Libia: Continúan ataques aéreos en Trípoli
TRÍPOLI, Agencias
La capital libia continuó siendo el objetivo de los ataques aéreos de la OTAN el sábado y el domingo, con la entrada en acción de helicópteros de combate británicos y franceses, mientras se esperaba la llegada de un emisario ruso a Libia el lunes por la noche.
Helicópteros británicos Apache, que intervinieron por primera vez en la noche del viernes, realizaron el sábado un nuevo ataque cerca de Brega, la posición más al este de las fuerzas pro Gadafi, y destruyeron un lanzacohetes, informó este domingo el ministerio de Defensa británico.
Paralelamente, aviones de combate Tornado del ejército británico participaron en un “vasto ataque”, junto a otros aparatos de la OTAN, contra un depósito de misiles antiaéreos en Trípoli, agregó el ministerio.
Varias explosiones se escucharon este sábado por la tarde, en las primeras horas del domingo y más tarde al mediodía en Trípoli, especialmente en Tajura, un suburbio del este, según un periodista de la AFP y testigos.
En la noche del viernes, helicópteros de combate franceses y británicos entraron por primera vez en combate, en el marco de las operaciones internacionales dirigidas desde el 31 de marzo por la OTAN para proteger a los civiles de la violencia del régimen del coronel Muamar Gadafi.
Helicópteros Apache atacaron una instalación radar y un puesto de control militar situados cerca de Brega.
Al mismo tiempo, helicópteros franceses Tigre y Gazelle destruyeron “una veintena de objetivos, entre ellos una quincena de vehículos militares”, informó el ejército francés.
La OTAN informó este domingo haber destruido un depósito de misiles antiaéreos cerca de Trípoli, así como un puesto de mando y una instalación militar en la región de la capital, en los ataques realizados el sábado.
Los helicópteros de combate son más flexibles, mejor adaptados para reparar a las tropas enemigas y sus equipos, a menudo escondidos en zonas habitadas, y más precisos que los aviones que vuelan a mayor altitud, pese a que ello también supone una mayor exposición ante los enemigos.
En el plano diplomático, la rebelión se marcó de nuevo un tanto con la visita el sábado del ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, a Bengasi, feudo de la rebelión, en el este del país.
“La razón principal” de esta visita “es que queremos demostrar nuestro apoyo al pueblo libio y al Consejo Nacional de Transición, el representante legítimo del pueblo libio”, declaró Hague.
En los últimos días, los rebeldes siguieron intentando obtener un mayor reconocimiento internacional.
China anunció el viernes que su embajador en Doha se había entrevistado en estos últimos días con el presidente del CNT y Moscú anunció el sábado que un enviado del presidente Dimitri Medvedev, Mijail Marguelov, viajará el lunes a Libia para entrevistarse con “representantes de la oposición y de otras fuerzas políticas en Bengasi”.
China y Rusia, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y tradicionalmente opuestos a cualquier injerencia en los asuntos de otros países, optaron en marzo pasado por no vetar la resolución que permitió el inicio de los bombardeos
Desde el inicio de la rebelión, iniciada a mediados de febrero, la represión del movimiento causó entre “10.000 y 15.000 muertos” y obligó a huir a 890.000 personas, según los datos de la ONU.
La capital libia continuó siendo el objetivo de los ataques aéreos de la OTAN el sábado y el domingo, con la entrada en acción de helicópteros de combate británicos y franceses, mientras se esperaba la llegada de un emisario ruso a Libia el lunes por la noche.
Helicópteros británicos Apache, que intervinieron por primera vez en la noche del viernes, realizaron el sábado un nuevo ataque cerca de Brega, la posición más al este de las fuerzas pro Gadafi, y destruyeron un lanzacohetes, informó este domingo el ministerio de Defensa británico.
Paralelamente, aviones de combate Tornado del ejército británico participaron en un “vasto ataque”, junto a otros aparatos de la OTAN, contra un depósito de misiles antiaéreos en Trípoli, agregó el ministerio.
Varias explosiones se escucharon este sábado por la tarde, en las primeras horas del domingo y más tarde al mediodía en Trípoli, especialmente en Tajura, un suburbio del este, según un periodista de la AFP y testigos.
En la noche del viernes, helicópteros de combate franceses y británicos entraron por primera vez en combate, en el marco de las operaciones internacionales dirigidas desde el 31 de marzo por la OTAN para proteger a los civiles de la violencia del régimen del coronel Muamar Gadafi.
Helicópteros Apache atacaron una instalación radar y un puesto de control militar situados cerca de Brega.
Al mismo tiempo, helicópteros franceses Tigre y Gazelle destruyeron “una veintena de objetivos, entre ellos una quincena de vehículos militares”, informó el ejército francés.
La OTAN informó este domingo haber destruido un depósito de misiles antiaéreos cerca de Trípoli, así como un puesto de mando y una instalación militar en la región de la capital, en los ataques realizados el sábado.
Los helicópteros de combate son más flexibles, mejor adaptados para reparar a las tropas enemigas y sus equipos, a menudo escondidos en zonas habitadas, y más precisos que los aviones que vuelan a mayor altitud, pese a que ello también supone una mayor exposición ante los enemigos.
En el plano diplomático, la rebelión se marcó de nuevo un tanto con la visita el sábado del ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, a Bengasi, feudo de la rebelión, en el este del país.
“La razón principal” de esta visita “es que queremos demostrar nuestro apoyo al pueblo libio y al Consejo Nacional de Transición, el representante legítimo del pueblo libio”, declaró Hague.
En los últimos días, los rebeldes siguieron intentando obtener un mayor reconocimiento internacional.
China anunció el viernes que su embajador en Doha se había entrevistado en estos últimos días con el presidente del CNT y Moscú anunció el sábado que un enviado del presidente Dimitri Medvedev, Mijail Marguelov, viajará el lunes a Libia para entrevistarse con “representantes de la oposición y de otras fuerzas políticas en Bengasi”.
China y Rusia, ambos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y tradicionalmente opuestos a cualquier injerencia en los asuntos de otros países, optaron en marzo pasado por no vetar la resolución que permitió el inicio de los bombardeos
Desde el inicio de la rebelión, iniciada a mediados de febrero, la represión del movimiento causó entre “10.000 y 15.000 muertos” y obligó a huir a 890.000 personas, según los datos de la ONU.