Crisis sanitaria: El mapa de afectados lleva a la soja
La 'E. coli' aparece en una hortaliza en la basura de infectados, pero todo apunta a los germinados - Tres operarias de la explotación han caído enfermas
Hamburgo, El País
Hamburgo, El País
Tres semanas después de que apareciera el brote de E. coli en el norte de Alemania, la bacteria ha sido hallada, por fin, en un alimento. Pero no se trata de los brotes de soja que, hasta la fecha, son los principales sospechosos de haber causado la muerte de 25 personas (una de ellas en Suecia) y la enfermedad a más de 1.700. Sino que, como si fuera una burla después de las falsas acusaciones, ha sido en restos de pepino.
La hortaliza estaba en el cubo de basura de una familia de Magdeburgo, la capital de Sajonia-Anhalt. Así lo confirmó ayer a este periódico el portavoz del Ministerio de Sanidad del Estado, Holger Paech, quien, sin embargo, advirtió de que "no se puede estar aún del todo seguros de que sea exactamente la misma cepa" que causó la ola infecciosa. Es la primera vez que estas bacterias aparecen fuera de las muestras de origen humano.
Paech insistió ayer en tratar la noticia con "gran cautela", puesto que "es posible que los pepinos se contaminaran en la casa de la familia". Es decir, que las bacterias podrían haber pasado al pepino durante su manipulación en el hogar. También podrían provenir de otros restos con los que compartieron el cubo de desperdicios. ¿Era pepino español, holandés, alemán...? Paech solo pudo decir "sin lugar a dudas" que se trataba "de un pepino normal y corriente, verde y sin pasaporte".
La familia se compone de tres personas. El padre, de 50 años, superó la infección sin ingresar en el hospital. Su mujer y su hija, en cambio, tuvieron que permanecer hospitalizadas varios días. La hija llegó a desarrollar el síndrome urémico hemolítico (HUS, una grave insuficiencia renal), por lo que continúa en tratamiento "con buen pronóstico". Según Paech, son "las únicas tres personas infectadas por EHEC en Magdeburgo". El portavoz dice que no encontraron "ningún resto de brotes de soja en la basura". Queda todavía por tipificar si las bacterias encontradas en los restos de pepino son exactamente las mismas que afectaron a la familia.
Este requiebro en la investigación, sin embargo, no aparta a los científicos de su teoría sobre la pista principal del caso. Ellos consideran que "se va afianzando" la idea de que el origen está en los brotes de soja y otras leguminosas procedentes de una pequeña explotación agrícola en Bienenbüttel (Baja Sajonia). Gert Hahne, portavoz del Ministerio de Consumo de ese Estado, informó de que la plantación de soja había vendido sus productos a una cantina de la localidad de Cuxhaven donde "al menos 18 clientes han caído enfermos".
Además, se sabe que otra empleada de la plantación sufrió una fuerte diarrea en mayo. Es la tercera trabajadora con síntomas relacionados con la bacteria. Una de ellas llegó a ser hospitalizada. A pesar de estos nuevos indicios, de los cientos de pruebas recogidas directamente en la empresa ninguna ha dado aún positivo en el laboratorio.
Dado que las tres empleadas cayeron enfermas al principio de la ola infecciosa, no se descarta que los brotes de soja fueran un simple multiplicador de la bacteria, quizá proveniente de una de las tres empleadas. Se sabe que unas 100 personas enfermaron tras comer en siete cantinas y tres restaurantes que compraban vegetales a la explotación agrícola de Bienenbüttel.
En total, el brote de bacterias originado en el norte de Alemania afecta ya a más de 2.700 personas, de las cuales unas 700 han desarrollado el síndrome urémico hemolítico. Dos de los afectados son españoles. Uno de ellos, un hombre hospitalizado en San Sebastián. Otra, una atleta que enfermó en Alemania. La directora general de Salud Pública española, Carmen Amela, dijo ayer que ambos evolucionan favorablemente.
Amela, quien se reunió con la ministra de Sanidad, Leire Pajín, el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba y varios científicos españoles, dijo al final del encuentro que, según pasa el tiempo, aumenta la posibilidad de que no se encuentre el origen del brote. Por su parte, el director de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, Roberto Sabrido, confirmó que las autoridades alemanas habían informado a las españolas de que la planta sospechosa no había exportado soja.
