Líbano forma nuevo gobierno, dominado por partidarios de Hezbolá
Libano, Agencias
Tras cinco meses de arduas negociaciones, Líbano se dotó este lunes de un nuevo gobierno dominado por el potente partido chiita Hezbolá y sus aliados, que cuentan con el apoyo de Siria e Irán.
Hezbolá y sus aliados, entre ellos el cristiano Michel Aun, ocupan 19 de las 30 carteras del Gobierno.
Las 11 carteras restantes fueron repartidas entre partidarios del presidente de la República, Michel Suleiman; del nuevo primer ministro, Najib Mikati, y del líder druso, Walid Jumblatt.
De los 19 puestos de la coalición de Hezbolá (entre ellos Justicia, Defensa y Relaciones Exteriores), dos son para el partido chiita y los otros 17 para sus aliados.
El presidente sirio, Bashar Al Asad, que enfrenta un movimiento sin precedentes contra su régimen, felicitó inmediatamente a Líbano, donde la antigua potencia tutelar sigue ejerciendo su influencia a través de Hezbolá.
El nuevo gabinete fue boicoteado por los partidarios del ex primer ministro, el pro occidental Saad Hariri, quien ahora se quedó en minoría en el Parlamento.
"Ya estén en el poder o en la oposición, es el gobierno de todos (...) Este gobierno será el de todo Líbano, y trabajará para todos los libaneses", afirmó Mikati.
"Hemos superado los obstáculos y vamos a ponernos a trabajar inmediatamente", añadió.
Las negociaciones continuaron hasta el último minuto, ya que Hezbolá no aprobaba los nombres propuestos por Mikati.
Poco después de anunciarse la composición del ejecutivo, un aliado del partido chiita, el diputado druso Talal Arslan, dio la sorpresa al presentar su dimisión.
El diputado mostró su desacuerdo por no haber recibido una cartera soberana, y acusó al primer ministro, sunita, de tratar a las minorías religiosas de forma "inapropiada".
El sistema libanés está basado en cuotas comunitarias para garantizar un delicado equilibrio entre las 18 confesiones cristianas y musulmanas del país.
El 12 de enero, Hezbolá y sus aliados habían retirado sus ministros del gobierno de unión de Saad Hariri, en medio de tensiones relacionadas con el tribunal de la ONU encargado de investigar el asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri, padre de Saad.
El partido chiita, que espera ser acusado de ese asesinato por el Tribunal Especial para Líbano (TSL), pidió a Hariri en vano que desautorizara esta instancia.
Aunque fue nombrado gracias a los diputados aliados de Hezbolá, Mikati rechazó desde el comienzo presentarse como "el hombre del Hezbolá", mostrando su autonomía política frente a las presiones.
Mikati se negó a comprometerse con Hezbolá a propósito del TSL.
El tribunal será uno de los principales desafíos del nuevo gobierno, ya que el acta de acusación se espera este año.
No obstante, los partidarios de Hezbolá disponen de la cartera clave de Justicia.
El nuevo ejecutivo no incluye ninguna mujer. En el gabinete anterior, una ministra era titular de la cartera de Finanzas.
El nuevo ministro de Relaciones Exteriores, el chiita Adnan Mansur, fue en el pasado embajador en Irán.
Tras cinco meses de arduas negociaciones, Líbano se dotó este lunes de un nuevo gobierno dominado por el potente partido chiita Hezbolá y sus aliados, que cuentan con el apoyo de Siria e Irán.
Hezbolá y sus aliados, entre ellos el cristiano Michel Aun, ocupan 19 de las 30 carteras del Gobierno.
Las 11 carteras restantes fueron repartidas entre partidarios del presidente de la República, Michel Suleiman; del nuevo primer ministro, Najib Mikati, y del líder druso, Walid Jumblatt.
De los 19 puestos de la coalición de Hezbolá (entre ellos Justicia, Defensa y Relaciones Exteriores), dos son para el partido chiita y los otros 17 para sus aliados.
El presidente sirio, Bashar Al Asad, que enfrenta un movimiento sin precedentes contra su régimen, felicitó inmediatamente a Líbano, donde la antigua potencia tutelar sigue ejerciendo su influencia a través de Hezbolá.
El nuevo gabinete fue boicoteado por los partidarios del ex primer ministro, el pro occidental Saad Hariri, quien ahora se quedó en minoría en el Parlamento.
"Ya estén en el poder o en la oposición, es el gobierno de todos (...) Este gobierno será el de todo Líbano, y trabajará para todos los libaneses", afirmó Mikati.
"Hemos superado los obstáculos y vamos a ponernos a trabajar inmediatamente", añadió.
Las negociaciones continuaron hasta el último minuto, ya que Hezbolá no aprobaba los nombres propuestos por Mikati.
Poco después de anunciarse la composición del ejecutivo, un aliado del partido chiita, el diputado druso Talal Arslan, dio la sorpresa al presentar su dimisión.
El diputado mostró su desacuerdo por no haber recibido una cartera soberana, y acusó al primer ministro, sunita, de tratar a las minorías religiosas de forma "inapropiada".
El sistema libanés está basado en cuotas comunitarias para garantizar un delicado equilibrio entre las 18 confesiones cristianas y musulmanas del país.
El 12 de enero, Hezbolá y sus aliados habían retirado sus ministros del gobierno de unión de Saad Hariri, en medio de tensiones relacionadas con el tribunal de la ONU encargado de investigar el asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri, padre de Saad.
El partido chiita, que espera ser acusado de ese asesinato por el Tribunal Especial para Líbano (TSL), pidió a Hariri en vano que desautorizara esta instancia.
Aunque fue nombrado gracias a los diputados aliados de Hezbolá, Mikati rechazó desde el comienzo presentarse como "el hombre del Hezbolá", mostrando su autonomía política frente a las presiones.
Mikati se negó a comprometerse con Hezbolá a propósito del TSL.
El tribunal será uno de los principales desafíos del nuevo gobierno, ya que el acta de acusación se espera este año.
No obstante, los partidarios de Hezbolá disponen de la cartera clave de Justicia.
El nuevo ejecutivo no incluye ninguna mujer. En el gabinete anterior, una ministra era titular de la cartera de Finanzas.
El nuevo ministro de Relaciones Exteriores, el chiita Adnan Mansur, fue en el pasado embajador en Irán.