Amplia victoria de la derecha en Portugal, Coelho futuro primer ministro
Lisboa, Agencias
Tras la amplia victoria del Partido Social Demócrata (PSD) frente a los socialistas en las legislativas del domingo, el liberal centrista Pedro Passos Coelho será designado al frente del gobierno portugués con el que deberá aplicar el exigente plan de ayuda de la UE y del FMI.
El PSD se impuso con 38,6% de los votos contra 28% de los socialistas en el poder en Portugal y el conjunto de la derecha obtuvo una cómoda mayoría absoluta, según los resultados oficiales casi completos.
Sobre el total de 230 escaños del parlamento, sólo quedan por resolverse los de cuatro diputados elegidos por los votos del exterior, un resultado que será conocido el 15 de junio.
De los 226 ya decididos, el PSD de Pedro Passos Coelho obtuvo 105 contra 73 del Partido Socialista.
Con 11,7% de los sufragios, el CDP-PP (partido de derecha minoritario) obtuvo 24 escaños, lo que da al conjunto de la derecha una cómoda mayoría absoluta de 129 diputados.
En el campo de la izquierda antiliberal, la coalición comunistas-verdes CDU tuvo un 7,9% de los votos (16 diputados), mientras que el Bloque de Izquierda (extrema izquierda) sufrió un duro revés respecto de las anteriores legislativas en 2009, con 5,2% de las papeletas y 8 escaños.
El domingo por la noche, José Socrates, de 53 años, reconoció su derrota y anuncio que dejaría sus funciones como secretario general del PS, cargo que ocupaba desde 2004.
"Esta derrota electoral es la mía y quiero asumirla totalmente esta noche. Estimo por ello que llegó el momento de abrir un nuevo ciclo político al frente del Partido Socialista", declaró Socrates que dirigía el gobierno desde 2005.
A pesar de que se consideraran estos comicios como "decisivos" para el futuro de un país comprometido a respetar un plan de ayuda internacional para poner fin a una profunda crisis económica y social, la abstención fue de 41,1%, superior al récord en 2009 de 40,3%.
Más de 9,6 millones de electores estaban habilitados para acudir a las urnas y renovar sus representantes en el parlamento, disuelto a fines de marzo tras la renuncia de Sócrates, a la que se vio forzado cuando fue rechazado un cuarto plan de austeridad en menos de un año.
Dos semanas después, Sócrates se vio obligado a pedir una ayuda financiera a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, siguiendo los pasos de Grecia e Irlanda, pues el Estado ya no podía financiarse debido al aumento de las tasas de interés exigidas en los mercados.
Portugal, muy endeudado (160.000 millones de euros a fines de 2010), terminó el año 2010 en recesión, con un déficit público a 9,1% del PIB y una desocupación de más del 11%.
Contrariamente a Grecia e Irlanda, en Portugal todos los partidos, exceptuando a la izquierda antiliberal, se comprometieron a respetar estrictamente las condiciones del préstamo de 78.000 millones de euros negociado por el gobierno renunciante a cambio de un programa de rigor y de reformas en tres años.
Passos Coelho, de 46 años, prometió incluso en varias ocasiones ir "más allá" de las exigencias planteadas por la "troika" (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo), en particular en materia de privatizaciones pero también de reformas del mercado laboral, de los servicios públicos y de las políticas sociales.
Este domingo, Passos Coelho, afirmó que su país no será "una carga" para sus acreedores y prometió hacer todo lo necesario para cumplir los compromisos del Estado.
"Haré todo lo que sea necesario para garantizar a todos aquellos que nos miran desde el exterior, que Portugal no será una carga para los países que nos prestaron lo que necesitábamos para hacer frente a nuestras responsabilidades y nuestros compromisos", declaró Passos Coelho.
"Haremos todo lo posible para cumplir con el acuerdo establecido entre el Estado portugués, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, para recuperar la confianza de los mercados", sostuvo.
"Los años que nos esperan exigirán un gran coraje de todo Portugal", continuó Passos Coelho quien prometió una "transparencia total" sobre los sacrificios "ya prometidos a los portugueses" así como "aquellos que habrá que imponer por la fuerza de las circunstancias".
"Será difícil pero valdrá la pena", afirmó.
El líder socialdemócrata declaró también que formará "lo antes posible" un "gobierno de mayoría dirigido por el PSD" pero "con el CDS-PP", el partido de derecha minoritario.
Según el acuerdo concluido a principios de mayo, el futuro gobierno, que podría entrar en función a finales de junio o principios de julio, deberá reducir el déficit público de 9,1% del PIB el año pasado a 5,9% este año, para situarlo en 2013 en 3%.
Los portugueses, sometidos desde hace un año a una dura cura de austeridad, votaron este domingo sin entusiasmo ni ilusiones: "Nadie hará milagros, hoy votamos porque estamos obligados, sino no lo haríamos", confió una mujer de unos 60 años en un barrio de clase media de Lisboa.
Los resultados completos serán anunciados el 15 de junio tras el recuento de los votos del extranjero (cuatro escaños). Será a partir de esa fecha que el presidente Aníbal Cavaco Silva podrá designar formalmente al primer ministro.
