España: Zapatero defiende su legado frente a la exigencia de elecciones de Rajoy
El líder de la oposición acusa a Zapatero de haber perdido la confianza de los españoles y de los mercados. "¿Hasta cuándo vamos a prolongar este calvario?", se ha preguntado. Zapatero a Rajoy: "Además de pedir elecciones, ¿qué?"
Madrid, El País
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, se enzarzaron ayer en un debate, subido de tono en algunos momentos, sobre las cifras de la crisis económica y la convocatoria de elecciones anticipadas. Mientras el presidente del PP ha pedido ir a las urnas ya "porque el tiempo apremia", Zapatero ha defendido su legado político y ha acusado a su oponente de no tener propuestas más allá del adelanto electoral y ha pedido un cambio de modelo para España. Zapatero y Rajoy han presentado dos mundos antagónicos, en donde solo coincide la crisis. Ha sido el último cara a cara en el debate del estado de la nación, toda vez que el presidente del Gobierno no se presentará como cabeza de lista a las próximas elecciones.
Hubo que esperar a la tarde para que el debate, igual que la temperatura agobiante del exterior, se calentara. Por la mañana, el día había comenzado con el discurso del presidente del Gobierno (el último que realiza con este formato), con el que se ha abierto el debate del estado de la nación. Fue un balance optimista de las reformas emprendidas por el Gobierno para salir de la crisis económica, en el que Zapatero aseguró que esa salida depende fundamentalmente de la creación de empleo. El presidente apenas hizo anuncios concretos, aunque prometió una reforma de los créditos hipotecarios en favor de los usuarios y un tope de gasto para las comunidades autónomas, como el de la Administración central. También anunció que el Gobierno seguirá adelante con los 36 proyectos de ley que tiene en tramitación. Además, el jefe del Ejecutivo reclamó consenso para sacar adelante la renovación de los magistrados del Tribunal Constitucional.
Zapatero centró casi todo su discurso en la crisis económica, a la que ha tildado de "desafío". "En su dimensión internacional, entraña un desafío para la posibilidad misma de una globalización ordenada y justa", afirmó. Además, varias de las propuestas que hizo han estado estado dirigidas a los indignados del Movimiento 15-M, a los que dedicó varios guiños en su intervención. "Forman parte de la fisiología y no de la patología de nuestro modelo de convivencia", afirmó. "Y reivindican el valor de la política".
Se esperaba la respuesta del líder de la oposición, y esta llegó a partir de las cuatro de la tarde. La petición de adelantar las elecciones generales, eje de su discurso, ya la había apuntado Soraya Sáez de Santamaría en declaraciones a los periodistas por la mañana. Mariano Rajoy se mostró duro, muy crítico con la labor del Gobierno desde el inicio de la crisis, y con lo realizado por este en los últimos 12 meses. Fue una intervención, la de Rajoy, marcada por la machacona petición de adelanto de las elecciones por una parte, y por resaltar las pésimas cifras económicas de este Gobierno, que han llevado a España a una situación muy difícil. No ha hubo, eso sí, ninguna propuesta concreta ni adelanto de lo que hará si llega al Gobierno. Sí dejó, sin embargo, una alusión a la presencia de Bildu en las instituciones de Euskadi: "Han vuelto la intimidación, la chulería y el desprecio a la ley en los ayuntamientos e instituciones vascas. Insto al Gobierno a que permanezca muy vigilante. Los demócratas no les vamos a pasar ni una chulería".
Entrando de lleno en la intervención de Rajoy, las urnas han estado presentes desde el principio en el discurso y han servido para que Rajoy dejara algunas de sus frases más llamativas: "¿Hemos de prolongar este calvario o adelantar las elecciones?", se preguntó. "Ni su pasado le avala ni cuenta con la confianza indispensable. Cuatro meses servirán para dejar las cosas peores", le dijo al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Y ha sentenciado: "El tiempo apremia".
