La batalla electoral de Argentina también se mide en colores
Buenos Aires, Agencias
La asignación de colores para las boletas que presentará cada partido en los comicios generales de octubre próximo desató una batalla política inédita en Argentina, donde los partidos apelaron a sus mejores argumentos para conseguir el tono deseado.
Las fervorosas negociaciones que suelen anticipar cada contienda electoral no se debieron esta vez a la definición de candidatos o a las estrategias partidarias, sino a la puja por el azul, rojo y verde, los más solicitados por las agrupaciones políticas, según consta en el fallo de la justicia electoral que definió la asignación de colores.
La jueza federal María Servini de Cubría, a cargo de los procesos electorales, convocó incluso a los apoderados de los partidos políticos a varias audiencias en los últimos días para dirimir la adjudicación de los tonos en las papeletas de las elecciones del próximo 23 de octubre.
Es que las agrupaciones argentinas debieron elegir por primera vez colores para sus boletas, de acuerdo con lo que establece la reforma electoral aprobada en 2009 por el Parlamento.
Así, el gobernante Frente para la Victoria, fracción del Partido Justicialista (PJ, peronista), ganó el pulso frente al peronismo disidente al ser habilitado por la justicia electoral a emplear el azul al que aspiraban ambas fuerzas.
El candidato del peronismo disidente Alberto Rodríguez Saá deberá conformarse con una combinación de celeste con matices rosados, mientras que a su rival en el mismo espacio, el expresidente Eduardo Duhalde (2002-2003), le adjudicaron una llamativa conjunción de fucsia y verde.
Por su parte, la centenaria Unión Cívica Radical (UCR) logró apoderarse del rojo y blanco que domina el escudo del partido luego de entablar arduas negociaciones con el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, que accedió a usar otro tono rojizo al que pedía inicialmente.
"El color de las boletas es un elemento claramente identificador. Es mas fácil que le sugieran a un elector votar un color que un número de boleta", como sucedía antes de la reforma electoral, explicó a Efe el analista Jorge Arias, de la consultora Polilat.
La fuerza de centroderecha Propuesta Republicana (PRO), liderada por el alcalde porteño, Mauricio Macri, obtuvo el amarillo que domina en sus afiches, mientras que el Frente Amplio Progresista, de centroizquierda, llevará en sus boletas una combinación de naranja y azul, indica el fallo de la justicia electoral divulgado esta semana.
El izquierdista Proyecto Sur logró adjudicarse el verde, mientras que a la centrista Coalición Cívica le fue asignada una combinación de verde y azul.
Para Arias, la combinación de colores puede "complicar" a los electores para la identificación de partidos, aunque la incorporación de fotos de los candidatos en las boletas puede ayudar en la tarea de los votantes.
Tampoco faltarán aquellos "partidos chicos" que buscarán "una ventaja electoral con colores similares a los de las grandes agrupaciones", pronosticó.
"Por ejemplo, en la ciudad de Rosario, ocurrió en una elección de años atrás que un candidato a concejal llamado Bermúdez logró ser electo por tener el mismo apellido que el candidato del peronismo", recordó el analista.
Para evitar confusiones, la jueza sostuvo en el fallo que debe existir "en forma clara, una diversidad entre los colores a presentar por las agrupaciones políticas para sus modelos de boleta".
Los tonos asignados a las boletas serán seguramente los mismos que emplearán las agrupaciones para los afiches, folletos y propaganda partidaria, coinciden los analistas.
La adjudicación de colores se concretó en medio de la campaña con miras a las elecciones generales, para las que la presidenta argentina, Cristina Fernández, que optará a la reelección, figura como favorita frente a una oposición dividida en varios frentes.
La asignación de colores para las boletas que presentará cada partido en los comicios generales de octubre próximo desató una batalla política inédita en Argentina, donde los partidos apelaron a sus mejores argumentos para conseguir el tono deseado.
Las fervorosas negociaciones que suelen anticipar cada contienda electoral no se debieron esta vez a la definición de candidatos o a las estrategias partidarias, sino a la puja por el azul, rojo y verde, los más solicitados por las agrupaciones políticas, según consta en el fallo de la justicia electoral que definió la asignación de colores.
La jueza federal María Servini de Cubría, a cargo de los procesos electorales, convocó incluso a los apoderados de los partidos políticos a varias audiencias en los últimos días para dirimir la adjudicación de los tonos en las papeletas de las elecciones del próximo 23 de octubre.
Es que las agrupaciones argentinas debieron elegir por primera vez colores para sus boletas, de acuerdo con lo que establece la reforma electoral aprobada en 2009 por el Parlamento.
Así, el gobernante Frente para la Victoria, fracción del Partido Justicialista (PJ, peronista), ganó el pulso frente al peronismo disidente al ser habilitado por la justicia electoral a emplear el azul al que aspiraban ambas fuerzas.
El candidato del peronismo disidente Alberto Rodríguez Saá deberá conformarse con una combinación de celeste con matices rosados, mientras que a su rival en el mismo espacio, el expresidente Eduardo Duhalde (2002-2003), le adjudicaron una llamativa conjunción de fucsia y verde.
Por su parte, la centenaria Unión Cívica Radical (UCR) logró apoderarse del rojo y blanco que domina el escudo del partido luego de entablar arduas negociaciones con el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, que accedió a usar otro tono rojizo al que pedía inicialmente.
"El color de las boletas es un elemento claramente identificador. Es mas fácil que le sugieran a un elector votar un color que un número de boleta", como sucedía antes de la reforma electoral, explicó a Efe el analista Jorge Arias, de la consultora Polilat.
La fuerza de centroderecha Propuesta Republicana (PRO), liderada por el alcalde porteño, Mauricio Macri, obtuvo el amarillo que domina en sus afiches, mientras que el Frente Amplio Progresista, de centroizquierda, llevará en sus boletas una combinación de naranja y azul, indica el fallo de la justicia electoral divulgado esta semana.
El izquierdista Proyecto Sur logró adjudicarse el verde, mientras que a la centrista Coalición Cívica le fue asignada una combinación de verde y azul.
Para Arias, la combinación de colores puede "complicar" a los electores para la identificación de partidos, aunque la incorporación de fotos de los candidatos en las boletas puede ayudar en la tarea de los votantes.
Tampoco faltarán aquellos "partidos chicos" que buscarán "una ventaja electoral con colores similares a los de las grandes agrupaciones", pronosticó.
"Por ejemplo, en la ciudad de Rosario, ocurrió en una elección de años atrás que un candidato a concejal llamado Bermúdez logró ser electo por tener el mismo apellido que el candidato del peronismo", recordó el analista.
Para evitar confusiones, la jueza sostuvo en el fallo que debe existir "en forma clara, una diversidad entre los colores a presentar por las agrupaciones políticas para sus modelos de boleta".
Los tonos asignados a las boletas serán seguramente los mismos que emplearán las agrupaciones para los afiches, folletos y propaganda partidaria, coinciden los analistas.
La adjudicación de colores se concretó en medio de la campaña con miras a las elecciones generales, para las que la presidenta argentina, Cristina Fernández, que optará a la reelección, figura como favorita frente a una oposición dividida en varios frentes.