En paralelo a la detectivesca búsqueda del origen del brote infeccioso, discurre en Alemania un debate sobre las deficiencias de la gestión de crisis. El ministro federal de Sanidad, el liberal Daniel Bahr (FDP), insistió ayer en que "la situación está bajo control". Ayer admitió, sin embargo, que "la percepción y la comunicación" del desarrollo del brote infeccioso "debería mejorar". El reputado Instituto Max Planck de Biología Infecciosa ha pedido al Gobierno federal que organice un centro de coordinación para evitar la sensación de desorden que se ha extendido durante la presente crisis de EHEC. Según los expertos, no es raro que nunca lleguen a conocerse las causas de un brote así.
La hortaliza estaba en el cubo de basura de una familia de Magdeburgo, la capital de Sajonia-Anhalt. Así lo confirmó ayer a este periódico el portavoz del Ministerio de Sanidad del Estado, Holger Paech, quien, sin embargo, advirtió de que "no se puede estar aún del todo seguros de que sea exactamente la misma cepa" que causó la ola infecciosa. Es la primera vez que estas bacterias aparecen fuera de las muestras de origen humano.
Paech insistió ayer en tratar la noticia con "gran cautela", puesto que "es posible que los pepinos se contaminaran en la casa de la familia". Es decir, que las bacterias podrían haber pasado al pepino durante su manipulación en el hogar. También podrían provenir de otros restos con los que compartieron el cubo de desperdicios. ¿Era pepino español, holandés, alemán...? Paech solo pudo decir "sin lugar a dudas" que se trataba "de un pepino normal y corriente, verde y sin pasaporte".
La familia se compone de tres personas. El padre, de 50 años, superó la infección sin ingresar en el hospital. Su mujer y su hija, en cambio, tuvieron que permanecer hospitalizadas varios días. La hija llegó a desarrollar el síndrome urémico hemolítico (HUS, una grave insuficiencia renal), por lo que continúa en tratamiento "con buen pronóstico". Según Paech, son "las únicas tres personas infectadas por EHEC en Magdeburgo". El portavoz dice que no encontraron "ningún resto de brotes de soja en la basura". Queda todavía por tipificar si las bacterias encontradas en los restos de pepino son exactamente las mismas que afectaron a la familia.
Este requiebro en la investigación, sin embargo, no aparta a los científicos de su teoría sobre la pista principal del caso. Ellos consideran que "se va afianzando" la idea de que el origen está en los brotes de soja y otras leguminosas procedentes de una pequeña explotación agrícola en Bienenbüttel (Baja Sajonia). Gert Hahne, portavoz del Ministerio de Consumo de ese Estado, informó de que la plantación de soja había vendido sus productos a una cantina de la localidad de Cuxhaven donde "al menos 18 clientes han caído enfermos".
Además, se sabe que otra empleada de la plantación sufrió una fuerte diarrea en mayo. Es la tercera trabajadora con síntomas relacionados con la bacteria. Una de ellas llegó a ser hospitalizada. A pesar de estos nuevos indicios, de los cientos de pruebas recogidas directamente en la empresa ninguna ha dado aún positivo en el laboratorio.
Dado que las tres empleadas cayeron enfermas al principio de la ola infecciosa, no se descarta que los brotes de soja fueran un simple multiplicador de la bacteria, quizá proveniente de una de las tres empleadas. Se sabe que unas 100 personas enfermaron tras comer en siete cantinas y tres restaurantes que compraban vegetales a la explotación agrícola de Bienenbüttel.
En total, el brote de bacterias originado en el norte de Alemania afecta ya a más de 2.700 personas, de las cuales unas 700 han desarrollado el síndrome urémico hemolítico. Dos de los afectados son españoles. Uno de ellos, un hombre hospitalizado en San Sebastián. Otra, una atleta que enfermó en Alemania. La directora general de Salud Pública española, Carmen Amela, dijo ayer que ambos evolucionan favorablemente.
Amela, quien se reunió con la ministra de Sanidad, Leire Pajín, el vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba y varios científicos españoles, dijo al final del encuentro que, según pasa el tiempo, aumenta la posibilidad de que no se encuentre el origen del brote. Por su parte, el director de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, Roberto Sabrido, confirmó que las autoridades alemanas habían informado a las españolas de que la planta sospechosa no había exportado soja.
En paralelo a la detectivesca búsqueda del origen del brote infeccioso, discurre en Alemania un debate sobre las deficiencias de la gestión de crisis. El ministro federal de Sanidad, el liberal Daniel Bahr (FDP), insistió ayer en que "la situación está bajo control". Ayer admitió, sin embargo, que "la percepción y la comunicación" del desarrollo del brote infeccioso "debería mejorar". El reputado Instituto Max Planck de Biología Infecciosa ha pedido al Gobierno federal que organice un centro de coordinación para evitar la sensación de desorden que se ha extendido durante la presente crisis de EHEC. Según los expertos, no es raro que nunca lleguen a conocerse las causas de un brote así.