El líder popular ha resaltado durante su discurso que "la confianza se renueva en las urnas, y España merece un Gobierno que traiga confianza nueva" ."Se puede hacer y tenemos la obligación moral de hacerlo", ha asegurado. A partir de ahí, sacó la libreta y comenzó a presentar las cifras de la crisis, las que le sirven para pedir un adelanto de las elecciones. Y empezó con los parados, 4.900.000 frente a los 4.600.000 del año pasado. O el paro juvenil, que ha alcanzado el 45% frente al 42% de 2010. También la deuda pública, que llega ya al 67%, lo que se traduce en 730.000 millones de euros. Y más datos: han desaparecido 300.000 trabajadores autónomos, 150.000 empresas, los sueldos de los empleados públicos y las pensiones se han congelado... Y algo de lo que tanto se habla en las últimas semanas: la prima de riesgo, que hoy estaba en 277 puntos, 88 más que hace un año. "Estas son las cifras: somos más pobres, más endeudados y estamos más lejos de los países punteros de Europa".
Rajoy hizo alusión a las promesas del presidente del Gobierno y a las perspectivas halagüeñas que hacía que no se han cumplido. "Su excusa favorita es culpar a la crisis internacional", dijo, para subrayar a continuación, con una de las frases más llamativas de su discurso, que "hemos pasado de codearnos con los mejores al furgón de cola de los más tristes". También aseguró que las reformas "son necesarias", pero el Gobierno de Zapatero "no las va a realizar".
Otro de los ejes del discurso del líder del PP fue culpar al Gobierno por la falta de confianza que genera, algo que ha repetido luego en sus turnos de réplica. "No le queda crédito ni para repartir promesas o sembrar esperanzas", dijo. Y le espetó al presidente: "La confianza es indispensable para la imagen exterior. Zapatero no la tiene, ni de los mercados ni de los españoles". Y la necesidad de las reformas "que son necesarias, pero hay que hacerlas de verdad".
Los años del ladrillo
La primera réplica de Zapatero elevó el tono del debate, al introducir el modelo económico fomentado por el Ejecutivo de José María Aznar durante sus años en el Gobierno, basado en el ladrillo, y acusó a Rajoy de algo que ha venido repitiendo durante los últimos meses: " Además de pedir elecciones, qué", dijo. "Además de eso, nada de nada", añadió Zapatero. "No parece muy difícil pedir elecciones, pero sí es difícil presentar alguna idea alternativa, algún programa, alguna reforma, alguna concreción, aquí, ante los españoles, sobre cuáles son sus posiciones", afirmó el presidente del Gobierno, acusando directamente a Rajoy.
Luego justificó la situación de España en el contexto de la crisis y afirmó que la postura crítica del PP y sus continuos ataques son consecuencia de "un juicio inexacto y deliberado sobre las circunstancias que nos ha tocado afrontar sobre esta crisis económica."
El presidente del Gobierno acusó a Rajoy de instalarse en la indefinición y de "no tener criterio sobre qué reformas quiere", y respondió a algunas de las cuestiones que había planteado el líder del PP: "Se ha permitido decir para cuándo [van a ser] las medidas fiscales de las pymes, y usted o no se ha enterado o no lo sabe. Hemos tomado ayudas fiscales de ayudas a las pymes, aprobación de la devolución mensual del IVA para favorecer la liquidez y en abril de 2010 se simplificaron los requisitos para cobrar créditos improbables".
También aludió a la deuda española, recordando que parte de ella tiene responsabilidad el Gobierno del PP y el modelo económico basado en el ladrillo: "Usted sabe que el problema fundamental es el endeudamiento del sector privado acumulado desde 1996, un endeudamiento que ha comprometido a las entidades financieras. Los españoles deben saber que el endeudamiento del sector privado está directísimamente relacionado con un fenómeno de la economía española [en ese momento ha mostrado un gráfico] de un crecimiento permanente de la inversión en vivienda y en endeudamiento, y al mismo tiempo nuestra productividad caía permanentemente en relación con Europa.".
Zapatero también defendió que "el Gobierno del Estado sigue a rajatabla el cumplimiento del déficit público" y destacó como "imprescindible" la reforma del sistema financiero,"y la hemos hecho, la mayor reforma del sistema financiero en apenas dos años, y ahora no la apoya". Y siguió atacando a Rajoy a cuenta de las otras reformas: "Sabe que la reforma laboral era necesaria y no la apoyó, sabe que la reforma de la negociación colectiva y de las pensiones son imprescindibles, no las apoyó y las hemos hecho. Ni esa ni ninguna de las reformas [apoyó]. Usted es el perfecto perro del hortelano, ni apoya ni propone nada".
