EEUU advierte de que Los Zetas buscan la "corrupción sistemática" de sus agentes
Washington, Agencias
Los carteles de la droga mexicanos, como "Los Zetas", buscan cada vez más la "corrupción sistemática" de agentes de la Patrulla Fronteriza para continuar sin freno su contrabando ilícito de drogas y personas, afirmó hoy el Inspector General interino del Departamento de Seguridad Nacional de EEUU, Charles K. Edwards.
En una audiencia en un subcomité de Seguridad Nacional del Senado estadounidense, Edwards señaló que a los narcotraficantes ya no les basta recurrir al ingenio y utilizar catapultas, submarinos o aeronaves "ultraligeras" sino que también "han comenzado a reclutar y corromper a empleados" del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Los "blancos obvios" de la campaña de corrupción son los agentes de la Patrulla Fronteriza y de la Oficina de Aduanas y Fronteras (CBP), aunque también lo son empleados que pueden dar acceso a información policial y de inteligencia y así vigilar las actividades policiales, señaló Edwards.
Agregó que, según investigaciones recientes de la Oficina del Inspector General (OIG), la corrupción se manifiesta a través de "sobornos en efectivo, favores sexuales y otros servicios a cambio de permitir el paso de contrabando o de inmigrantes indocumentados en los principales carriles de inspección" en la frontera.
Los agentes sobornados pueden "proteger o escoltar" los cargamentos en los cruces fronterizos, poner sobre aviso a personas bajo investigación, vender información de inteligencia a los contrabandistas, e incluso proveer documentos migratorios si el caso lo amerita.
Se trata de un gran problema para la seguridad nacional porque, al aceptar pagos para hacerse de la vista gorda, los agentes en la frontera podrían permitir la entrada a EEUU de "terroristas" o "armas de destrucción masiva", advirtió Edwards.
Por su parte, el comisionado de la CBP, Alan Bersin, señaló que los cerca de 60.000 agentes desplegados por su agencia en todos los puntos de entrada al país y en el exterior trabajan en condiciones difíciles y en ambientes peligrosos y "vulnerables a la corrupción, en particular en la frontera del suroeste".
Bersin reconoció que hay "manzanas podridas" que "han traicionado la confianza del público estadounidense, de sus oficiales, colegas y personal de apoyo".
Pero Bersin aseguró a los senadores que la CBP se toma con seriedad cualquier acusación de corrupción y que, de hecho, desde octubre de 2004, 127 agentes han sido arrestados o condenados por actos de corrupción, que van desde el contrabando de drogas y personas hasta el lavado de dinero y conspiración.
Las autoridades consideran que de los 127 arrestos, 95 representan casos que han puesto en riesgo la misión de CBP, señaló.
Bersin destacó el caso de la ex agente Martha Garnica, sentenciada en 2010 a 20 años en prisión, una multa de 5.000 dólares y cuatro años de libertad condicional, tras ser condenada por una serie de cargos, incluyendo conspirar para el contrabando de indocumentados y la importación de más de 100 kilos de marihuana.
Para Bersin, la decisión del presidente mexicano, Felipe Calderón, de combatir a los carteles que antes operaban con impunidad, sumada al aumento de agentes de la CBP ampliaron "los incentivos y oportunidades" para corromper a los agentes fronterizos.
Los carteles de la droga mexicanos, como "Los Zetas", buscan cada vez más la "corrupción sistemática" de agentes de la Patrulla Fronteriza para continuar sin freno su contrabando ilícito de drogas y personas, afirmó hoy el Inspector General interino del Departamento de Seguridad Nacional de EEUU, Charles K. Edwards.
En una audiencia en un subcomité de Seguridad Nacional del Senado estadounidense, Edwards señaló que a los narcotraficantes ya no les basta recurrir al ingenio y utilizar catapultas, submarinos o aeronaves "ultraligeras" sino que también "han comenzado a reclutar y corromper a empleados" del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Los "blancos obvios" de la campaña de corrupción son los agentes de la Patrulla Fronteriza y de la Oficina de Aduanas y Fronteras (CBP), aunque también lo son empleados que pueden dar acceso a información policial y de inteligencia y así vigilar las actividades policiales, señaló Edwards.
Agregó que, según investigaciones recientes de la Oficina del Inspector General (OIG), la corrupción se manifiesta a través de "sobornos en efectivo, favores sexuales y otros servicios a cambio de permitir el paso de contrabando o de inmigrantes indocumentados en los principales carriles de inspección" en la frontera.
Los agentes sobornados pueden "proteger o escoltar" los cargamentos en los cruces fronterizos, poner sobre aviso a personas bajo investigación, vender información de inteligencia a los contrabandistas, e incluso proveer documentos migratorios si el caso lo amerita.
Se trata de un gran problema para la seguridad nacional porque, al aceptar pagos para hacerse de la vista gorda, los agentes en la frontera podrían permitir la entrada a EEUU de "terroristas" o "armas de destrucción masiva", advirtió Edwards.
Por su parte, el comisionado de la CBP, Alan Bersin, señaló que los cerca de 60.000 agentes desplegados por su agencia en todos los puntos de entrada al país y en el exterior trabajan en condiciones difíciles y en ambientes peligrosos y "vulnerables a la corrupción, en particular en la frontera del suroeste".
Bersin reconoció que hay "manzanas podridas" que "han traicionado la confianza del público estadounidense, de sus oficiales, colegas y personal de apoyo".
Pero Bersin aseguró a los senadores que la CBP se toma con seriedad cualquier acusación de corrupción y que, de hecho, desde octubre de 2004, 127 agentes han sido arrestados o condenados por actos de corrupción, que van desde el contrabando de drogas y personas hasta el lavado de dinero y conspiración.
Las autoridades consideran que de los 127 arrestos, 95 representan casos que han puesto en riesgo la misión de CBP, señaló.
Bersin destacó el caso de la ex agente Martha Garnica, sentenciada en 2010 a 20 años en prisión, una multa de 5.000 dólares y cuatro años de libertad condicional, tras ser condenada por una serie de cargos, incluyendo conspirar para el contrabando de indocumentados y la importación de más de 100 kilos de marihuana.
Para Bersin, la decisión del presidente mexicano, Felipe Calderón, de combatir a los carteles que antes operaban con impunidad, sumada al aumento de agentes de la CBP ampliaron "los incentivos y oportunidades" para corromper a los agentes fronterizos.