pasado día 20, el presidente sirio El Asad anunció la creación de varios comités con la misión de estudiar posibles reformas, pero también que seguiría siendo implacable con las protestas "vandálicas" organizadas "desde el extranjero". Su discurso aspiraba a calmar los ánimos, pero consiguió lo contrario: sus palabras provocaron decenas de manifestaciones espontáneas.
El presidente de Siria llevaba un mes sin hablar en público y el último ha sido su tercer discurso desde el inicio de la crisis, a mediados de marzo. Uno de sus principales aliados, el primer ministro turco Tayyib Recep Erdogan, le había instado a que anunciara de una vez una auténtica apertura del régimen y ordenara el retorno de los militares a los cuarteles.
Riesgos económicos
Si la situación continúa como hasta ahora, el mejor aliado de los rebeldes contra el presidente del país será la débil economía. El mismo El Asad lo reconoció en su último discurso: la situación económica es muy inestable. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja recientemente sus perspectivas para el país a un 3%, frente al crecimiento de 5,5% que vivió el año pasado.
La oposición había convocado una huelga general para hoy en todas las ciudades del país que, según los comités locales de coordinación, ha tenido importante repercusión en Homs (centro), Hama (centro), Deraa (sur), Deir Zor (este) y Latakia (noroeste), entre otras ciudades. Militantes antirrégimen han colgado vídeos en Internet, presuntamente grabados hoy, que muestran calles vacías y comercios cerrados.
La temporada turística, por otro lado, está en punto muerto. El sector, floreciente en años anteriores, representa el 12% del PIB sirio y sus beneficios están en torno a los 6,5 millones de dólares. Da trabajo en torno al 11% de la mano de obra del país. Las ciudades históricas del país están hoy vacías, y los miles de trabajadores del sector buscan una alternativa.
Además, la burguesía y los comerciantes se arriesgan a que, si la situación se alarga, podrían cuestionarse su lealtad política, a falta de alternativas viables del régimen. "La economía siria va muy mal, y esto afecta a toda la población, pero especialmente a la gente dedicada al comercio, la industria y el turismo", explica Lahcen Achy, experto económico en el centro Carnegie Middle East Center de Beirut.
Damasco, El País
Los soldados sirios continúan con su ofensiva contra la población crítica con el régimen de Bachar el Asad en la frontera con Turquía. Hoy han entrado en Yisr al Shogur, población asediada por el Ejército desde hace días, según informa la agencia semioficial Anadolu. Algunos de sus habitantes llamaron a sus familiares de la parte turca para explicar que los soldados habían entrado en la localidad. En la torre de vigilancia del pueblo llegó a ondear una bandera turca, que fue sustituida por una siria, según han contado algunos ciudadanos. La agencia privada Cihan informó de que las actividades militares en Yisr al Shogur han provocado una mayor presencia de unidades militares turcas en la zona fronteriza.
Un grupo de refugiados sirios de la provincia de Idlib, en el noroeste, ha confirmado que las tropas y los vehículos armados están a tan solo 500 metros de la frontera en la zona de Khirbat al Joz. Mientras, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, una organización con sede en Londres, ha denunciado la detención de 120 personas en Tal Rifat, a unos 30 kilómetros de la frontera turca. Según ha relatado a France Presse el director del Observatorio, Rami Abdul-Rahman, los arrestos comenzaron en la tarde de ayer, cuando las autoridades comenzaron a sacar a algunas personas de sus casas. Los datos no han podido ser verificados de manera independiente a causa de las restricciones a la entrada de periodistas impuestas por Damasco.
Las tropas también han entrado en otra ciudad fronteriza, Managh, situada a 15 km de Turquía en la ruta que llega desde Alepo, la segunda ciudad siria, han informado a Reuters habitantes de esa localidad. "He sido contactado por algunos familiares de Managh. Personal armado está disparando aleatoriamente y la gente está escapando de la localidad en todas las direcciones", ha dicho un vecino de Alepo.
La llegada de los soldados ha provocado un nuevo éxodo hacia Turquía, personas que se unen a los miles de sirios que han cruzado la frontera buscando asilo desde el pasado 29 de abril. Los refugiados se hacinan en campamentos levantados por la Media Luna Roja y las autoridades turcas. Varios cientos de sirios esperan la autorización para cruzar.
Ayer, por primera vez después de este éxodo, se registró un mayor número de refugiados que regresaban a Siria que de entradas, pero el número total de los acampados en Turquía es aún de 10.224, según la Oficina turca de Situaciones de Desastres y Emergencia. Según la agencia oficial Sana, medio millar de personas han regresado en las últimas horas a sus casas en Yisr Al Shogur, "una vez que el Ejército ha reestablecido la securidad y la tranquilidad en la población". El pasado martes ya se anunció el regreso de otros 270 habitantes.
Nada apunta a que la situación vaya a cambiar, pese a las presiones de Occidente. En su último discurso televisado el pasado día 20, el presidente sirio El Asad anunció la creación de varios comités con la misión de estudiar posibles reformas, pero también que seguiría siendo implacable con las protestas "vandálicas" organizadas "desde el extranjero". Su discurso aspiraba a calmar los ánimos, pero consiguió lo contrario: sus palabras provocaron decenas de manifestaciones espontáneas.
El presidente de Siria llevaba un mes sin hablar en público y el último ha sido su tercer discurso desde el inicio de la crisis, a mediados de marzo. Uno de sus principales aliados, el primer ministro turco Tayyib Recep Erdogan, le había instado a que anunciara de una vez una auténtica apertura del régimen y ordenara el retorno de los militares a los cuarteles.
Riesgos económicos
Si la situación continúa como hasta ahora, el mejor aliado de los rebeldes contra el presidente del país será la débil economía. El mismo El Asad lo reconoció en su último discurso: la situación económica es muy inestable. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja recientemente sus perspectivas para el país a un 3%, frente al crecimiento de 5,5% que vivió el año pasado.
La oposición había convocado una huelga general para hoy en todas las ciudades del país que, según los comités locales de coordinación, ha tenido importante repercusión en Homs (centro), Hama (centro), Deraa (sur), Deir Zor (este) y Latakia (noroeste), entre otras ciudades. Militantes antirrégimen han colgado vídeos en Internet, presuntamente grabados hoy, que muestran calles vacías y comercios cerrados.
La temporada turística, por otro lado, está en punto muerto. El sector, floreciente en años anteriores, representa el 12% del PIB sirio y sus beneficios están en torno a los 6,5 millones de dólares. Da trabajo en torno al 11% de la mano de obra del país. Las ciudades históricas del país están hoy vacías, y los miles de trabajadores del sector buscan una alternativa.
Además, la burguesía y los comerciantes se arriesgan a que, si la situación se alarga, podrían cuestionarse su lealtad política, a falta de alternativas viables del régimen. "La economía siria va muy mal, y esto afecta a toda la población, pero especialmente a la gente dedicada al comercio, la industria y el turismo", explica Lahcen Achy, experto económico en el centro Carnegie Middle East Center de Beirut.