"Lo he visto de los nervios"
En su primer turno de réplica, Rajoy entró directamente al trapo, elevando el tono y acudiendo al sarcasmo: “Lo he visto de los nervios y no me extraña”, ha asegurado el líder del PP. Y se arrancó a continuación con una retahíla de datos sobre el desempleo para ilustrar cómo este se ha disparado.
Rajoy quiso contradecir a Zapatero y aseguró que el Gobierno ha tenido apoyo del principal partido de la oposición en “las medidas que le parecían buenas para España, no en las que no lo eran”, para espetarle más tarde: “¿De qué presume usted?” “¡Pero no le da vergüenza presumir de comparación con Europa!”. El líder de la oposición terminó su intervención exigiendo, por enésima vez, elecciones anticipadas: “Sus excusas, justificaciones, no sirven ya, deje que la gente pueda opinar”.
Tras esto, Zapatero, en su segundo turno de réplica, pidió a Rajoy posturas concretas. "Usted es el líder del PP", dijo, y le preguntó: "¿Qué opina sobre la ultraactividad de los convenios, sobre la contratación temporal y cuál debe ser la indemnización por despido en nuestro país", para continuar: "Esto es lo que hay que decir: temas sobre la realidad", instando a Rajoy a no quedarse en el simple ataque al Gobierno.
Reflexionando sobre las dificultades que atraviesa la UE y la zona euro como consecuencia de los rescates a Grecia, Irlanda y Portugal, Zapatero aseguró que el diferencial "está en unos términos razonables en relación con el bono alemán". Y añadió que, con los datos de Eurostat, "seguimos por encima de la media de la UE, por delante de Italia".
Luego habló de la política social. "Nunca pensé que contaría con su apoyo porque era una decisión difícil", dijo sobre el recorte del 5% a los funcionarios. Para proseguir: "En políticas sociales y derechos sociales, este Gobierno ha sido el que más ha extendido los derechos sociales: no había derechos a la dependencia y [ahora] lo hay, no había derecho a la paternidad y lo hay. No había un derecho a las becas. Es probable que aunque usted fue ministro del ramo ni se acuerda ni se enteró. Ya no está en función del dinero que se dedique, hay unos umbrales fijados de antemano y todos los que están en ese umbral tiene derecho a la beca y antes no".
Zapatero volvió a introducir el modelo económico que propone al preguntarse: "¿Es una buena herencia que la productividad de la economía española creciera un 0,2% entre el 96 y 2004, cuando otros países europeos lo hacían por encima. No, no es una buena herencia, muy baja productividad y mucho ladrillo, esa fue la herencia que recibimos", se respondió. Y pasó a enumerar algunas cifras sobre el Gobierno de Aznar: "Si a usted le parece una buena herencia que la inversión en vivienda creciera el doble que la media europea y el endeudamiento también creciera el doble… No es una buena herencia, generó empleo desde la burbuja inmobiliaria. Era empleo ficticio". Aunque también ha asumido su parte de culpa: "Si me arrepiento de algo es de no haber pinchado antes la burbuja inmobiliaria, que hizo que se multiplicara por ocho el endeudamiento de las familias".
El jefe del Ejecutivo aseguró que intentó cambiar la ley del suelo para modificar "ese modelo de desarrollo" del ladrillo, que generaba que "el precio de la vivienda se duplicara, que los ciudadanos duplicaran o cuadriplicaran su endeudamiento para comprar una vivienda".
El presidente siguió dando más datos de la época del Gobierno de Aznar en este turno de intervención: "El endeudamiento de los hogares relacionado con la vivienda se multiplicó por dos. El 70% de la destrucción de empleo proviene de que las viviendas que construimos en 10 años las teníamos que haber construido en 20".
Luego se refirió a los problemas actuales: "Lo que nos importa, pensando en los ciudadanos, es la tasa de paro, que siempre lo he reconocido inasumible". Y enumeró las condiciones para ese cambio de modelo: "Favorecer la creación de más empresas, la formación para la ocupación... Tenemos que hacer crecer el sector industrial, las exportaciones. Tenemos que tener un sistema laboral más flexible, para eso hemos hecho las reformas, también del sistema financiero y de las pensiones. Usted lo sabe y no ha hecho nada".
