El deceso de la esposa de Trigo devela más casos de negligencia

La Paz, Agencias
Con el deceso de Katia Victoria Rojas, esposa del ex superintendente de Bancos, Jacques Trigo, el centro médico particular Talentum Garden Clinic, de propiedad de Gonzalo Solís Claure, se encuentra en la mira de la opinión pública y las autoridades, porque supuestamente ésta es la tercera persona que falleció, luego de someterse a una operación de cirugía plástica.

Los casos de negligencia médica en el país se incrementaron y no sólo afectaron a familias humildes, sino también a personas con un estatus económico solvente.

Teresa Montaño, abogada de la familia Trigo, informó que, una vez interpuesta la querella, se espera que hasta hoy miércoles se asigne un fiscal para que se proceda a la declaración ratificatoria de la querella por parte del señor Jacques Trigo Loubiere.

“Según el procedimiento, posteriormente deben declarar los testigos de cargo, se tiene que convocar al doctor Gonzalo Solís Claure (denunciado) y en forma posterior se va a producir la inspección ocular, además de la reconstrucción de los hechos en la clínica”, explicó.

A la abogada Montaño también le tocó atender el caso de la señora Galindo de Jofré (esposa de Martín Jofré, músico de Loukass), quien falleció en la misma clínica, con tan sólo 22 años de edad. “Lógicamente (este caso) no fue a estrados judiciales porque se llegó a un acuerdo transaccional”, recordó la abogada.

“También estamos pidiendo que el Ministerio de Salud informe si la clínica tiene acreditación o no, porque lo que buscamos es que se la clausure, pues no llena los requisitos de infraestructura, de equipos, ni de planta de médicos; absolutamente nada”, aseguró Montaño.

Por su parte, Trigo reveló que recibió la llamada de una señora que se identificó como Jacqueline Vargas, quién le aseguró que su hija también murió en Talentum Garden Clinic, por lo que está dispuesta a declarar en los estrados judiciales para sentar el precedente.

Este nuevo caso de negligencia médica tiene sus antecedentes en el mes de abril de 2011, cuando la ahora fallecida decidió someterse a una liposucción y a una abdominoplastía, para lo cual acudió a la clínica de Gonzalo Solís Claure, donde ingresó luego de practicarse todos los exámenes que señalaban que ella estaba apta para la operación.

Según explicó el esposo de Katia Victoria Rojas, el cirujano plástico la convenció para que ella se practique otros tratamientos, con la finalidad de facturar más, pero lamentó que no se hayan tomado precauciones.

“Según la literatura médica, cuando una persona se hace una liposucción en diferentes partes del cuerpo, se producen complicaciones muy graves. En el caso de mi esposa, le extrajeron nueve litros de grasa y no cinco, como afirma el doctor Solís. Los médicos no sacan tanto, precisamente por las complicaciones”, justificó Trigo.

La gravedad del caso se hizo evidente en el período posoperatorio, cuando la esposa de Trigo comenzó a sentirse mal y no podía respirar, por lo que acudió al médico para ver qué era lo que sucedía.

Sin embargo, el doctor Solís simplemente le dijo que su malestar se debía al nerviosismo y que los dolores eran propios de las operaciones en la espalda y en el abdomen, por lo que para paliar el malestar sólo le recetó el tranquilizante Neuril y pastillas para dormir.

Katia Victoria Rojas soportó esa situación hasta el sábado 14 de mayo, cuando aproximadamente a las 23.00 pidió ser llevada a la clínica por su hija, pues el esposo se encontraba en Managua (Nicaragua), donde actualmente trabaja como consultor externo.

Frente a ese cuadro de situación, que se complicó entre el domingo y el martes, la hija, Moira Trigo, le planteó al médico llevarla a Chile, pero el propietario de la clínica le aseguró que todo estaba bien y que no había ningún problema.

Cuando la situación clínica de la paciente se complicó, la noche del martes 17 de mayo, Moira Trigo llamó a su padre, a Managua, para comunicarle lo que sucedía y éste, a su vez, llamó a su hermano Juan Carlos Trigo (neurocirujano) para que hable con Solís y le pregunte qué era lo que estaba pasando realmente.

“Mi hermano se comunicó con el doctor (Gonzalo Solís) y él le explicó que no había ningún problema y que todo estaba bien en las radiografías. O sea, encima de eso se ha dado el lujo de mentir, y esto es un daño tipificado de manera culposa”, señaló dolido Trigo.

Katia Victoria Rojas murió a las 02.38 de la madrugada del miércoles 18 de mayo, luego de haber permanecido más de tres días en la clínica, aparentemente sin los cuidados adecuados, pues según la denuncia, el centro médico no contaba con una Unidad de Terapia Intensiva (UTI) y tampoco se la llevó a otro centro médico donde pudieran salvarle la vida.

Cambio intentó, sin éxito, entrevistarse con el doctor Gonzalo Solís Claure, en la clínica de su propiedad, ubicada en la calle Los Álamos Nº 124 de la zona La Florida. Los empleados a cargo de la puerta señalaron que el galeno no acudió en todo el día y que en caso de no tener cita, él no recibía a nadie.

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