Tras la amplia victoria del Partido Social Demócrata (PSD) frente a los socialistas en las legislativas del domingo, el liberal centrista Pedro Passos Coelho será designado al frente del gobierno portugués con el que deberá aplicar el exigente plan de ayuda de la UE y del FMI.
El PSD se impuso con 38,6% de los votos contra 28% de los socialistas en el poder en Portugal y el conjunto de la derecha obtuvo una cómoda mayoría absoluta, según los resultados oficiales casi completos.
Sobre el total de 230 escaños del parlamento, sólo quedan por resolverse los de cuatro diputados elegidos por los votos del exterior, un resultado que será conocido el 15 de junio.
De los 226 ya decididos, el PSD de Pedro Passos Coelho obtuvo 105 contra 73 del Partido Socialista.
Con 11,7% de los sufragios, el CDP-PP (partido de derecha minoritario) obtuvo 24 escaños, lo que da al conjunto de la derecha una cómoda mayoría absoluta de 129 diputados.
En el campo de la izquierda antiliberal, la coalición comunistas-verdes CDU tuvo un 7,9% de los votos (16 diputados), mientras que el Bloque de Izquierda (extrema izquierda) sufrió un duro revés respecto de las anteriores legislativas en 2009, con 5,2% de las papeletas y 8 escaños.
El domingo por la noche, José Socrates, de 53 años, reconoció su derrota y anuncio que dejaría sus funciones como secretario general del PS, cargo que ocupaba desde 2004.
"Esta derrota electoral es la mía y quiero asumirla totalmente esta noche. Estimo por ello que llegó el momento de abrir un nuevo ciclo político al frente del Partido Socialista", declaró Socrates que dirigía el gobierno desde 2005.
A pesar de que se consideraran estos comicios como "decisivos" para el futuro de un país comprometido a respetar un plan de ayuda internacional para poner fin a una profunda crisis económica y social, la abstención fue de 41,1%, superior al récord en 2009 de 40,3%.
Más de 9,6 millones de electores estaban habilitados para acudir a las urnas y renovar sus representantes en el parlamento, disuelto a fines de marzo tras la renuncia de Sócrates, a la que se vio forzado cuando fue rechazado un cuarto plan de austeridad en menos de un año.
Dos semanas después, Sócrates se vio obligado a pedir una ayuda financiera a la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, siguiendo los pasos de Grecia e Irlanda, pues el Estado ya no podía financiarse debido al aumento de las tasas de interés exigidas en los mercados.
Portugal, muy endeudado (160.000 millones de euros a fines de 2010), terminó el año 2010 en recesión, con un déficit público a 9,1% del PIB y una desocupación de más del 11%.
Contrariamente a Grecia e Irlanda, en Portugal todos los partidos, exceptuando a la izquierda antiliberal, se comprometieron a respetar estrictamente las condiciones del préstamo de 78.000 millones de euros negociado por el gobierno renunciante a cambio de un programa de rigor y de reformas en tres años.
Passos Coelho, de 46 años, prometió incluso en varias ocasiones ir "más allá" de las exigencias planteadas por la "troika" (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo), en particular en materia de privatizaciones pero también de reformas del mercado laboral, de los servicios públicos y de las políticas sociales.
Este domingo, Passos Coelho, afirmó que su país no será "una carga" para sus acreedores y prometió hacer todo lo necesario para cumplir los compromisos del Estado.
"Haré todo lo que sea necesario para garantizar a todos aquellos que nos miran desde el exterior, que Portugal no será una carga para los países que nos prestaron lo que necesitábamos para hacer frente a nuestras responsabilidades y nuestros compromisos", declaró Passos Coelho.
"Haremos todo lo posible para cumplir con el acuerdo establecido entre el Estado portugués, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, para recuperar la confianza de los mercados", sostuvo.
"Los años que nos esperan exigirán un gran coraje de todo Portugal", continuó Passos Coelho quien prometió una "transparencia total" sobre los sacrificios "ya prometidos a los portugueses" así como "aquellos que habrá que imponer por la fuerza de las circunstancias".
"Será difícil pero valdrá la pena", afirmó.
El líder socialdemócrata declaró también que formará "lo antes posible" un "gobierno de mayoría dirigido por el PSD" pero "con el CDS-PP", el partido de derecha minoritario.
Según el acuerdo concluido a principios de mayo, el futuro gobierno, que podría entrar en función a finales de junio o principios de julio, deberá reducir el déficit público de 9,1% del PIB el año pasado a 5,9% este año, para situarlo en 2013 en 3%.
Los portugueses, sometidos desde hace un año a una dura cura de austeridad, votaron este domingo sin entusiasmo ni ilusiones: "Nadie hará milagros, hoy votamos porque estamos obligados, sino no lo haríamos", confió una mujer de unos 60 años en un barrio de clase media de Lisboa.
Los resultados completos serán anunciados el 15 de junio tras el recuento de los votos del extranjero (cuatro escaños). Será a partir de esa fecha que el presidente Aníbal Cavaco Silva podrá designar formalmente al primer ministro.