El presidente terminó su segundo turno de réplica pidiendo a Rajoy que aportase "confianza, credibilidad y solvencia, en la medida en que esté en su ámbito de responsabilidad, si puede, Veo muy difícil que usted presente un programa, pero respete usted mi decisión sobre la fecha electoral", concluyó.
Madrid, El País
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, se enzarzaron ayer en un debate, subido de tono en algunos momentos, sobre las cifras de la crisis económica y la convocatoria de elecciones anticipadas. Mientras el presidente del PP ha pedido ir a las urnas ya "porque el tiempo apremia", Zapatero ha defendido su legado político y ha acusado a su oponente de no tener propuestas más allá del adelanto electoral y ha pedido un cambio de modelo para España. Zapatero y Rajoy han presentado dos mundos antagónicos, en donde solo coincide la crisis. Ha sido el último cara a cara en el debate del estado de la nación, toda vez que el presidente del Gobierno no se presentará como cabeza de lista a las próximas elecciones.
Hubo que esperar a la tarde para que el debate, igual que la temperatura agobiante del exterior, se calentara. Por la mañana, el día había comenzado con el discurso del presidente del Gobierno (el último que realiza con este formato), con el que se ha abierto el debate del estado de la nación. Fue un balance optimista de las reformas emprendidas por el Gobierno para salir de la crisis económica, en el que Zapatero aseguró que esa salida depende fundamentalmente de la creación de empleo. El presidente apenas hizo anuncios concretos, aunque prometió una reforma de los créditos hipotecarios en favor de los usuarios y un tope de gasto para las comunidades autónomas, como el de la Administración central. También anunció que el Gobierno seguirá adelante con los 36 proyectos de ley que tiene en tramitación. Además, el jefe del Ejecutivo reclamó consenso para sacar adelante la renovación de los magistrados del Tribunal Constitucional.
Zapatero centró casi todo su discurso en la crisis económica, a la que ha tildado de "desafío". "En su dimensión internacional, entraña un desafío para la posibilidad misma de una globalización ordenada y justa", afirmó. Además, varias de las propuestas que hizo han estado estado dirigidas a los indignados del Movimiento 15-M, a los que dedicó varios guiños en su intervención. "Forman parte de la fisiología y no de la patología de nuestro modelo de convivencia", afirmó. "Y reivindican el valor de la política".
Se esperaba la respuesta del líder de la oposición, y esta llegó a partir de las cuatro de la tarde. La petición de adelantar las elecciones generales, eje de su discurso, ya la había apuntado Soraya Sáez de Santamaría en declaraciones a los periodistas por la mañana. Mariano Rajoy se mostró duro, muy crítico con la labor del Gobierno desde el inicio de la crisis, y con lo realizado por este en los últimos 12 meses. Fue una intervención, la de Rajoy, marcada por la machacona petición de adelanto de las elecciones por una parte, y por resaltar las pésimas cifras económicas de este Gobierno, que han llevado a España a una situación muy difícil. No ha hubo, eso sí, ninguna propuesta concreta ni adelanto de lo que hará si llega al Gobierno. Sí dejó, sin embargo, una alusión a la presencia de Bildu en las instituciones de Euskadi: "Han vuelto la intimidación, la chulería y el desprecio a la ley en los ayuntamientos e instituciones vascas. Insto al Gobierno a que permanezca muy vigilante. Los demócratas no les vamos a pasar ni una chulería".
Entrando de lleno en la intervención de Rajoy, las urnas han estado presentes desde el principio en el discurso y han servido para que Rajoy dejara algunas de sus frases más llamativas: "¿Hemos de prolongar este calvario o adelantar las elecciones?", se preguntó. "Ni su pasado le avala ni cuenta con la confianza indispensable. Cuatro meses servirán para dejar las cosas peores", le dijo al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Y ha sentenciado: "El tiempo apremia".
El líder popular ha resaltado durante su discurso que "la confianza se renueva en las urnas, y España merece un Gobierno que traiga confianza nueva" ."Se puede hacer y tenemos la obligación moral de hacerlo", ha asegurado. A partir de ahí, sacó la libreta y comenzó a presentar las cifras de la crisis, las que le sirven para pedir un adelanto de las elecciones. Y empezó con los parados, 4.900.000 frente a los 4.600.000 del año pasado. O el paro juvenil, que ha alcanzado el 45% frente al 42% de 2010. También la deuda pública, que llega ya al 67%, lo que se traduce en 730.000 millones de euros. Y más datos: han desaparecido 300.000 trabajadores autónomos, 150.000 empresas, los sueldos de los empleados públicos y las pensiones se han congelado... Y algo de lo que tanto se habla en las últimas semanas: la prima de riesgo, que hoy estaba en 277 puntos, 88 más que hace un año. "Estas son las cifras: somos más pobres, más endeudados y estamos más lejos de los países punteros de Europa".
