Banfield le arruinó la fiesta a Boca en la despedida de Palermo
Buenos Aires, Olé
Lucchetti salió mal y Ferreyra puso el 1-1 para Banfield. De todas formas, la despedida de Palermo emocionó a toda la Bombonera. Sus papás, Maradona en las tribunas y una ovación inolvidable. Con el empate, a Boca se le complicó el pase a la Sudamericana.
No sólo era la despedida de Palermo de la Bombonera. Para Boca, había mucho más en juego. Hay un segundo semestre que está definiendo ahora y que depende de este final de torneo, más allá de Martín. Por eso volvió Riquelme, para tratar de acercar a su equipo a la Sudamericana 2011, ahora quedó lejos, aunque matemáticamente aún tenga chances. Boca sufrió el mal de los últimos tiempos: no poder cerrar un resultado, no aprovechar las chances y luego sufrir los errores que tan caro le cuestan. Esta vez le tocó a Lucchetti, pero podría haber sido cualquier otro...
Boca jugó un primer tiempo en el que marcó la superioridad, aunque no en el marcador. Tuvo las mejores chances, con Palermo dos veces, Riquelme en otras dos y Chávez. Banfield intentó con más tibieza, pero tratando de demostrar que no era tan sólo un invitado de lujo a la fiesta en la Bombonera. Ya en el segundo, Colazo hizo lo que sus compañeros no pudieron en el primer tiempo: concretar el 1-0. Pero Boca no lo pudo justificar después. Hizo el gol que tanto había buscado y, más allá de alguna llegada esporádica, sacó el pie del acelerador. Y, de a poco, dejó crecer a Banfield. Tímidamente, los hombres de Méndez, se animaron, se asociaron y dieron justo en el blanco: el juego aéreo. Esta vez fue Lucchetti el que falló. Salió, falló en el manotazo y Ferreyra le ganó de arriba para encontrar el empate que a esa altura empezaba a merecer. Y casi lo pierde cuando Achucarro, en offside, marcaba el 2 a 1...
El sueño de la Sudamericana, ahora, parece muy lejano. El último clasificado, Arsenal, tiene 54 puntos. Y aún falta que juegue Racing (52) ante Godoy Cruz. Boca, también con 52 y tan sólo tres puntos en juego la tiene difícil. Una tarde para soltar una lágrima, y no sólo por la despedida del Loco...