Rajoy hizo alusión a las promesas del presidente del Gobierno y a las perspectivas halagüeñas que hacía que no se han cumplido. "Su excusa favorita es culpar a la crisis internacional", dijo, para subrayar a continuación, con una de las frases más llamativas de su discurso, que "hemos pasado de codearnos con los mejores al furgón de cola de los más tristes". También aseguró que las reformas "son necesarias", pero el Gobierno de Zapatero "no las va a realizar".
Otro de los ejes del discurso del líder del PP fue culpar al Gobierno por la falta de confianza que genera, algo que ha repetido luego en sus turnos de réplica. "No le queda crédito ni para repartir promesas o sembrar esperanzas", dijo. Y le espetó al presidente: "La confianza es indispensable para la imagen exterior. Zapatero no la tiene, ni de los mercados ni de los españoles". Y la necesidad de las reformas "que son necesarias, pero hay que hacerlas de verdad".
Los años del ladrillo
La primera réplica de Zapatero elevó el tono del debate, al introducir el modelo económico fomentado por el Ejecutivo de José María Aznar durante sus años en el Gobierno, basado en el ladrillo, y acusó a Rajoy de algo que ha venido repitiendo durante los últimos meses: " Además de pedir elecciones, qué", dijo. "Además de eso, nada de nada", añadió Zapatero. "No parece muy difícil pedir elecciones, pero sí es difícil presentar alguna idea alternativa, algún programa, alguna reforma, alguna concreción, aquí, ante los españoles, sobre cuáles son sus posiciones", afirmó el presidente del Gobierno, acusando directamente a Rajoy.
Luego justificó la situación de España en el contexto de la crisis y afirmó que la postura crítica del PP y sus continuos ataques son consecuencia de "un juicio inexacto y deliberado sobre las circunstancias que nos ha tocado afrontar sobre esta crisis económica."
El presidente del Gobierno acusó a Rajoy de instalarse en la indefinición y de "no tener criterio sobre qué reformas quiere", y respondió a algunas de las cuestiones que había planteado el líder del PP: "Se ha permitido decir para cuándo [van a ser] las medidas fiscales de las pymes, y usted o no se ha enterado o no lo sabe. Hemos tomado ayudas fiscales de ayudas a las pymes, aprobación de la devolución mensual del IVA para favorecer la liquidez y en abril de 2010 se simplificaron los requisitos para cobrar créditos improbables".
También aludió a la deuda española, recordando que parte de ella tiene responsabilidad el Gobierno del PP y el modelo económico basado en el ladrillo: "Usted sabe que el problema fundamental es el endeudamiento del sector privado acumulado desde 1996, un endeudamiento que ha comprometido a las entidades financieras. Los españoles deben saber que el endeudamiento del sector privado está directísimamente relacionado con un fenómeno de la economía española [en ese momento ha mostrado un gráfico] de un crecimiento permanente de la inversión en vivienda y en endeudamiento, y al mismo tiempo nuestra productividad caía permanentemente en relación con Europa.".
Zapatero también defendió que "el Gobierno del Estado sigue a rajatabla el cumplimiento del déficit público" y destacó como "imprescindible" la reforma del sistema financiero,"y la hemos hecho, la mayor reforma del sistema financiero en apenas dos años, y ahora no la apoya". Y siguió atacando a Rajoy a cuenta de las otras reformas: "Sabe que la reforma laboral era necesaria y no la apoyó, sabe que la reforma de la negociación colectiva y de las pensiones son imprescindibles, no las apoyó y las hemos hecho. Ni esa ni ninguna de las reformas [apoyó]. Usted es el perfecto perro del hortelano, ni apoya ni propone nada".
"Lo he visto de los nervios"
En su primer turno de réplica, Rajoy entró directamente al trapo, elevando el tono y acudiendo al sarcasmo: “Lo he visto de los nervios y no me extraña”, ha asegurado el líder del PP. Y se arrancó a continuación con una retahíla de datos sobre el desempleo para ilustrar cómo este se ha disparado.
Rajoy quiso contradecir a Zapatero y aseguró que el Gobierno ha tenido apoyo del principal partido de la oposición en “las medidas que le parecían buenas para España, no en las que no lo eran”, para espetarle más tarde: “¿De qué presume usted?” “¡Pero no le da vergüenza presumir de comparación con Europa!”. El líder de la oposición terminó su intervención exigiendo, por enésima vez, elecciones anticipadas: “Sus excusas, justificaciones, no sirven ya, deje que la gente pueda opinar”.
Tras esto, Zapatero, en su segundo turno de réplica, pidió a Rajoy posturas concretas. "Usted es el líder del PP", dijo, y le preguntó: "¿Qué opina sobre la ultraactividad de los convenios, sobre la contratación temporal y cuál debe ser la indemnización por despido en nuestro país", para continuar: "Esto es lo que hay que decir: temas sobre la realidad", instando a Rajoy a no quedarse en el simple ataque al Gobierno.
Reflexionando sobre las dificultades que atraviesa la UE y la zona euro como consecuencia de los rescates a Grecia, Irlanda y Portugal, Zapatero aseguró que el diferencial "está en unos términos razonables en relación con el bono alemán". Y añadió que, con los datos de Eurostat, "seguimos por encima de la media de la UE, por delante de Italia".
Luego habló de la política social. "Nunca pensé que contaría con su apoyo porque era una decisión difícil", dijo sobre el recorte del 5% a los funcionarios. Para proseguir: "En políticas sociales y derechos sociales, este Gobierno ha sido el que más ha extendido los derechos sociales: no había derechos a la dependencia y [ahora] lo hay, no había derecho a la paternidad y lo hay. No había un derecho a las becas. Es probable que aunque usted fue ministro del ramo ni se acuerda ni se enteró. Ya no está en función del dinero que se dedique, hay unos umbrales fijados de antemano y todos los que están en ese umbral tiene derecho a la beca y antes no".
Zapatero volvió a introducir el modelo económico que propone al preguntarse: "¿Es una buena herencia que la productividad de la economía española creciera un 0,2% entre el 96 y 2004, cuando otros países europeos lo hacían por encima. No, no es una buena herencia, muy baja productividad y mucho ladrillo, esa fue la herencia que recibimos", se respondió. Y pasó a enumerar algunas cifras sobre el Gobierno de Aznar: "Si a usted le parece una buena herencia que la inversión en vivienda creciera el doble que la media europea y el endeudamiento también creciera el doble… No es una buena herencia, generó empleo desde la burbuja inmobiliaria. Era empleo ficticio". Aunque también ha asumido su parte de culpa: "Si me arrepiento de algo es de no haber pinchado antes la burbuja inmobiliaria, que hizo que se multiplicara por ocho el endeudamiento de las familias".
El jefe del Ejecutivo aseguró que intentó cambiar la ley del suelo para modificar "ese modelo de desarrollo" del ladrillo, que generaba que "el precio de la vivienda se duplicara, que los ciudadanos duplicaran o cuadriplicaran su endeudamiento para comprar una vivienda".
El presidente siguió dando más datos de la época del Gobierno de Aznar en este turno de intervención: "El endeudamiento de los hogares relacionado con la vivienda se multiplicó por dos. El 70% de la destrucción de empleo proviene de que las viviendas que construimos en 10 años las teníamos que haber construido en 20".
Luego se refirió a los problemas actuales: "Lo que nos importa, pensando en los ciudadanos, es la tasa de paro, que siempre lo he reconocido inasumible". Y enumeró las condiciones para ese cambio de modelo: "Favorecer la creación de más empresas, la formación para la ocupación... Tenemos que hacer crecer el sector industrial, las exportaciones. Tenemos que tener un sistema laboral más flexible, para eso hemos hecho las reformas, también del sistema financiero y de las pensiones. Usted lo sabe y no ha hecho nada".
El presidente terminó su segundo turno de réplica pidiendo a Rajoy que aportase "confianza, credibilidad y solvencia, en la medida en que esté en su ámbito de responsabilidad, si puede, Veo muy difícil que usted presente un programa, pero respete usted mi decisión sobre la fecha electoral", concluyó.
"Usted genera desconfianza"
El líder del PP contó con un último turno de intervención, en el que volvió a uno de los puntos de su primer discurso: “No es que la gente no genere confianza. Quien genera desconfianza son usted y su Gobierno, y es de lo que todavía no se ha dado cuenta”, insistió Rajoy, que también sacó a relucir su pertenencia a un Gobierno que creó “cuatro millones de empleos”.
Rajoy insistió en que las urgencias para que Zapatero adelante los comicios obedecen a necesidades generales. “Personalmente, no tengo prisa. La prisa la tienen los españoles”, subrayó, para añadir: “No puede pedir a la oposición que se asuma sus errores, no es democrático”. El presidente del PP, sin embargo, quiso acabar un debate duro lanzando un guante blanco a Zapatero en el terreno personal: “Mis mejores deseos para su futuro personal y familiar”.
Zapatero regresó por tercera vez a la tribuna para responder a Rajoy e insistió en que lo único que ha sacado en claro de las intervenciones de este ha sido “pedir elecciones. Sobre los problemas de España no ha dicho nada”. “Yo le he preguntado por la reforma laboral, por la negociación colectiva, por las pensiones.. Y no ha dicho nada”.
Luego hizo alusión a la Fundación FAES, que preside José María Aznar, “que preparan un documento sobre copago, y ahora lo niegan”.
Zapatero ha reconocido que para que la economía española gane en crecimiento tiene que ganar en productividad, en emprendedores y desarrollo. Por ello hizo un llamamiento: “Hay que intentar asumir que si hay un momento desde la transición en que el esfuerzo colectivo es imprescindible es ahora”.
En cuanto al trabajo realizado, quiso dejar el mensaje de que “ha sido año de reformas, un año difícil, hemos sentado bases para que la economía española sea más productiva, que aún no han arrojado resultados, pero que lo van a hacer en el futuro. Esa es la tarea que tengo como presidente".
Y cerró el debate con Rajoy del mismo modo que el presidente del PP, aunque con una apostilla: “Le deseo lo mismo que me ha deseado a mí, como es natural. Políticamente, permítame que no pueda”.
El líder del PP contó con un último turno de intervención, en el que volvió a uno de los puntos de su primer discurso: “No es que la gente no genere confianza. Quien genera desconfianza son usted y su Gobierno, y es de lo que todavía no se ha dado cuenta”, insistió Rajoy, que también sacó a relucir su pertenencia a un Gobierno que creó “cuatro millones de empleos”.
Rajoy insistió en que las urgencias para que Zapatero adelante los comicios obedecen a necesidades generales. “Personalmente, no tengo prisa. La prisa la tienen los españoles”, subrayó, para añadir: “No puede pedir a la oposición que se asuma sus errores, no es democrático”. El presidente del PP, sin embargo, quiso acabar un debate duro lanzando un guante blanco a Zapatero en el terreno personal: “Mis mejores deseos para su futuro personal y familiar”.
Zapatero regresó por tercera vez a la tribuna para responder a Rajoy e insistió en que lo único que ha sacado en claro de las intervenciones de este ha sido “pedir elecciones. Sobre los problemas de España no ha dicho nada”. “Yo le he preguntado por la reforma laboral, por la negociación colectiva, por las pensiones.. Y no ha dicho nada”.
Luego hizo alusión a la Fundación FAES, que preside José María Aznar, “que preparan un documento sobre copago, y ahora lo niegan”.
Zapatero ha reconocido que para que la economía española gane en crecimiento tiene que ganar en productividad, en emprendedores y desarrollo. Por ello hizo un llamamiento: “Hay que intentar asumir que si hay un momento desde la transición en que el esfuerzo colectivo es imprescindible es ahora”.
En cuanto al trabajo realizado, quiso dejar el mensaje de que “ha sido año de reformas, un año difícil, hemos sentado bases para que la economía española sea más productiva, que aún no han arrojado resultados, pero que lo van a hacer en el futuro. Esa es la tarea que tengo como presidente".
Y cerró el debate con Rajoy del mismo modo que el presidente del PP, aunque con una apostilla: “Le deseo lo mismo que me ha deseado a mí, como es natural. Políticamente, permítame que no pueda”.